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Vol. 15. Núm. S2.
XIX REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE EPIDEMIOLOGIA
Páginas 66-68 (octubre 2001)
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XIX REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE EPIDEMIOLOGIA
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Comunicaciones orales: Epidemiología de la nutrición y de la alimentación
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Miércoles, 17 de octubre

17:15 horas. Sala 1

Moderadora:

María Pilar Guallar Castillón


107 FACTORES ASOCIADOS A LA GANANCIA DE PESO A LO LARGO DE LA VIDA

E.E. Álvarez León* y J. Vioque López

Departamento de Salud Pública (Universidad Miguel Hernández). *Dpto. Salud Pública. Campus de San Juan.

Antecedentes y objetivos: Conocer los factores que se asocian a una mayor ganancia de peso corporal a lo largo de la vida adulta podría ayudar a prevenir la obesidad. No obstante, no existe consenso a la hora de determinar qué se considera una ganancia de peso relevante. El objetivo de este trabajo es examinar la relación entre algunos factores sociodemográficos y estilos de vida, y la ganancia de peso desde los 20 años de edad a lo largo de la vida adulta.

Métodos: Los datos de este estudio proceden de una Encuesta de Nutrición y Salud realizada en1994 sobre una muestra representativa de individuos mayores de 14 años de la Comunidad Valenciana que incluyó una entrevista domiciliaria donde se recogieron y midieron datos antropométricos. La pregunta base para este estudio fue "¿Cuánto pesaba usted a los 20 años?". Los resultados de este análisis se basan en 1286 individuos (577 hombres y 709 mujeres), mayores de 20 años, que recordaron su peso a la edad de 20 años, y cuyo peso y talla pudieron ser medidos. Se definió ganancia de peso ("caso") cuando se había ganado peso a lo largo de la vida por encima de la mediana (P50) de acuerdo a cada sexo y decenio de edad (20-29, 30-39,.... 70+). Se realizó un análisis de regresión logística no condicionada para estimar el efecto (Odds ratio, OR) y los intervalos de confianza al 95% de un grupo de variables de tipo sociodemográfico y estilos de vida consideradas fijas, así como del índice de masa corporal a los 20 años (IMCbasal), sobre la ganancia de peso en la vida.

Resultados: La ganancia media de peso a lo largo de la vida de los individuos que superaron el P50 para su grupo de edad y sexo fue de 18,3 kg. (Desviación estándar, DE: 10,2) . Los individuos por debajo del P50 ("controles") mostraron una ganancia de peso media de 3,9 kg. (DE: 5,9). El estado civil, el número de horas de sueño y de horas de televisión se asociaron a la ganancia de peso de forma estadísticamente significativa. Los casados y los viudos duplicaron el riesgo de ganar peso respecto a los solteros (referencia). Los que solían dormir 9 o más horas diarias presentaron menor riego de ganar peso que los que dormían menos de 6 horas, [OR= 0.53 (IC95% 0,35-0,79); p tendencia = 0,0001]. Las personas que solían ver televisión ≥ 4horas/día presentaron mayor riesgo de ganancia de peso > P50 que los que la veían < 1 hora/día [OR=1.74 (IC 95% 1.21-2.51), p-tendencia = 0,002]. El IMC a los 20 años fue el mayor predictor de una ganancia de peso>P50. Los que partían con un IMC de 20-25 kg/m2 presentaron una OR = 0.37 (IC95%: 0,28-0,50), y los de un IMC basal ≥ 25 kg/m2 una OR = 0,19 (IC95%: 0,13-0,28), respecto a los que partían con un IMC basal < 20 kg/m2, (p-tendencia < 0,0001).

Conclusiones: Un bajo índice de masa corporal al inicio de la vida adulta, un consumo elevado de televisión y el dormir poco parecen ser factores que favorecen la ganancia de peso en la vida adulta. Dados el carácter retrospectivo del estudio y la dificultad de definir convenientemente la variable ganancia de peso, se recomienda la realización de estudios prospectivos para confirmar nuestros resultados.


108 EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD SE ASOCIAN A PEOR SALUD SUBJETIVA Y MAYOR USO DE SERVICIOS SANITARIOS EN LAS MUJERES ESPAÑOLAS

P. Guallar-Castillón, E. López García, L. Lozano Palacios, J.L. Gutiérrez-Fisac, J.R. Banegas Banegas y F. Rodríguez Artalejo

Centro Universitario de Salud Pública. Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid; Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid.

