El 1 de julio de 2015, el Ministerio de Salud del Perú aprobó la Resolución Ministerial 413-2015 y la Directiva Administrativa No. 208-MINSA/DIGEMID1 determinando que los/las visitadores/as médicos de la industria farmacéutica no deben condicionar ni incentivar a médicos/as mediante prácticas poco éticas, ya sea ofreciendo cursos, viajes, premios, regalos u otros premios. Previamente, el 26 de noviembre de 2009, se promulgó la Ley 29459 y su reglamento, omitiendo precisar aspectos relacionados con la transparencia de la promoción farmacéutica. En un deficitario sistema de salud como el peruano, que carece de médicos/as para atender la demanda poblacional insatisfecha de servicios de salud, muchas veces los/las médicos/as dejan de lado a sus pacientes para recibir a muchos/as visitadores/as médicos que ofrecen muestras de medicamentos, regalos diversos (lapiceros, refrigerios, impresos, afiches, literatura, etc.), invitaciones a cursos, congresos y más, generando malas percepciones y malestares con los/las pacientes que esperan la atención médica correspondiente.
Sobre regalos, estudios internacionales evidencian que establecen una vaga pero real obligación, en la que quien regala no obliga, pero espera y busca una respuesta como una obligación moral2. Además, es constante el debate sobre ética y conflictos de intereses entre la industria farmacéutica que ofrece regalos y cortesías a los/las médicos/as que los aceptan, pudiendo estar en riesgo su independencia de juicio y profesionalismo influenciados de estas prácticas promocionales3. La posición del Colegio Americano de Médicos establece que los regalos, las atenciones y los subsidios ofrecidos a los/as médicos/as por la industria farmacéutica no deben ser aceptados si estos pueden influir en la objetividad del juicio clínico4. La industria farmacéutica está altamente regulada y controlada por entidades en Estados Unidos de América y Perú, como la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en ingles) y la DIGEMID (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas), las cuales exigen cumplir rigurosos procesos, como las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y las Buenas Prácticas de Almacenamiento (BPA). Sin embargo, otro aspecto fundamental, como es la promoción, carece de buenas prácticas que enfaticen aspectos éticos y permitan una saludable relación entre la industria farmacéutica y los/las médicos/as, quienes constituyen piezas fundamentales para la salud del país.
Realizar prácticas promocionales con cualquier tipo de incentivos a los medicamentos de venta con receta condiciona a los/las profesionales de diversas maneras en el momento de prescribir medicamentos a sus pacientes, quienes muchas veces perciben cierta inclinación o falta de objetividad por parte de quien emite la receta y decide qué medicamento utilizará para el tratamiento de su estado de salud. No esperemos llegar a medidas extremas tales como la crítica abierta a la promoción farmacéutica, como por ejemplo la iniciativa de la organización Nofreelunch.org, o peor aún la total prohibición a médicos/as de recibir cualquier regalo proveniente de la industria farmacéutica, por más insignificantes que sean, como sucede en el Centro Médico de la Universidad de Stanford5.
Este panorama hace necesario que el Ministerio de Salud de Perú y la DIGEMID, en armonía con la industria farmacéutica, definan políticas adecuadas para ejercer una promoción farmacéutica robusta, transparente y enfocada en prácticas éticas, que sea respetada escrupulosamente por visitadores/as médicos y la comunidad médica, en la cual el propósito fundamental sea salvaguardar el bienestar físico y económico de los/as pacientes a quienes debe servirse con total esmero y profesionalismo.
FinanciaciónNinguna.
Contribuciones de autoríaEl autor firmante es el único que ha participado en la elección del tema, el desarrollo, la redacción del texto, las modificaciones y la aprobación de la versión final del documento para su publicación; por tanto, garantiza la precisión, transparencia y honestidad de la información contenida en la carta, y que ninguna información relevante publicada a la fecha ha sido omitida en su elaboración.
Conflicto de interesesR. Florián se desempeña como Jefe de Inteligencia Comercial de Medifarma Laboratorios, el tercer laboratorio farmacéutico más grande del Perú.