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Impacto en la salud del programa de intervención comunitaria «Educación para la salud en la adolescencia»
Health impact of the community intervention programme “Health education in adolescence”
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Laura Pérez Rubioa,
Corresponding author
arual.p.rubio@gmail.com

Autora para correspondencia.
, José Manuel Marugán De Miguelsanzb, María Rosario Bachiller Luquec, Verónica Casado Vicentea
a Medicina Familiar y Comunitaria, Centro de Salud Universitario Parquesol, Valladolid, España
b Servicio de Pediatría, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España
c Pediatría de Atención Primaria, Centro de Salud Universitario Pilarica, Valladolid, España
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Tabla 1. Número de personas empadronadas por zonas estadísticas según grupo de edad, a fecha 1-1-2018
Tabla 2. Dimensiones y subdimensiones de la versión española del CHIP-AE
Tabla 3. Relación de los valores d de Cohen con R2 y el coeficiente r de correlación
Tabla 4. Análisis descriptivo. Variables de las dimensiones y subdimensiones del cuestionario CHIP-AE en la muestra total (n=407)
Tabla 5. Análisis inferencial. Diferencias en las variables de las dimensiones y subdimensiones del cuestionario CHIP-AE en función del sexo
Tabla 6. Comparación de las diferencias, por sexo, entre el GI y los GB y GC en los valores medios de las variables de las dimensiones y subdimensiones del CHIP-AE
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Resumen
Objetivo

Medir el impacto del programa de intervención comunitaria «Educación para la salud en la adolescencia» llevado a cabo en el barrio de Parquesol, Valladolid, durante los años 2015-2019.

Método

Ensayo comunitario de intervención cuasi experimental analítico pre- y postest con grupo control. Se recogieron 407 encuestas de adolescentes. Se utilizó el test CHIP-AE validado para España. Se analizaron los resultados pre- y postest y se compararon con el grupo control.

Resultados

Se encontraron mejoras en el grupo de intervención femenino frente al grupo control en las variables resistencia (3,68 vs. 3,41; p<0,01), salud y seguridad en el hogar (4,30 vs. 4,00; p <0,01), actividades físicas (3,16 vs. 2,60; p <0,01) y autoestima (3,17 vs. 2,79; p <0,05).

Conclusiones

La intervención comunitaria realizada mejora el perfil de salud de los/las adolescentes. La percepción basal de la salud presenta diferencias por sexo, con mayor puntuación en los hombres. La mejoría posintervención es sustancial en las mujeres en resistencia, actividades físicas y salud y seguridad en el hogar. Además, se corrige en la variable autoestima el empeoramiento debido al paso de los años descrito en estudios previos.

Palabras clave:
Adolescente
Educación
Promoción de la salud
Medicina comunitaria
Ensayos clínicos controlados no aleatorizados
Abstract
Objective

To measure the impact of the community health programme “Education for health in adolescence” carried out in the Parquesol neighborhood, Valladolid (Spain), during the years 2015-2019.

Method

Community-based quasi-experimental pre- and post-test analytical intervention trial with control group. A total of 407 adolescent surveys were collected. The CHIP-AE test validated for Spain was used. Pre- and post-test results were analyzed and compared with the control group.

Results

Improvements were found in the female intervention group compared to the control group in the variables resilience (3.68 vs. 3.41; p <0.01), health and safety at home (4.30 vs. 4.00; p <0.01), physical activities (3.16 vs. 2.60; p <0.01) and self-esteem (3.17 vs. 2.79; p <0.05).

Conclusions

The community intervention carried out improves the health profile of adolescents. The baseline perception of health presents differences by gender, with higher scores in males. Post-intervention improvement is substantial in females in resilience, physical activities and health and safety at home. In addition, the worsening due to the passage of time described in previous studies is corrected in the variables self-esteem, satisfaction and well-being.

Keywords:
Adolescent
Education
Health promotion
Community medicine
Non-randomized controlled trials
Full Text
Introducción

La adolescencia es el periodo de la vida durante el cual se desarrolla globalmente la persona, y presenta características propias. La Organización Mundial de la Salud considera la adolescencia el periodo comprendido entre los 10 y los 19 años1. Otros organismos, como la American Academy of Pediatrics, lo alargan hasta los 21 años2.

Es la etapa más susceptible de influencias externas, por lo que es importante prestar atención a conductas de riesgo como consumo de drogas, relaciones sexuales sin protección, violencia, conflictos familiares o escolares, trastornos de la conducta alimentaria o uso inadecuado de las nuevas tecnologías3–10.