Objetivos: Examinar la relación del sobrepeso y la obesidad con la salud subjetiva y el uso de servicios sanitarios en las mujeres de España. Analizar si dicha relación es independiente de otros factores de riesgo y enfermedades crónicas asociados a la obesidad, y si se modifica por la edad, el nivel educativo y la presencia de enfermedades crónicas.

Métodos: Los datos se han obtenido en una encuesta de salud por entrevista en 13.244 mujeres representativas de la población española no institucionalizada de 16 y más años. Se construyeron modelos de regresión logística múltiple para calcular odds ratios de salud subóptima (regular, mala o muy mala) y utilización de servicios sanitarios para las mujeres con normopeso (índice de masa corporal (IMC): peso/talla2 en kg/m2 18,5-24,9), sobrepeso (IMC: 25,0-29,9) y obesidad (IMC: ≥ 30).

Resultados: La frecuencia de salud subóptima es mayor en las mujeres con sobrepeso (OR:1,7; IC95%:1,5-1,9) y obesidad (OR:2,1; IC95%:1,8-2,5) que en las que tienen normopeso. Las mujeres con sobrepeso y obesidad consultan al médico, acuden a urgencias hospitalarias y consumen medicamentos con más frecuencia que las mujeres con normopeso. Hay una relación dosis-respuesta positiva del BMI>= 18,5 kg/m2 con la salud subóptima y la utilización de los servicios sanitarios (p tendencia lineal < 0,05). Estas asociaciones no se explican totalmente por los factores de riesgo y las enfermedades crónicas asociadas al IMC, pues mantienen la significación estadística y su magnitud solo se reduce ligeramente, al ajustar por dichos factores. La asociación del sobrepeso y la obesidad con el uso de servicios sanitarios no varió por edad, nivel educativo o presencia de enfermedad crónica.

Conclusiones: El sobrepeso y la obesidad tienen un impacto negativo sobre la salud subjetiva y el uso de servicios sanitarios entre las mujeres españolas. Esta información es un argumento más para implantar programas de control de estos problemas de salud, y puede estimular en los individuos la modificación de la dieta y el aumento de la actividad física necesarios para controlar el sobrepeso y la obesidad.

Este trabajo ha sido parcialmente financiado con una beca de la Fundación para la Investigación y Docencia sobre Enfermedades Cardiovasculares (FIDEC) y por un contrato con Laboratorios KNOLL de España.


109 LA CARGA DE ENFERMEDAD CRÓNICA ASOCIADA AL SOBREPESO Y LA OBESIDAD EN ESPAÑA

P. Guallar-Castillón, M.J. García de Yébenes, J.R. Banegas Banegas, J.L. Gutiérrez-Fisac, P. Lafuente Urdinguio y F. Rodríguez Artalejo

Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid; Centro Universitario de Salud Pública. Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid. Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad del País Vasco. Bilbao

Objetivos: Examinar la carga de enfermedad crónica asociada al sobrepeso y la obesidad en la población española.

Métodos: Los datos se tomaron de la Encuesta Nacional de Salud de España de 1993, realizada sobre una muestra de 17109 personas representativas de la población española no institucionalizada de 16 y más años de edad. La información se obtuvo por entrevista en los hogares. Mediante regresión logística, se calcularon razones de prevalencia (RP) de diferentes enfermedades crónicas según categorías del índice de masa corporal (IMC) ajustadas por edad y tamaño del municipio de residencia y hábito tabáquico.

Resultados: En relación a las personas con normopeso (IMC:18,5-24,9 kg/m2), los varones obesos (IMC ≥ 30 kg/m2 ) menores de 55 años tienen mayor frecuencia de hipertensión arterial (RP: 3,8; IC95%: 2,5-7,2), hipercolesterolemia (RP: 1,7; 1,1-2,6) y diabetes (RP: 3,56; 1,8-7,0). Para las mujeres obesas menores de 55 años, los valores de RP para la hipertensión son 4,3 (3,1-6,0), para hipercolesterolemia 2,6 (1,6-4,0) y para diabetes 4,6 (2,5-8,4). El conjunto de enfermedades crónicas es dos y tres veces más frecuente, respectivamente, en varones y mujeres obesos que en los que tienen normopeso. En personas de 55 y más años, la asociación entre obesidad y estas enfermedades crónicas se mantiene, pero disminuye de magnitud en ambos sexos. Hay una relación dosis-respuesta positiva (p-tendencia lineal <0,05) del BMI ≥18,5 Kg/m2 con la hipertensión, la hipercolesterolemia, la diabetes y el conjunto de las enfermedades crónicas en varones y mujeres, y con las enfermedades del corazón en las mujeres.

