El juego de apuestas se asocia con graves daños para la salud, que afectan a la persona jugadora, a su familia y al conjunto de la sociedad. La población adolescente es especialmente vulnerable a estos daños, ya que las funciones cerebrales que regulan el pensamiento crítico o la toma de decisiones están en desarrollo. Además, el juego forma parte de su ocio y es cada vez más accesible y atractivo. Según la encuesta FRESC 2021 en Barcelona, el 18,6% de los chicos y el 6% de las chicas apostaron ese año, y un 6,2% y 1%, respectivamente, muestran signos de juego problemático. Estos datos y la evidencia científica refuerzan la necesidad de acciones preventivas para abordar el juego de apuestas y sus daños asociados. Con el objetivo de reducir la incidencia del juego de apuestas en los menores, desde la ASPB se ha diseñado el programa universal de prevención escolar Cara i Creu dirigido a alumnado de 4.º de ESO. El Cara i Creu es una adaptación del programa “QTJ ¿Que te juegas?” (Lloret-Irles et al, 2020) adaptándolo a la realidad local con un grupo de expertos del ámbito escolar y la salud pública. El programa consta de 6 sesiones de 50 minutos. Cinco de ellas son obligatorias y constituyen la intervención mínima, las cuales abordan: Motivaciones, riesgos y consecuencias del juego de apuestas; Conceptos de probabilidad y sesgos cognitivos; Publicidad del juego de apuestas; Presión de grupo, autoeficacia y gestión de las emociones; y Similitud entre los videojuegos y los juegos de apuestas La sexta sesión es opcional y refuerza contenidos entre 6 y 12 semanas después. También se proponen actividades para el entorno y la comunidad. Antes de la implementación, el profesorado recibe formación online y materiales didácticos. Además, se ha creado una guía preventiva para las familias del alumnado participante. Se hizo un estudio piloto del programa en el curso 2021-22 en tres institutos de secundaria de Barcelona, evaluando la formación previa, el material y la satisfacción con las actividades en el aula. Para ello, se usaron cuestionarios dirigidos al profesorado, a las familias y al alumnado y se realizó una observación no participante de algunas sesiones en el aula. Los resultados indicaron la necesidad de reducir el número de sesiones obligatorias, de 8 a 5, eliminar las actividades con baja satisfacción, y hacer algunas modificaciones para mejorar las dinámicas en el aula. En el curso 2024-25, se está realizando la evaluación de efectividad del programa con un estudio cuasi experimental pre-post con metodologías mixtas en diversos centros educativos de Barcelona.