Hemos leído con interés el artículo de Gras-Valentí et al.1 y, de acuerdo con sus resultados y alineados con su propuesta de «lograr una cobertura de vacunación mayor en los grupos de riesgo, con el objetivo de reducir los casos y la gravedad de la enfermedad», quisiéramos aportar una reflexión desde nuestra experiencia en estudios anteriores.
Las infecciones por los virus gripales siguen siendo un grave problema durante los brotes estacionales, al tiempo que representan una amenaza constante de cara a la aparición de nuevas cepas pandémicas. Actualmente, los subtipos A(H1N1) y A(H3N2), y los dos linajes del tipo B (Victoria y Yamagata), son los causantes de los brotes y epidemias estacionales, aunque hasta el momento todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus A2,3. Los virus de la gripe B son más estables que los de tipo A, con menor desviación antigénica y una consecuente estabilidad inmunológica, aunque la distancia genética de los linajes de gripe B está aumentando, lo que lleva a una falta de reactividad cruzada frente a ellos, y actualmente representan una carga clínica y económica significativa4–6.
La gripe presenta mayor morbilidad en niños y personas jóvenes, y mayor mortalidad en pacientes con enfermedades crónicas y en ancianos7. Frente a ellos, la vacunación constituye la intervención de salud pública más efectiva8.
Nuestro grupo ha observado que el efecto protector de la vacuna antigripal ha oscilado en función del tipo y el subtipo de virus gripal. La efectividad de la vacuna antigripal frente a la infección por virus de la gripe B varía notablemente según la temporada9.
La posibilidad de una vacuna que incluya los dos linajes de gripe tipo B, y que por lo tanto tenga una mayor concordancia que redunde en una mejor respuesta inmunitaria, puede suponer una disminución del número de casos de gripe y con ello una reducción de los costes sanitarios en su atención, que debe valorarse en futuros estudios.
En nuestra opinión, la vacunación frente a la gripe es la medida más efectiva para hacer frente al impacto clínico y económico de esta enfermedad. La eficiencia de diferentes programas de vacunación antigripal ha concluido de forma reiterada que resultan eficientes para el sistema sanitario. Desde la perspectiva del Sistema Nacional de Salud, la vacunación antigripal, con vacuna trivalente o cuadrivalente, dirigida a población de cualquier edad, tiene una relación coste-efectividad aceptable10.
Contribuciones de autoríaTodos los autores han participado en la búsqueda documental así como en la redacción del manuscrito.
FinanciaciónNinguna.
Conflictos de interesesNinguno.