Conclusiones: El sobrepeso y la obesidad se asocian a una mayor prevalencia de enfermedades crónicas, en particular hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, y enfermedades del corazón en España.


110 TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN LA POBLACIÓN ADOLESCENTE DE LA COMARCA DE OSONA (CATALUÑA)

M.A. Peix, A. Arnau*, E. Santamariña, A. Yáñez y N. Atserias

Servicio de Pediatría; Unidad de Epidemiología Clínica; Servicio de Psiquiatría y Psicología. Hospital General de Vic. *Unidad de Epidemiología Clínica. Hospital General de Vic. Barcelona.

Objetivos: Determinar la prevalencia de trastornos alimentarios y evaluar el grado de preocupación por la apariencia física en la población de estudiantes de educación secundaria obligatoria (ESO) en la comarca de Osona. Analizar la influencia de la edad, el sexo y el índice de masa corporal (IMC) sobre los trastornos alimentarios.

Métodos: Estudio descriptivo transversal realizado con una muestra de 3087 adolescentes de entre 12 y 16 años de edad (1º, 2º, 3º y 4º de ESO). La muestra se obtuvo por un procedimiento aleatorio por conglomerados y estratificado por la titularidad del centro. Se utilizó un cuestionario anónimo autoadministrado que contenía los siguientes tests validados en población española adolescente: Eating Attitude Test (EAT-26) para evaluar trastornos alimentarios, Body Shape Questionnaire (BSQ) para determinar el grado de ansiedad por la apariencia física y Contour Drawing Rating Scale (CDRS) para medir el grado de satisfacción por la propia imagen corporal. Se recogieron datos demográficos y en las adolescentes la edad de la menarquia. Todos los alumnos fueron pesados y medidos con los mismos instrumentos por un equipo médico profesional entrenado. Para analizar la asociación entre EAT-26 elevado y los diferentes factores estudiados se realizó un análisis multivariado mediante el ajuste de un modelo de regresión logística.

Resultados: Participaron 20 de los 22 centros que imparten ESO en la comarca de Osona y se obtuvo una muestra de 2808 adolescentes con datos válidos. El 51,6% fueron chicos y el 48,4% chicas. El porcentaje de adolescentes con un alto riesgo de trastorno alimentario (puntuación del EAT-26 superior o igual a 20) fue del 6,9% (IC 95% 6,0-7,9), las chicas presentaron un porcentaje significativamente superior al de los chicos (12,8% versus 1,4%; p<0,05) y se observó un incremento con la edad: 3,6%, 5,4%, 8,1%, 9,6% y 9,1% en 12, 13, 14, 15 y 16 años respectivamente. La media del IMC en los adolescentes con EAT-26 de alto riesgo fue significativamente superior a los que obtuvieron una puntuación en el EAT-26 menor de 20 (23,4±3,5 kg/m2 versus 21,0±3,2 kg/m2; p< 0,05). En las chicas se observó un mayor riesgo de trastorno alimentario en aquellas que habían tenido la menarquia antes de los 12 años. La puntuación obtenida en el EAT-26 se correlacionaba significativamente con la puntuación en el BSQ, el CDRS y el IMC en ambos sexos. El análisis de regresión logística mostró que mayor edad, IMC más elevado y sexo femenino estaban independientemente relacionados con un alto riesgo de trastornos alimentarios.

Conclusiones: La prevalencia de riesgo de trastorno alimentario en nuestra comarca es del 6,9% y tal como muestran la mayoría de estudios se observa una más alta prevalencia en las chicas. Se confirma la relación entre trastorno alimentario y alteración de la imagen corporal en los adolescentes. Una mayor puntuación en el EAT se relaciona con un IMC elevado.