Los/las adolescentes son un grupo sano. Los ingresos hospitalarios y la mortalidad registran sus cifras más bajas a esas edades11. Sin embargo, tienen baja percepción de las conductas de riesgo y no suelen demandar atención sanitaria12,13. Es importante promover la accesibilidad al centro de salud y aprovechar cualquier consulta para realizar un abordaje de prevención14–16. La educación en esta etapa beneficia a la sociedad, ya que con mayor probabilidad los factores de riesgo que puedan corregirse perdurarán en el adulto17–20.

En España se han realizado pocos estudios que evalúen la efectividad de los programas de educación en salud y sexualidad en adolescentes, lo que hace que no puedan utilizarse como referentes ni aplicarse mejoras a los mismos. En los últimos años se observa una disminución de la literatura española sobre la educación afectivo-sexual. En el ámbito nacional, las intervenciones que se realizan suelen estar limitadas en el tiempo, con lo cual no se garantiza que los conocimientos y los comportamientos se mantengan, y no se ha generalizado ningún programa que abarque la educación en salud y sexualidad en las escuelas21.

Parquesol es una Zona Básica de Salud (ZBS) que presenta una elevada población adolescente. Según el Instituto Nacional de Estadística22, en 2018 se trataba de la segunda zona de Valladolid con mayor número de adolescentes y la tercera con mayor tasa de adolescentes por habitante (tabla 1). Según las conclusiones de un estudio realizado en nuestra ZBS, el perfil de salud de los adolescentes de Parquesol es similar al de otras poblaciones estudiadas (Segovia, Barcelona, Tenerife y Baltimore). La edad se correlaciona con bienestar físico, emocional, limitación de actividad, riesgo individual, amenaza a logros, bienestar global y riesgo global. Las mujeres presentan mayor frecuentación al centro de salud, menor bienestar físico y emocional, mayor limitación de actividad, mayor riesgo individual, mayor amenaza a logros, menor bienestar global y mayor riesgo global; sin embargo, presentan menor influencia de pares. En relación con el perfil de riesgo de los/las adolescentes de nuestra zona, el 21,4% han consumido tabaco, el 46,6% han probado la cerveza o el vino, el 27,7% han tomado más de cinco copas seguidas alguna vez, el 15,9% han fumado cannabis, el 1,8% han consumido cocaína, el 22,7% han robado alguna vez, el 19,1% se han subido a un coche con alguien imprudente y el 41% han conducido bajo los efectos del alcohol o de otras drogas. Según dicho estudio, existe relación entre los/las adolescentes que más frecuentan la consulta y los/las que presentan un mayor riesgo individual (odds ratio: 3,25)23.

Tabla 1.

Número de personas empadronadas por zonas estadísticas según grupo de edad, a fecha 1-1-2018

Zona estadística Valladolid  Total de población  10-19 años  Tasa de adolescentes  Tasa adolescentes general 
Las Villas-Cañada Puente Duero-Covaresa-Parque Alameda-Paula López  22.377  3.138  14,02%  12,10% 
Parquesol  25.832  3.079  11,92%  11,87% 
Delicias  26.233  2.016  7,68%  7,77% 
Avenida de Burgos-Canal de Castilla  14.314  1.479  10,33%  5,70% 
Caamaño-Las Viudas  14.968  1.428  9,54%  5,50% 
Rondilla  16.340  1.203  7,36%  4,64% 
Pajarillos Bajos  14.232  1.110  7,80%  4,28% 
Paseo Zorrilla (Alto)  13.316  860  6,46%  3,31% 
Girón  9.431  855  9,07%  3,30% 
Centro  8.684  705  8,12%  2,72% 
Circular  9.887  631  6,38%  2,43% 
Caño Argales  7.438  597  8,03%  2,30% 
Pilarica  8.516  541  6,35%  2,09% 
Paseo Zorrilla (Bajo)  6.317  539  8,53%  2,08% 
Campo Grande  6.501  426  6,55%  1,64% 
Huerta del Rey (Alta)  6.380  421  6,60%  1,62% 
Pajarillos Altos  3.929  412  10,49%  1,59% 
La Overuela-Navabuena  2.664  398  14,94%  1,53% 
Hospital  7.109  365  5,13%  1,41% 
Cuatro de Marzo  3.562  314  8,82%  1,21% 
Arturo Eyries (Alto)  3.188  313  9,82%  1,21% 
La Rubia  3.983  304  7,63%  1,17% 
Páramo San Isidro-Poblado Esperanza  2.801  301  10,75%  1,16% 
Santa Clara  4.870  282  5,79%  1,09% 
Universidad  4.901  281  5,73%  1,08% 
San Nicolás  3.744  275  7,35%  1,06% 
Vadillos  4.114  270  6,56%  1,04% 
San Miguel  4.215  269  6,38%  1,04% 
San Pedro Regalado  2.749  258  9,39%  0,99% 
Barrio España  2.501  245  9,80%  0,94% 
Huerta del Rey (Media)  2.975  237  7,97%  0,91% 
Batallas  3.607  215  5,96%  0,83% 
Camino de la Esperanza  2.210  207  9,37%  0,80% 
Arturo León  2.841  206  7,25%  0,79% 
Las Flores  2.142  205  9,57%  0,79% 
Belén  1.829  192  10,50%  0,74% 
Huerta del Rey (Baja)  2.093  159  7,60%  0,61% 
Gavilla  2.026  157  7,75%  0,61% 
Polígono de Argales  2.596  144  5,55%  0,56% 
Arturo Eyries (Bajo)  1.240  140  11,29%  0,54% 
San Juan  1.896  129  6,80%  0,50% 
Puente Duero  1.126  125  11,10%  0,48% 
San Juan II  1.640  120  7,32%  0,46% 
San Pablo  1.877  117  6,23%  0,45% 
El Pinar de Antequera  975  114  11,69%  0,44% 
Barriada Guardia Civil  1.268  84  6,62%  0,32% 
Colegio Cristo Rey-Insonusa  1.429  77  5,39%  0,30% 
Total población Valladolid  298.866  25.943     

