Identificar el perfil, la prevalencia de depresión y factores asociados en usuarios regulares de cocaína captados en la comunidad.
MétodoEstudio transversal de 630 usuarios regulares de cocaína que no consumían heroína. La depresión, el apoyo social y la dependencia se evaluaron con los instrumentos Composite International Diagnostic Interview, Duke-Functional Social Support Questionnaire y Severity Dependence Scale, respectivamente.
ResultadosLa edad media fue de 23 años y un 33% eran mujeres. El perfil predominante de consumo de cocaína fue recreativo-intenso. Un 88% había terminado sus estudios secundarios. El 45,9% había recibido atención en urgencias el pasado año y un 7,8% tratamiento de la dependencia/psiquiátrico. El 14,6% tuvo depresión. Los factores relacionados con padecerla identificados en al análisis multivariado fueron el sexo femenino, no tener hogar, consumir ketamina y menor apoyo confidencial.
ConclusionesLos consumidores regulares de cocaína podrían necesitar atención específica en servicios sanitarios generales. Es necesario facilitar su acceso al tratamiento de la depresión.
To identify the profile of community-recruited regular cocaine users and the prevalence of recent depression and associated factors.
MethodA cross-sectional study was carried out in 630 regular cocaine users who were not heroin consumers. Depression, social support and dependence were evaluated with the Composite International Diagnostic Interview, the Duke-Functional Social Support Questionnaire, and the Severity of Dependence Scale, respectively.
ResultsThe mean age was 23 years and 33% of users were women. The predominant profile of cocaine use was recreational-intense. Most (88%) participants had completed secondary education. The use of emergency services in the previous year was 45.9% and 7.8% were under drug-dependence/psychiatric treatment. The prevalence of depression was 14.6%. In the multivariate analysis, the factors associated with recent depression were female gender, homelessness, ketamine consumption, and less confidential support
ConclusionsRegular cocaine users may require specific attention in general health services. Greater access to treatment for depression is needed among this group
Las implicaciones de la coexistencia de depresión y consumo de drogas son diversas: incrementa la demanda de servicios sociosanitarios1, aumenta las conductas de riesgo para la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y las hepatitis B y C2, reduce el cumplimiento del tratamiento antirretroviral3, incrementa el riesgo de sobredosis4 y suicidio, y conlleva mayores tasas de recaídas tras el tratamiento de la dependencia de drogas5. La mayoría de los estudios centrados en dicha coexistencia en consumidores de cocaína analizan poblaciones en tratamiento y generalmente con consumo concomitante de heroína, mostrando una prevalencia de depresión entre el 17% y el 50%5–7.
La prevalencia de consumo reciente (último año) de cocaína en España es muy alta, del 4,4% en 2009 en personas de 15 a 34 años de edad8, y la mayoría nunca han ido a tratamiento y no consumen heroína5,8. Hasta donde conocemos, no existen en España estudios sobre la depresión en consumidores de cocaína que no consumen heroína captados en la comunidad. Este amplio grupo ha sido escasamente caracterizado en relación con problemas de salud. La importancia de su estudio radica en que esta población ha demostrado tener un perfil diferente a aquella que sí consume heroína9, al tiempo que el efecto mostrado por la heroína y la cocaína sobre la vulnerabilidad a la depresión es diferente4,7.
Nuestro objetivo es describir el perfil de usuarios regulares de cocaína que no consumen heroína captados en la comunidad, estimar su prevalencia de depresión e identificar los factores asociados con ésta.
MétodosEstudio transversal en una submuestra basal de la cohorte ITINERE de usuarios regulares de cocaína entrevistada entre 2004 y 2006 en Madrid, Barcelona y Sevilla10. Los criterios de selección fueron tener entre 18 y 30 años de edad, haber consumido cocaína al menos 50 días en los últimos 12 meses y alguna vez en los 3 meses previos, y no haber consumido heroína en los últimos 12 meses. Los participantes fueron reclutados y seleccionados directamente en la comunidad mediante métodos de referencia en cadena10.