111 USO DE LA CIRCUNFERENCIA DE LA CINTURA PARA DETECTAR SOBREPESO Y OBESIDAD CON RIESGO AUMENTADO DE ENFERMEDAD

E. Martín-Aragón, J. Vioque, L. Asensio, M. Guillen, J. Quiles e I. Hernández-Aguado

Departamento de Salud Pública. Campus de San Juan. Valencia.

Fundamento: La obesidad y la acumulación abdominal de tejido graso son factores cada vez más prevalentes a nivel poblacional que se han asociado a un riesgo elevado de mortalidad por enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares. El objetivo de este estudio ha consistido en evaluar la validez de un indicador de fácil obtención como la circunferencia de la cintura (CCI) para detectar personas con un riesgo elevado de enfermedad debido a su obesidad abdominal, en una muestra representativa de una población mediterránea adulta.

Sujetos y método: Los sujetos de este estudio han sido 808 hombres y 951 mujeres participantes en la Encuesta de Nutrición y Salud de la Comunidad Valenciana, realizada en 1994 sobre una muestra representativa de la población mayor de 14 años. El peso, la talla y las circunferencias de cintura y cadera se obtuvieron por medición directa. Para este estudio se estimaron la sensibilidad, especificidad y otros índices de rendimiento para un valor definido como CCI-alta ≥ 102 cm (40 pulgadas) en hombres y ≥ 88 cm (35 pulgadas) en mujeres, y que tienen un cierto consenso basado en estudios realizados en poblaciones de procedencia anglosajona. Como patrón de referencia se han utilizado, la obesidad definida a partir de un índice de masa corporal, IMC ≥30 kg/m2, y la obesidad abdominal medida a través del índice de cintura-cadera (ICC), a partir de unos valores considerados altos o de riesgo (ICC-alto hombres ≥ 0,95; o ICC-alto en mujeres ≥ 0,80). Asimismo, se realizó un análisis comparado de prevalencia de factores de riesgo cardio-vascular para la CCI y el IMC, de acuerdo a los puntos de corte definidos.

Resultados: La sensibilidad (Se) de una CCI-alta para detectar obesidad fue mayor en las mujeres (Se=69.4%) que en los hombres (Se=52.9%), siendo la especificidad superior al 96% en ambos casos. El valor predictivo de un resultado positivo (VP+) fue del 99% en las mujeres y del 92% en los hombres. Respecto a la tasa de falsos positivos, de las 628 personas que fueron clasificadas con una CCI-alta, sólo 21 personas (16 hombres y 5 mujeres) presentaron simultáneamente un IMC<30 kg/m2 y un ICC bajo (ICC <0.95 en hombres ó < 0,80 en mujeres), y de estas, sólo un hombre presentó un IMC < 25 kg/m2 y un ICC < 0,95 ("falso positivo extremo"). La prevalencia de factores de riesgo autoreferidos así como la tensión arterial medida fue muy superior entre las personas clasificadas en los niveles altos de CCI respecto a los de CCI baja, siendo el poder discriminatorio en este sentido igual o superior al observado para valores considerados estándar para definir la obesidad IMC ≥ 30.

Conclusión: Los datos de este estudio realizado en población adulta mediterránea apoyan el uso de la circunferencia de cintura para identificar a las personas que deberían perder peso para disminuir así su riesgo de enfermedad. La fácil obtención de la CCI y la posibilidad de aplicar directamente sus valores sin estimar fracciones con otras medidas, hacen recomendar su uso y difusión como método de screening contra la obesidad.


112 INGESTA DIETÉTICA EN NIÑOS DE CUATRO PROVINCIAS ESPAÑOLAS: COMPARACIÓN CON LAS RECOMENDACIONES ALIMENTARIAS Y NUTRICIONALES

M.A. Royo-Bordonada*1, L. Gorgojo1, J.M. Martín-Moreno1,2, F. Rodríguez-Artalejo2, C. Garcés3, M. de Oya2,3, en nombre del Grupo del estudio 4 Provincias

1Instituto de Salud Carlos III; 2Universidad Autónoma de Madrid; 3Fundación Jiménez Díaz, Madrid. *Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III, Madrid.

Antecedentes y objetivo: La ingesta de alimentos y nutrientes y los patrones dietéticos en edad infantil tienen gran repercusión en la salud de la población. El objetivo de este trabajo es comparar la dieta de los niños de 4 ciudades españolas con los objetivos nutricionales establecidos para la población española de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y con las recomendaciones de la pirámide de alimentos estadounidense.