Nota: datos obtenidos de la web del Ayuntamiento de Valladolid y del Instituto Nacional de Estadística.

Elaboración propia.

Una parte importante de nuestro trabajo como profesionales de la salud es promocionar hábitos saludables en una población tan vulnerable, así como favorecer su longitudinalidad y accesibilidad al centro de salud.

El programa «Educación para la salud en la adolescencia» se lleva realizando 20 años en el Centro de Salud Parquesol, dirigido por la tutora coordinadora de formación especializada del centro de salud. Los/las residentes, tanto de medicina (MIR) como de enfermería (EIR), desarrollan las charlas y los talleres bajo la supervisión de matronas, enfermeras de pediatría y jóvenes adjuntos de medicina familiar y comunitaria, junto con el profesorado de los institutos. Se trata de un programa de intervención comunitaria de educación sanitaria y afectivo-sexual con un enfoque integral en la población adolescente de nuestra ZBS.

El objetivo principal de este estudio fue medir el impacto de dicho programa durante el periodo 2015-2019. Como objetivos específicos nos planteamos determinar si la intervención fue efectiva y si el cambio provocado por ella sería mayor que el de la evolución por razón de edad de los/las adolescentes.

MétodoDiseño

Se trata de un ensayo comunitario de intervención cuasi experimental analítico pre- y postest, con grupo control. Se basó en un programa comunitario de educación sanitaria y afectivo-sexual dirigido a adolescentes a partir de los 12 años, denominado «Proyecto de salud comunitaria. Educación para la salud en la adolescencia». Se llevó a cabo durante 4 años en la ZBS de Parquesol, Valladolid. La encuesta se cumplimentó durante las horas de tutoría de forma anónima. El estudio fue aprobado por el comité de ética (Ref. CEIm: PI143-19).

Muestra y criterios de inclusión

Se realizó un muestreo por conglomerados, eligiendo los tres institutos de enseñanza superior (IES) de nuestra ZBS y estratificado por cursos de 2.° y 4.° de enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Se recogieron 407 encuestas de un total de 551 alumnos entre 13 y 17 años (tasa de respuesta del 74%).

El grupo de intervención (GI) lo formaron 151 alumnos matriculados en 4.° de ESO en los IES Parquesol y Julián Marías (Valladolid) en el curso académico 2018-2019. Recibieron la intervención desde que cursaban 1.° de ESO en el curso académico 2015-2016 y respondieron la encuesta al finalizar la intervención en 2019.

El grupo control (GC) lo formaron 43 alumnos que en el curso 2018-2019 se encontraban en 4.° de la ESO en el IES José Jiménez Lozano (Valladolid). Este grupo respondió al cuestionario sin recibir la intervención.

El grupo basal (GB) fueron 213 alumnos de 2.° de ESO (curso 2015/16) de los mismos IES que el GI. Estos respondieron el cuestionario antes de recibir la intervención. No se pudieron obtener las respuestas previas del GI, pero utilizamos los datos del GB para estudiar el efecto de la edad.