La depresión se evaluó mediante la Composite International Diagnostic Interview (CIDI) de la Organización Mundial de la Salud, aplicada y validada en nuestro medio11. La depresión reciente se definió como depresión mayor en los últimos 12 meses según criterios DSM-IV. Se excluyeron 13 participantes sin respuesta a la CIDI. La dependencia a la cocaína se evaluó mediante la escala de gravedad de la dependencia (intervalo de 0 a 5), considerando una puntuación de 3 como punto de corte para la dependencia12. Con el Duke-Functional Social Support Questionnaire13 se evaluó el apoyo social autopercibido en dos dimensiones (intervalo de 1 a 5): confidencial (posibilidad de contar con personas para comunicarse) y afectiva (demostraciones de amor, cariño y empatía); una mayor puntuación indica un mayor apoyo social percibido.
Además, se determinaron las características sociodemográficas, los patrones de consumo de cocaína y otras drogas, y el uso de servicios sociosanitarios. El consumo reciente y otras conductas se refirieron a los últimos 12 meses. Se tomaron muestras de sangre en papel secante y se determinaron los anticuerpos frente al VIH y la hepatitis C10.
Se realizó un análisis descriptivo de todas las variables, seguido de un análisis bivariado para identificar su relación con la depresión en los últimos 12 meses, rechazando la hipótesis nula para valores de p <0,05.
Con el fin de identificar los factores asociados a la depresión ajustando por otros factores, se realizó un modelo de regresión logística estimando las odds ratio y sus intervalos de confianza del 95%. Se incluyeron en el modelo las variables que mostraran p <0,10 en el análisis bivariado, y se evitó la introducción simultánea de variables correlacionadas. La bondad de ajuste se valoró con la prueba de Hosmer-Lemeshow.
ResultadosSe incluyeron 630 sujetos, de los cuales un 33% eran mujeres. La edad media fue de 23 años (desviación estándar [DE]: 3,3). El 8,4% había nacido fuera de España. El 88% tenía estudios secundarios, y de éstos, el 21,3% carrera universitaria. Un 2,7% había estado en la cárcel. El tiempo promedio de consumo de cocaína era de 6 años (DE: 3,0), el 96% generalmente la esnifaban y el 54% la consumían como máximo uno o dos días por semana. El 20,3% había consumido ketamina recientemente (tabla 1), en general esnifada (95,2%), y ninguno la consumió más de 11 días en el último año. El 0,7% y el 1,5% tenían, respectivamente, anticuerpos frente al VIH y la hepatitis C.
Características de la muestra y de los subgrupos con y sin depresión (N=630)
Depresión recientea n=92 (14,6%) | ||||
Total | Sí (%) | No (%) | p | |
Características sociodemográficas | ||||
Mujer | 212 | 50,0 | 30,9 | <0,001 |
Edad >25 añosa,b | 148 | 30,4 | 22,3 | 0,089 |
Con enseñanza secundaria o superior | 554 | 88,0 | 87,9 | 0,973 |
Situación laboral durante la mayor parte del tiempoa | 0,238 | |||
Empleo regular | 303 | 47,8 | 48,1 | |
Desempleo | 154 | 30,4 | 23,4 | |
Estudiando u otros | 173 | 21,7 | 28,4 | |
Sin hogar la mayor parte del tiempoa,c | 54 | 16,3 | 7,2 | 0,004 |