Métodos: Estudio transversal en 1.112 niños de ambos sexos, entre 6 y 7 años, de Cádiz, Madrid, Orense y Murcia. La selección de la muestra se realizó mediante muestreo aleatorio, por conglomerados de centros escolares, estratificados por sexo y nivel socioeconómico. Para la recogida de información alimentaria y nutricional, se utilizó un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos, previamente validado en adultos y adaptado a la población infantil. Se definió operativamente como "cumplidor" de los criterios establecidos a aquel individuo con una ingesta igual o superior a la mínima recomendada. Paralelamente, se calculó el Indice de Alimentación Saludable de Kennedy et. al (IAS-f). El análisis incluyó test de la chi cuadrado y t de student, análisis de la covarianza y regresión logística.

Resultados: El porcentaje de cumplidores de las recomendaciones relativas a los ácidos grasos saturados e hidratos de carbono fue muy bajo, en contraste con las cifras de los ácidos grasos mono y poliinsaturados y la fibra (69,7%, 43,7% y 30,1% respectivamente). El único nutriente que presentó una ingesta media inferior a la recomendada (77,1%) fue la vitamina B6. La ingesta media de raciones de los grupos de alimentos de la pirámide se encontró próxima o por encima de las recomendaciones, excepto en el caso de los cereales, con una ingesta media de 5,4 raciones. La puntuación media del IAS-f fue de 64,6. El patrón de cumplimiento de todas las recomendaciones de la pirámide y el IAS-f se asociaron de forma positiva con el grado de cumplimiento de las recomendaciones relativas a la ingesta de macro y micronutrientes.

Conclusiones: Los niños estudiados presentan un escaso cumplimiento de los objetivos nutricionales de la SENC. Aunque la ingesta de micronutrientes resulta adecuada en la mayor parte de los casos, se mantienen pequeños subgrupos con un riesgo potencial de ingesta deficiente de algún micronutriente, como la vitamina B6. Por otro lado, al compararlo con las recomendaciones de la pirámide de alimentos americana, el perfil alimentario de los niños españoles resulta razonablemente satisfactorio, si bien es mejorable en el caso de la ingesta de cereales y frutas, tal como refleja la puntuación media obtenida por los niños españoles en el IAS-f.


113 PREVALENCIA DE TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO EN MUJERES ADOLESCENTES. COMUNIDAD DE MADRID, 2001

A. Gandarillas, B. Zorrilla, P. Muñoz, I. Galán, C. Febrel, C. León, J.L. Cantero y C.M. Meseguer

Servicio de Epidemiología. Dirección General de Salud Pública; Área de Epidemiología y Evaluación de Servicios. Departamento de Salud Mental. Consejería de Sanidad. Comunidad de Madrid.

Antecedentes y objetivo: La escasez de conocimiento de la prevalencia de los Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA) en nuestro medio, junto con el enorme interés generado desde diferentes ámbitos sociales y asistenciales, nos ha llevado a realizar esta encuesta cuyo principal objetivo es estimar la prevalencia actual y acumulada de casos clínicos de TCA en la población femenina adolescente.

Métodos: Se ha realizado un estudio transversal a una muestra representativa de la población femenina adolescente escolarizada, en el que han participado 1214 alumnas de edades comprendidas entre los 15 y 18 años. El tipo de muestreo fue por conglomerados bietápico tomando como unidades de primera etapa los centros y de segunda las aulas. Una vez concedida la autorización por escrito de los padres, se realizó a todas las alumnas de la muestra una entrevista clínica semiestructurada (Eating Disorder Examination 12.0 edición, Fairburn y Cooper, 1993), por un equipo de psicólogos clínicos y psiquiatras. La entrevista incluía la medición del peso y talla. Para el diagnóstico de TCA se siguieron los criterios de la DSM-IV, que diferencia anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastornos de la conducta alimentaria no especificados (ednos). Se presenta también la prevalencia de aquellas que cumplían solo dos o mas criterios.