Se estableció como criterio de inclusión ser alumno/a matriculado/a en el IES a estudio y aceptar participar, con el consentimiento informado de sus padres/madres o tutores/as legales. Como criterio de exclusión se estipuló no aceptar participar o no obtener la autorización de sus padres/madres o tutores/as legales, o estar destinado/a al grupo de intervención sin haber recibido la intervención. En ninguno de los centros educativos escogidos se realizaban previamente intervenciones comunitarias ni formaciones sobre salud y educación afectivo-sexual.

Programa de intervención

Se utilizó metodología constructivista, siendo esta la corriente educativa que entrega a los/las alumnos/as las herramientas necesarias para que ellos/ellas mismos/as construyan su aprendizaje. Respecto a la educación sexual, se fundamentó en el modelo biográfico-profesional, que parte del concepto positivo de la salud y se fundamenta en el conocimiento científico, la formación no sesgada y la libre elección.

Se utilizó material diseñado para la educación para la salud con el fin de favorecer la participación del alumnado y generar un aprendizaje activo: audiovisual, juegos, etc.

Las charlas y los talleres educativos se adaptaron al nivel de los/las adolescentes y atendiendo a la diversidad. Los temas a tratar fueron: alimentación y hábitos saludables; autoestima, resiliencia, igualdad y ética de las relaciones; pubertad; sexualidad; anticonceptivos y prevención de infecciones de transmisión sexual; amor romántico y duelo en la ruptura amorosa; prevención de hábitos tóxicos, primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar; y prevención de drogodependencias.

Instrumento de medida y variables

Se utilizó el cuestionario Child Health and Illness Profile, Adolescent Edition (CHIP-AE) validado para España24, que es una medida genérica del estado de salud percibido para adolescentes. Incluye seis dimensiones (satisfacción, bienestar, resistencia, riesgos, enfermedades y consecución de funciones) y 20 subdimensiones con un total de 182 ítems (tabla 2). La versión española del CHIP-AE es equivalente semánticamente y conceptualmente a la original, y los resultados de sus propiedades psicométricas son adecuados, obteniendo coeficientes de fiabilidad superiores a 0,70 en la mayoría de las variables25,26.

Tabla 2.

Dimensiones y subdimensiones de la versión española del CHIP-AE

Dimensiones (total de ítems): descripción de la dimensión  Subdimensiones  N.° de ítems 
Satisfacción (12): percepción del estado general de salud y bienestarSatisfacción salud general 
Autoestima 
Bienestar (45): sensaciones físicas y emocionales que interfieren en el confortBienestar físico  24 
Bienestar emocional  14 
Limitaciones de actividad 
Resistencia (31): estados y conductas que reducen la probabilidad de subsecuentes problemas de saludParticipación familiar 
Resolución de problemas 
Actividad física 
Salud y seguridad en el hogar  11 
Riesgos (38): estados y conductas que acentúan la probabilidad de subsecuentes problemas de salud o accidentesRiesgo individual  18 
Amenazas a logros  15 
Influencia de pares 
Enfermedades (45): diagnósticos que incluyen enfermedades agudas, crónicas, accidentes y problemas de salud mentalEnfermedades agudas leves  10 
Enfermedades agudas graves 
Enfermedades recurrentes  11 
Enfermedades clínicas de larga duración 
Enfermedades quirúrgicas de larga evolución 
Enfermedades psicológicas 
Rendimiento (11): rendimiento esperado en la escuela y el trabajoRendimiento laboral 
Rendimiento académico 
  182 

Nota: en nuestro estudio no se analizaron la dimensión Enfermedades ni la subdimensión Rendimiento laboral.

Elaboración propia.

No se analizó la dimensión enfermedades, con sus seis subdimensiones, ya que es opcional y no resultaba de utilidad en nuestro estudio. Tampoco se consideró la subdimensión rendimiento laboral debido al mínimo número de alumnos que trabajan a esta edad. Por lo tanto, contamos con cinco dimensiones y 13 subdimensiones, sumando un total de 133 ítems.

Análisis estadístico

Se utilizó la aplicación informática IBM-SPSS Statistics versión 25 (IBM Corp., Armonk, NY, USA). Se realizó una valoración global desde las variables de las dimensiones y las subdimensiones mediante la sintaxis creada por sus autores.

La descriptiva de las variables categóricas se plasmó en tablas de frecuencias y porcentajes; para las variables cuantitativas se utilizaron estadísticos de centralidad (media con su intervalo de confianza y mediana), de variabilidad (mínimo y máximo, desviación estándar y amplitud intercuartil) y estadísticos de forma (asimetría y curtosis, que se emplearon para determinar el ajuste de las variables al modelo de la normal de Gauss).