La principal fuente de ingresos es ilegal o marginala,d | 100 | 21,7 | 14,9 | 0,099 |
Consumo de cocaína | ||||
Frecuencia de consumoa | 0,219 | |||
1-2 días/semana o menos | 388 | 58,2 | 62,3 | |
3-6 días/semana | 228 | 37,4 | 36,1 | |
Diario | 13 | 4,4 | 1,7 | |
Consumo de cocaína>1g/díaa,e | 88 | 20,7 | 12,8 | 0,045 |
Consumo de cocaína en forma de basea | 97 | 25,0 | 13,8 | 0,006 |
Tipo de cocaina más frecuentemente consumidaa | 0,296 | |||
Siempre, la mayoría o la mitad de las veces en base | 76 | 15,4 | 11,5 | |
Siempre en polvo | 553 | 84,6 | 88,5 | |
Vía habitual de consumo de cocaínaa | 0,022 | |||
Esnifada en polvo | 604 | 92,4 | 96,5 | |
Fumada | 23 | 5,4 | 3,3 | |
Inyectada | 3 | 2,2 | 0,2 | |
Dependencia de cocaína (SDS ≥3) | 415 | 76,1 | 64,1 | 0,025 |
Tiempo de consumo de cocaína>5 años | 319 | 60,4 | 49,3 | 0,048 |
Consumo de otras drogasa | ||||
Alcohol (g/día)f | 0,732 | |||
No o consumo moderado | 194 | 33,7 | 30,3 | |
Consumo de riesgo | 219 | 31,5 | 35,3 | |
Consumo de alto riesgo | 217 | 34,8 | 34,4 | |
Ketamina | 128 | 33,7 | 18,0 | 0,001 |
Éxtasis o drogas de diseño | 463 | 79,3 | 72,5 | 0,168 |
Éxtasis líquido, GHB | 95 | 13,0 | 15,5 | 0,550 |
Anfetaminas o speed | 370 | 62,0 | 58,3 | 0,509 |
Tranquilizantes/somníferos | 128 | 27,2 | 19,2 | 0,078 |
Opiáceos diferentes a heroína o metadona | 81 | 18,5 | 11,9 | 0,081 |
Cannabis, hachís, marihuana | 589 | 88,0 | 94,4 | 0,022 |
Acceso a servicios de saluda | ||||
Tratamiento psicológico/psiquiátrico o relacionado con el uso de drogas | <0,001 | |||
Ninguno | 581 | 82,6 | 93,9 | |
Sólo psicológico o psiquiátrico | 27 | 10,9 | 3,2 | |
Sólo para dejar o controlar el consumo de drogas | 16 | 3,3 | 2,4 | |
Ambos tratamientos | 6 | 3,3 | 0,6 | |
Atención de urgenciasg | 289 | 44,6 | 46,1 | 0,785 |
Servicios ambulatorios de saludh | 352 | 67,0 | 54,2 | 0,022 |
Apoyo social (FSSQ)a | ||||
Apoyo confidencial, media (DE) | 78,3 (19,7) | 72,7 (19,8) | 79,3 (19,5) | 0,003 |
Apoyo afectivo, media (DE) | 81,5 (19,7) | 74,9 (23,8) | 82,6 (18,7) | 0,001 |
SDS: Severity Dependence Scale; GHB: ácido gamma-hidroxibutírico; FSSQ: Duke-UNC Functional Social Support Questionaire; DE: desviación estándar.
Se usó la categoría >25 años para preservar la comparabilidad con otros estudios y usar categorías quinquenales (>25-30); los participantes de 18-20 años se agruparon en ≤25 años.
Prostitución, tráfico de drogas, robo o venta de cosas robadas, venta ambulante en la calle, recoger chatarra o cartón, realizar espectáculos en la calle o vigilar aparcamientos, otros.
El 33,3% había tenido depresión alguna vez y el 14,6% depresión reciente. En el análisis bivariado se observaron diferencias en la prevalencia de depresión reciente para variables sociodemográficas, de consumo de cocaína, otras drogas, uso de servicios y apoyo social. De éstas, en el análisis multivariado se mantuvieron relacionadas con mayor prevalencia de depresión (p <0,05) ser mujer, vivir sin hogar, haber consumido recientemente ketamina, tener un menor apoyo confidencial y haber recibido tratamiento psicológico o psiquiátrico en ese periodo (tabla 2).
