Nos gustaría destacar la relevancia de la pregunta sobre autovaloración de salud en las encuestas epidemiológicas. Se trata de un indicador de fácil obtención, con potencial de sintetizar una compleja interacción de factores predictivos de la salud individual, pues la autovaloración negativa de la salud está asociada con cambios de la morbosidad y conductas negativas sobre la salud1.
La localización de la pregunta en los cuestionarios (antes o después de las preguntas sobre enfermedades crónicas) ha sido objeto de discusión1,2, en la tentativa de evitar posibles confusiones en la respuesta. Así, realizamos una investigación transversal con el fin de comparar las prevalencias de la autovaloración negativa de la salud en estudiantes de una universidad de Brasil, mediante las preguntas localizadas en el inicio y el final del cuestionario.
La metodología ya se han descrito previamente3, por lo que aquí sólo lo haremos de forma breve. El estudio fue realizado en 2010 (de septiembre a noviembre) con 1084 estudiantes de una institución pública localizada en la ciudad de Ilhéus, Bahia, en el noreste de Brasil (N = 5.461 estudiantes), que respondieron a un cuestionario en la clase, con la presencia de un investigador. Los estudiantes se seleccionaron aleatoriamente, en todos los cursos de la universidad (30), en los períodos diurno y nocturno, y según el año de ingreso en la universidad (2010, 2009, 2008 y 2007 o antes).
La pregunta de autovaloración de salud fue «De un modo general, ¿cómo diría usted que es su estado de salud actual?», y se encontraba al inicio y al final del cuestionario (después de las preguntas sobre conductas respecto a la salud e indicadores del ambiente y aprendizaje en universidad). Las opciones de respuesta se categorizaron en autovaloración positiva de la salud (muy buena y buena), autovaloración regular de la salud (regular) y autovaloración negativa de la salud (mala y muy mala). Se comparó la prevalencia de la autovaloración negativa de la salud teniendo en cuenta el sexo, la renta personal y la autoeficacia (actividad física).
Hubo una fuerte concordancia entre las preguntas al inicio y al final (Kappa = 0,79), y la diferencia general en la proporción de autovaloración negativa de la salud de las preguntas del cuestionario fue del 0,7% (al inicio 2,7% y al final 3,4%, p = 0,58). Las prevalencias de autovaloración negativa de la salud según el sexo, la renta personal y la práctica de actividad física se muestran en la figura 1. No se observaron diferencias en las prevalencias de autovaloración negativa de la salud según las variables y fueron semejantes a las de otros estudios en Brasil, que refieren un 4,3%2 y un 5,4%1, pero inferiores a las de Calatuña (España), que para hombres y mujeres del 6,6% y el 9,4%, respectivamente4.
La salud es un constructo subjetivo y sensible a los factores sociales que provocan una desigual distribución del nivel de salud5. Las informaciones de otros indicadores de comportamiento y biológicos parecen no modificar la percepción de la salud, con independencia del sexo, del nivel de renta personal y de la autoeficacia. Por ello, los investigadores pueden incluir esta pregunta al inicio o al final del cuestionario, ya que no cambia significativamente la prevalencia de autovaloración negativa de la salud.
Contribuciones de autoríaT. Ferreira de Sousa desarrolló y coordinó el Estudio Monisa, e ideó la estructura de redacción del manuscrito. J. Sindra Virtuoso Junior orientó en el diseño del estudio y colaboró en la redacción del manuscrito. A. Rodrigues Barbosa colaboró en la redacción y revisión del manuscrito.
FinanciaciónNinguna.
Conflictos de interesesNinguno.
A todos los participantes del Estudio Monisa y a los profesores Silvio A. Fonseca y Helma P.M. José por la ayuda en el desarrollo de la metodología empleada en el Estudio Monisa.