Ante la falta de normalidad estadística de las variables cuantitativas, se empleó el test inferencial de contraste de Mann-Whitney para la diferencia entre promedios en dos grupos de sujetos independientes entre sí. Se acompañó este test con la estimación del valor del tamaño del efecto (expresado en escala R2 para más comodidad de interpretación) (tabla 3).

Tabla 3.

Relación de los valores d de Cohen con R2 y el coeficiente r de correlación

T.E. pequeñoT.E. moderadoT.E. grandeT.E. muy grande
R2  R2  R2  R2 
<  <  <  0,40  0,038  0,196  0,80  0,138  0,371  1,20  0,265  0,514 
0,10  0,002  0,050  0,50  0,059  0,243  0,90  0,168  0,410  1,30  0,267  0,545 
0,20  0,010  0,100  0,60  0,083  0,287  1,00  0,200  0,447  1,40  0,329  0,573 
0,30  0,022  0,148  0,65  0,096  0,309  1,10  0,232  0,482  1,50  0,360  0,600 
0,35  0,030  0,172  0,70  0,109  0,330  1,15  0,250  0,500  > 

T.E.: tamaño del efecto.

Tabla elaborada por 3Datos SL.

Para el contraste inferencial de variables categóricas se emplearon tablas de contingencia y la prueba de ji al cuadrado. Esta se acompañó del tamaño del efecto (en R2), estimado como el cuadrado del índice W de Cramer, específico para estos cruces y similar al coeficiente de Pearson.

El nivel de significación se informó en todos los casos y se estableció, para todas las pruebas, en p <0,05.

ResultadosDescripción de la muestra total

De los/las 407 encuestados/as, 213 se encontraban en 2.° de ESO (el 76% de 13 años). El resto, 194 alumnos/as, pertenecían a 4.° de ESO (el 76,7% de 15 años). Por sexo, el grupo estaba equilibrado entre hombres y mujeres (48,2% y 51,8%, respectivamente).

Respecto a las variables, los resultados indicaron bastante homogeneidad en la mayoría de las variables (tabla 4).

Tabla 4.

Análisis descriptivo. Variables de las dimensiones y subdimensiones del cuestionario CHIP-AE en la muestra total (n=407)

Variable de la dimensión  CentralidadVariabilidadForma
  Media  IC95%  Mediana  Mín.  Máx.  DE  Amplitud intercuartil  Asim.  Curt. 
Satisfacción  3,27  3,22-3,32  3,33  1,70  4,43  0,50  0,64  –0,51  0,00 
Bienestar  4,34  4,29-4,39  4,43  2,42  6,35  0,47  0,56  –1,03  2,45 
Resistencia  3,70  3,65-3,74  3,69  2,33  6,36  0,47  0,54  1,34  7,22 
Riesgos  4,23  4,20-4,29  4,30  2,83  6,02  0,40  0,45  –0,34  1,92 
Consecución de funciones  1,43  1,33-1,52  1,14  0,50  6,21  0,97  0,50  2,87  8,75 
Satisfacción con la salud  3,24  3,19-3,30  3,29  1,86  4,57  0,53  0,71  –0,27  –0,39 
Autoestima  3,30  3,24-3,36  3,40  1,40  5,40  0,61  0,80  –0,50  0,55 
Bienestar físico  4,33  4,29-4,38  4,43  2,25  5,21  0,47  0,58  –1,26  2,32 
Bienestar emocional  4,00  3,94-4,07  4,14  1,79  5,57  0,69  0,93  –0,81  0,25 
Limitaciones de actividad  4,68  4,63-4,73  4,86  1,86  5,14  0,48  0,43  –2,80  9,89 
Actividades físicas  3,26  3,18-3,35  3,40  1,20  5,60  0,88  1,40  –0,17  –0,55 
Resolución de problemas  2,95  2,90-3,01  3,00  1,00  4,00  0,56  0,63  –0,60  0,69 
Salud y seguridad en hogar  4,16  4,12-4,21  4,18  2,27  5,61  0,48  0,55  –0,35  1,03 
Participación familiar  4,31  4,24-4,38  4,43  1,71  6,14  0,74  0,86  –0,97  1,31 
Riesgo individual  4,83  4,79-4,88  4,87  3,09  6,59  0,46  0,52  –0,20  1,42 

DE: desviación estándar; IC95%: intervalo de confianza del 95%.

Para la interpretación de los resultados en las variables de naturaleza negativa (riesgos, amenazas a logros, limitación de la actividad e influencia de pares), la mejora será inversamente proporcional al valor de la puntuación obtenida.