Factores sociodemográficos y de consumo de drogas, y depresión recientea. Análisis bivariado y multivariado
Depresión reciente | ||
ORb (IC95%) | ORa (IC95%) | |
Características sociodemográficas | ||
Sexo | ||
Hombre | 1 | 1 |
Mujer | 2,24f (1,43-3,51) | 2,60f (1,58-4,26) |
Edada | ||
≤25 años | 1 | |
>25 años | 1,52h (0,94-2,48) | |
Tipo de alojamientob | ||
En hogar | 1 | 1 |
Sin hogarc | 2,49g (1,31-4,74) | 2,11g (1,05-4,27) |
Consumo de cocaína | ||
Consumo de cocaína total al díab,d | ||
≤1g | 1 | |
>1g | 1,77g (1,01-3,11) | |
Vía habitual de consumo de cocaínab | ||
Esnifada en polvo | 1 | |
Fumada | 1,70 (0,61-4,69) | |
Inyectada | 12,21g (1,10-136,15) | |
Consumo de cocaína en forma de baseb | ||
No | 1 | |
Sí | 2,09g (1,23-3,56) | |
Dependencia de cocaína (SDS) | ||
No | 1 | |
Sí | 1,78g (1,07-2,97) | |
Tiempo de consumo de cocaína | ||
0-5 años | 1 | |
>5 años | 1,57h (1,00-2,48) | |
Consumo de otras drogasb | ||
Ketamina | ||
No | 1 | 1 |
Sí | 2,31g (1,42-3,75) | 2,30g (1,36-3,90) |
Tranquilizantes/somníferos | ||
No | 1 | |
Sí | 1,57h (0,95-2,61) | |
Opiáceos diferentes a heroína o metadona | ||
No | 1 | |
Sí | 1,68h (0,93-3,02) | |
Cannabis, hachís, marihuana | ||
No | 1 | |
Sí | 0,44g (0,21-0,90) | |
Acceso a servicios de saludb,e | ||
Tratamiento psicológico/psiquiátrico o relacionado con el uso de drogas | ||
Ninguno | 1 | 1 |
Sólo psicológico o psiquiátrico | 3,91g (1,73-8,85) | 3,06g (1,25-7,48) |
Sólo para dejar o controlar el uso de drogas | 1,53 (0,43-5,51) | 1,08 (0,27-4,33) |
Ambos tratamientos | 6,64g (1,32-33,52) | 3,60 (0,57-22,54) |
Servicios ambulatorios de salud | ||
No | 1 | |
Sí | 1,72g (1,08-2,75) | |
Apoyo social (FSSQ)b | ||
Apoyo confidencial | 0,98g (0,97-1,00) | 0,98g (0,97-0,99) |
Apoyo afectivo | 0,98g (0,97-0,99) |
SDS: Severity Dependence Scale; FSSQ: Duke-UNC Functional Social Support Questionaire; ORb: odds ratio bruta; ORa: odds ratio ajustada; IC95%: intervalo de confianza del 95%; DE: desviación estándar. Bondad de ajuste: prueba de Hosmer y Lemeshow (p=0,276).
Se usó la categoría >25 años para preservar la comparabilidad con otros estudios y usar categorías quinquenales (>25-30); los participantes de 18-20 años se agruparon en ≤25 años.
La prevalencia de depresión reciente fue del 14,6%, cifra muy superior a la de la población general (3,9%)14, pero menor que lo indicado en la mayoría de los estudios previos en consumidores de cocaína. Posiblemente se deba a que estos estudios se han realizado mayoritariamente en muestras clínicas y con consumidores concomitantes de heroína6,7. Nuestro estudio confirma que la depresión es un problema relevante en la población de usuarios regulares de cocaína que no usa heroína y captada en la comunidad. La mayoría son hombres, con estudios secundarios o superiores, y empleo actual o estudiando. Consumen cocaína unas dos veces por semana, en general esnifándola, lo que sugiere un usuario intenso pero recreativo, preferentemente de fin de semana. Con frecuencia acompañan este consumo con el de otras drogas, sobre todo alcohol. Todo ello sugiere un patrón de usuario funcional con buen estatus socioeconómico, ya descrito en la literatura9.