Resultados: Con 953 entrevistas realizadas, más del 92% de las previstas, y con una tasa de respuesta hasta el momento del 73%, se han diagnosticado 6 casos de anorexia nerviosa, 7 casos de bulimia nerviosa, y 18 casos incompletos, presentando 80 alumnas 2 o más criterios. Esto arroja unas cifras de prevalencia actual de caso de TCA de un 3,3% (I. de C. al 95% 2,2-4,6) y de alumnas con 2 o más criterios, del 8,4% (I. de C. al 95% 6,7-10,3). Solo el 50% de las anorexias nerviosas diagnosticadas estaban en tratamiento, bajando este porcentaje al 14% en las bulímicas y al 16% en las diagnosticadas como cuadro incompleto. Se detectaron 2 casos de anorexia nerviosa y 2 casos de bulimia nerviosa tratadas y recuperadas en el momento actual, lo que indica una prevalencia acumulada de TCA del 3,7% (I. de C. al 95% 2,6-5)

Conclusiones: Los primeros resultados de esta encuesta indican cifras de prevalencia similares a las de otros estudios realizados en nuestro medio con parecida metodología, que nos llevan a concluir que los TCA son problemas relativamente frecuentes entre la población femenina adolescente. Desde un punto de vista preventivo, estas cifras aconsejan tenerlos presentes en cualquier ámbito, educativo, sanitario o familiar en el que el adolescente sea objeto de atención.


114 LA ACTIVIDAD FÍSICA EN EL TRABAJO NO SE ASOCIA A LA OBESIDAD EN ESPAÑA

L. Díez-Gañán*, J.L. Gutiérrez-Fisac, P. Guallar-Castillón, J.R. Banegas y F. Rodríguez Artalejo

Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad Autónoma de Madrid; Centro Universitario de Salud Pública, Universidad Autónoma de Madrid y Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. *Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Autónoma de Madrid.

Lucía Díez Gañán ha disfrutado de una beca BEFI del Fondo de Investigación Sanitaria durante la realización de este trabajo.

Antecedentes y objetivos: Las razones del aumento de la prevalencia de obesidad en los países desarrollados aún no se conocen con claridad. A pesar de que se ha mencionado frecuentemente que la baja actividad física en el tiempo de trabajo, como consecuencia del desarrollo tecnológico, podría ser un factor de riesgo, raramente se ha considerado ésta como la hipótesis principal de interés de un estudio. El objetivo de este trabajo es analizar la asociación entre la actividad física en el tiempo trabajo (AFTT) y en el tiempo libre (AFTL), y el índice de masa corporal (IMC) y la obesidad en la población adulta española de 20 a 60 años.

Métodos: Los datos proceden de la Encuesta Nacional de Salud Española de 1993. Se ha analizado una muestra de 12,044 hombres y mujeres de 20 a 60 años. El IMC y la frecuencia de obesidad se obtuvieron a partir del peso y la talla autodeclarados. Se definió obesidad como un IMC >= 30 kg/m2. Con el objetivo de estudiar el efecto de la AFTT y la AFTL sobre el IMC y la obesidad, se ajustaron modelos de regresión lineal múltiple y de regresión logística, respectivamente. Se tuvieron en cuenta la edad, el nivel de educación, el consumo de tabaco y de alcohol, la presencia de enfermedad crónica y la salud subjetiva como potenciales factores de confusión. El análisis se realizó separadamente para varones y mujeres.

Resultados: Ni el IMC medio ni la proporción de obesidad varían significativamente (p > 0,05) en función de la AFTT. Por otro lado, el IMC fue significativamente mayor (p < 0,01) en las personas sedentarias durante su tiempo libre (25,90 kg/m2 en hombres y 24,43 kg/m2 en mujeres) que en los que declararon una actividad física intensa (24,42 kg/m2 y 22,97 en hombres y mujeres, respectivamente). Además, el odds ratio para obesidad disminuye al aumentar el nivel de AFTL tanto en hombres (OR = 0,64 para actividad intensa) como en mujeres (OR = 0,68), mostrando una relación dosis-respuesta estadísticamente significativa tanto en hombres (p de tendencia lineal = 0,0021) como en mujeres (p = 0,0245).

Conclusiones: Los resultados encontrados, que ponen en duda la asociación entre la AFTT y la obesidad, podrían replantear los modelos explicativos de la epidemia de obesidad, que señalan a la mecanización del trabajo como uno de sus factores fundamentales. Sin embargo, hay una clara asociación negativa entre la AFTL y la prevalencia de obesidad en España.

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