Diferencias en función del sexo

Se comprobó si existían diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres comparando los valores medios de todas las variables acompañados de la estimación del tamaño del efecto, expresado en escala R2 (tabla 5). Se encontraron suficientes evidencias estadísticas, y sólidas según los valores de p y los tamaños del efecto, de diferencias en función del sexo en nueve de las 18 variables contrastadas. Se realizó un análisis por separado de hombres y mujeres para aportar una perspectiva de género al estudio (tabla 6).

Tabla 5.

Análisis inferencial. Diferencias en las variables de las dimensiones y subdimensiones del cuestionario CHIP-AE en función del sexo

Variable de la dimensión  Media (± DE)Test de MWTamañodel efecto: R2 
  Hombres(n=196)  Mujeres(n=211)  Valor Zu   
Satisfacción  3,40 (± 0,45)  3,15 (± 0,52)  4,76a  0,000  0,064 
Bienestar  4,45 (± 0,42)  4,24 (± 0,50)  4,44a  0,000  0,050 
Resistencia  3,78 (± 0,51)  3,62 (± 0,42)  3,62a  0,000  0,029 
Riesgos  4,27 (± 0,41)  4,21 (± 0,39)  1,72 NS  0,086  0,005 
Consecución de funciones  1,51 (± 1,07)  1,36 (± 0,86)  0,04 NS  0,966  0,006 
Satisfacción con la salud  3,40 (± 0,48)  3,08 (± 0,53)  5,97a  0,000  0,097 
Autoestima  3,39 (± 0,55)  3,21 (± 0,65)  2,72a  0,007  0,021 
Bienestar físico  4,41 (± 0,42)  4,26 (± 0,51)  2,99a  0,003  0,023 
Bienestar emocional  4,23 (± 0,57)  3,79 (± 0,73)  6,16a  0,000  0,098 
Limitaciones de actividad  4,70 (± 0,49)  4,67 (± 0,48)  1,26 NS  0,207  0,001 
Actividades físicas  3,58 (± 0,82)  2,97 (± 0,84)  6,90a  0,000  0,120 
Resolución de problemas  2,92 (± 0,61)  2,99 (± 0,50)  1,45 NS  0,252  0,004 
Salud y seguridad en hogar  4,14 (± 0,51)  4,18 (± 0,45)  0,66 NS  0,509  0,002 
Participación familiar  4,31 (± 0,72)  4,31 (± 0,76)  0,25 NS  0,803  0,000 
Riesgo individual  4,86 (± 0,49)  4,81 (± 0,44)  0,36 NS  0,720  0,002 
Amenazas a logros  4,50 (± 0,64)  4,51 (± 0,51)  0,19 NS  0,850  0,000 
Influencia de pares  3,40 (± 0,51)  3,26 (± 0,56)  2,63a  0,008  0,016 
Rendimiento académico  2,20 (± 0,65)  2,32 (± 0,60)  1,80 NS  0,073  0,008 

DE: desviación estándar; NS: no significativo.

a

Altamente significativo.

Tabla 6.

Comparación de las diferencias, por sexo, entre el GI y los GB y GC en los valores medios de las variables de las dimensiones y subdimensiones del CHIP-AE

Variable  HombresMujeres
  GI  GB  GC  GI-GB  GI-GC  GI  GB  GC  GI-GB  GI-GC 
Satisfacción  3,35  3,44  3,41  0,11  0,06  3,09  3,26  2,84  0,17a,b  0,25 
Bienestar  4,41  4,50  4,32  0,09  0,09  4,08  4,43  3,95  0,35a,b  0,13 
Resistencia  3,73  3,79  3,93  0,06  0,20  3,68  3,61  3,41  0,07  0,27a,c 
Riesgos  4,25  4,30  4,17  0,05  0,08  4,05  4,38  3,99  0,33a,c  0,06 
Consecución de funciones  1,57  1,52  1,26  0,05  0,31  1,25  1,46  1,25  0,21  0,00 
Satisfacción con la salud  3,38  3,44  3,39  0,06  0,01  3,02  3,18  2,88  0,16a,b  0,14 
Autoestima  3,32  3,43  3,43  0,11  0,11  3,17  3,34  2,79  0,17a,b  0,38a,c 
Bienestar físico  4,34  4,47  4,31  0,13  0,03  4,09  4,46  4,00  0,37a,b  0,09 
Bienestar emocional  4,15  4,29  4,14  0,14  0,01  3,56  4,06  3,40  0,50a,b  0,16 
Limitaciones de actividad  4,67  4,75  4,51  0,08  0,16a,b  4,59  4,77  4,45  0,18a,c  0,14 
Actividades físicas  3,54  3,56  3,89  0,02  0,35  3,16  2,91  2,60  0,25  0,56a,c 
Resolución de problemas  3,09  2,79  3,00  0,30a,c  0,09  2,93  3,01  3,08  0,08  0,15 
Salud y seguridad en hogar  4,11  4,15  4,17  0,04  0,06  4,30  4,13  4,00  0,17a,c  0,30a,c 
Participación familiar  4,22  4,37  4,23  0,15  0,01  4,25  4,41  4,08  0,16  0,17 
Riesgo individual  4,86  4,85  4,88  0,01  0,02  4,70  4,92  4,73  0,22a,c  0,03 
Amenazas a logros  4,50  4,48  4,65  0,02  0,15  4,41  4,63  4,29  0,22a,c  0,12 
Influencia de pares  3,34  3,51  2,99  0,17  0,35a,b  3,01  3,52  2,96  0,51a,c  0,05 
Rendimiento académico  2,20  2,21  2,13  0,01  0,07  2,32  2,32  2,27  0,00  0,05 