Contrasta que sólo un 3,5% de los consumidores acudan a tratamiento por dependencia o abuso de sustancias, cuando más del 65% son clasificados como dependientes de la cocaína. No obstante, acuden con frecuencia a los servicios de urgencias o los ambulatorios de salud, aunque no por causas necesariamente relacionadas con el consumo de drogas. Esto apoya hallazgos previos sobre el gran consumo de servicios de urgencia debidos a la cocaína8. Además, en este estudio se observa un uso excesivo de servicios generales, que es muy probable que incrementen los gastos en salud1, y sugieren la necesidad de medidas preventivas o de gestión adecuadas; quizá ni el usuario sepa cómo pedir ayuda, ni el sistema tenga los mecanismos apropiados para brindársela. Respecto a los factores relacionados con la depresión, ser mujer, vivir sin hogar y tener bajo apoyo confidencial ya se habían relacionado con la depresión tanto en población general como en usuarios de cocaína6,7,14, aunque en otros contextos. La asociación con recibir tratamiento puede explicarse por ser un indicador indirecto de la gravedad de la salud mental. Su relación con el consumo de ketamina es destacable. Una posible explicación es que éste se relacione con mayor policonsumo, que se ha asociado a una peor condición mental1, aunque habría que investigar la posibilidad de un consumo no reglado y automedicado de ketamina como antidepresivo15.
Como limitaciones al estudio cabe señalar que su diseño transversal no permite conocer la dirección de la asociación ni establecer causalidad. Además, podría haber sesgos de memoria o de deseabilidad social, aunque se pusieron los medios para minimizarlos10.
El presente estudio viene a paliar en alguna medida la ausencia de información sobre una población muy poco estudiada en relación con la salud mental. Es preocupante su gran uso de servicios, así como la alta prevalencia de depresión respecto a la población general14. Sería conveniente investigar en profundidad sus visitas a urgencias o al médico, que podrían utilizarse como una vía para identificar un consumo oculto de cocaína o de otras sustancias. Es necesario facilitar el acceso de los dependientes de la cocaína al correspondiente tratamiento de la dependencia y la depresión.
Existen muchos estudios sobre consumidores de cocaína, pero muy pocos con participantes captados en la comunidad y que no incluyan consumo reciente de heroína. La coexistencia de depresión y cocaína es de gran trascendencia desde el punto de vista de salud pública y uso de servicios, y ha sido poco estudiada.
¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?Se identifica una población de usuarios con perfil muy diferente al de los que usan regularmente heroína. Esta población está integrada en la sociedad, es vulnerable a la depresión y hace un gran uso de servicios de salud. La relación con depresión de ser mujer y consumir ketamina debe estudiarse más profundamente. Es necesario facilitar el acceso de estos consumidores a los tratamientos psiquiátricos o de dependencia.
Pere Godoy, M.D.
Declaraciones de autoríaM.J. Bravo, M.T. Brugal, A. Domingo-Salvany y L. de la Fuente diseñaron el estudio y escribieron el protocolo. M. Chahua, L. Sordo y M.J. Bravo realizaron la revisión de la literatura de los estudios previos y plantearon la pregunta de investigación. G. Molist y M. Chahua realizaron los análisis estadísticos. M. Chahua y L. Sordo escribieron el primer borrador del artículo, que fue mejorado y aprobado sucesivamente por todos los autores hasta la versión definitiva.
FinanciaciónFundación para la Prevención de Sida en España (Fipse 486 3035/99). Las ayudas EPY-020/029 (ISCIII) y RD06/0001/1018 (RTA) permitieron el análisis y la redacción del manuscrito.
Conflictos de interesesNinguno.
Agradecemos la contribución de todos los participantes del estudio y de las instituciones involucradas en su reclutamiento. En Madrid: Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Programas Municipales de Sida e Instituto de las Adicciones, Médicos del Mundo, CAID de Torrejón de Ardoz, Centro Sanitario Sandoval, Subdirección General de Sanidad de Instituciones Penitenciarias y Agencia Antidroga. En Barcelona: ABD, Spott, Ambit, CECAS, Secretaria de Serveis Penitenciaris y Rehabilitació i Justícia Juvenil. En Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, Centros de Tratamiento Ambulatorio de Drogodependencias de la Diputación Provincial de Sevilla, Centro de Tratamiento del Alcoholismo Anclaje, Antaris, Centro de Día AVAT y Asociación Aspad.