GB: grupo basal; GC: grupo control; GI: grupo de intervención.

a

Diferencias significativas (p <0,05).

b

Variables que empeoran.

c

Variables que mejoran.

Comparación entre grupos: GI vs. GC

En los varones no se encontraron diferencias estadísticamente significativas ni efecto suficiente como para poder hablar de diferencias entre los grupos GI y GC de varones en la mayoría de las variables (Tabla 6). Solo se observaron diferencias significativas en las variables influencia de pares y limitaciones de la actividad, siendo la media del GI mayor que la del GC. Sin embargo, en estas variables no se encontraron diferencias entre el GI y el GB.

En las mujeres se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el GI y el GC de mujeres en la dimensión resistencia, con efecto moderado, siendo la media más elevada (favorable) en el GI; también en las subdimensiones salud y seguridad en el hogar, actividades físicas y autoestima, en las que puntuaron más alto (favorable) las mujeres del GI que las del GC, con efecto moderado. En el resto de las variables no se hallaron diferencias significativas.

Comparación entre grupos: GI vs. GB

En los varones, al comparar los valores medios de las variables de las dimensiones y subdimensiones no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el GB y el GI, salvo en la variable resolución de problemas.

En las mujeres, al contrastar las dimensiones en el GB y el GI encontramos diferencias estadísticamente significativas y con efectos notables en algunas de ellas. En concreto, en la dimensión riesgos, con efecto grande, el valor medio fue inferior en las mujeres del GI que en las del GB (favorable en este caso); en cambio, en las dimensiones bienestar y satisfacción, con efecto grande y moderado-leve respectivamente, la media en el GI resultó inferior que en el GB.

Al estudiar las subdimensiones se encontraron cambios favorables al GI en las variables influencia de pares, amenazas a logros, limitaciones a la actividad, riesgo individual y salud y seguridad en el hogar, así como cambios favorables al GB en las variables bienestar físico, bienestar emocional, satisfacción con la salud y autoestima, en las que la media fue inferior en el GI que en el GB. Estos resultados, a priori paradójicos, se explicarán en el apartado Discusión, al comparar con el GC.

En el resto de las variables no se encontraron diferencias significativas.

Discusión

Existen pocos estudios que abarquen todas las dimensiones de la salud percibida27,28 y, de los que hay, muchos no encuentran resultados significativos29; además, suelen ser intervenciones a corto plazo. Nuestro estudio demuestra la efectividad de una intervención realizada a largo plazo (durante varios cursos académicos) en adolescentes, con una metodología constructivista y analizando las diferencias por género. Estudio sobre las diferencias de género en la salud autopercibida en adolescentes en España realizado en 200930 coincide en una peor percepción de la salud general, física y emocional de las mujeres frente a los hombres. En consonancia con estudios previos14,30,31, los varones tienen una puntuación previa a la intervención mayor en todas las variables en que se encuentran diferencias. De base, estos presentan mejor satisfacción en general y también con su salud; mejor bienestar en general, tanto emocional como físico; mayor resistencia; mejor autoestima, y mejor puntuación en actividades físicas. Sin embargo, presentan también mayor puntuación en influencia de pares, lo que significa que se dejan influenciar más por las compañías en cuanto a consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, e inicio de relaciones sexuales.

En los hombres, en las pocas variables en las que encontramos diferencias significativas en el GI frente al GB, no existen después al compararlas con el GC, por lo que no puede descartarse un cambio debido al paso de los años. Y viceversa, las escasas diferencias significativas encontradas en el GI frente al GC no existen al comparar con el GB. Por lo tanto, no podemos afirmar que la intervención haya sido efectiva en el grupo masculino.

En cuanto a las mujeres, parecen paradójicos los resultados de empeoramiento del GI frente al GB en las dimensiones bienestar y satisfacción. Sin embargo, en estas variables no hubo cambios respecto al alumnado de la misma edad (GI y GC). En cuanto a la variable autoestima, empeoró en el GI respecto al GB, y en cambio mejoró respecto a sus coetáneos (GC). En estudios previos31 se ha descrito un empeoramiento del estado de salud conforme aumenta la edad, más acentuado en el sexo femenino. Este empeoramiento descrito se refleja en las variables bienestar y satisfacción, apreciándose un no empeoramiento gracias a la intervención en la variable autoestima. Además, fuera del efecto edad, se encontraron mejoras en el GI frente al GC en las variables resistencia, salud y seguridad en el hogar, y actividades físicas.

Así pues, la intervención es efectiva mejorando el perfil de salud de los/las adolescentes en algunas variables, sobre todo en el sexo femenino.

En el ámbito nacional, los resultados obtenidos en programas de educación sexual analizados por Barriuso-Ortega et al.21 son positivos, pero hay pocos datos claros respecto a su efectividad debido principalmente a la falta de calidad de los estudios.

En cuanto a las características de la intervención, la mayoría de los programas de educación sexual que se desarrollan en España analizados por Barriuso-Ortega et al.21 siguen el modelo biográfico-profesional, basado en el abordaje integral de la sexualidad, con una metodología constructivista, como se aplicó en nuestra intervención. Varios de estos programas obtienen resultados positivos y superiores en comparación con otros programas basados exclusivamente en la evitación de prácticas de riesgo (modelo de riesgos) o en creencias religiosas (modelo moral). En concreto, estos son el programa Agarimos32, el programa P.E.Sex33 y el programa SOMOS34.

Realizar intervenciones de este tipo es importante para mejorar la salud percibida de los adolescentes. Deben ser parte, preferiblemente, de programas prolongados en el tiempo, ya que las intervenciones breves tienen poca evidencia de efectividad27,35. Esto permite realizar estudios longitudinales con mayor validez, además de poder contar con la evaluación a largo plazo de los conocimientos, las actitudes y los comportamientos adquiridos21.

El programa de intervención comunitaria aplicado mejora la salud percibida de los/las adolescentes, en especial de las mujeres. Ante las diferencias encontradas en función del sexo, sería interesante continuar la línea de investigación en este sentido para analizar las causas y mejorar los programas de intervención con perspectiva de género para aumentar su efectividad.

Tras los resultados favorables de este estudio, proponemos que se fomenten las intervenciones comunitarias, no solo desde la cartera de servicios de Atención Primaria en colaboración con los activos comunitarios, sino también desde los programas formativos MIR y EIR, para mejorar sus competencias en salud comunitaria y abordar la educación en la adolescencia desde un enfoque multidisciplinario.

La principal limitación de este estudio es el tamaño muestral reducido y limitado a nuestra ZBS, así como las diferencias de tamaño entre los grupos. Otra limitación es no contar con los datos previos a la intervención en los/las mismos/as alumnos/as del GI estudiado. Para futuros estudios se recomienda aumentar el tamaño muestral y partir de un muestreo aleatorizado, con la participación de diversas ZBS. Además, sería interesante contar con un seguimiento del alumnado y analizar su perfil de salud tras varios años de la intervención, evaluando los efectos a largo plazo.

¿Qué se sabe sobre el tema?

La educación y la prevención en la adolescencia pueden condicionar la persona que se será en el futuro. En estudios previos se observa una peor percepción de la salud general, física y emocional de las mujeres frente a los hombres. Además, se describe un empeoramiento del estado de salud conforme aumenta la edad.

¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?

Existen pocos estudios que abarquen todas las dimensiones de la salud percibida en jóvenes y que las distingan según género. De los que hay, muchos no encuentran resultados significativos.

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

Realizar intervenciones comunitarias sanitarias y afectivo-sexuales en adolescentes mejora su salud percibida, siendo más notable en el sexo femenino.

Editora responsable del artículo

Azucena Santillán-García.

Declaración de transparencia

La autora principal (garante responsable del manuscrito) afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y transparente del estudio que se remite a Gaceta Sanitaria, que no se han omitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepancias del estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) se han explicado.

Contribuciones de autoría

L. Pérez Rubio, como autora principal, ha realizado la mayor parte del trabajo de campo del estudio y ha redactado el artículo. El resto de las personas firmantes han colaborado en el diseño del estudio y en la corrección del artículo.

Financiación

Ninguna.

Conflictos de intereses

Ninguno.

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