«Acceso abierto» (open access [OA]) a la literatura científica significa el libre acceso inmediato, sin barreras económicas ni técnicas, y sin restricciones derivadas de los derechos de autor (copyright). No se trata simplemente de tener acceso gratis; en este modelo, el autor mantiene el copyright y además permite al lector utilizar la información a la que está accediendo, con ciertas condiciones reflejadas en las licencias Creative Commons. El movimiento OA también se extiende a otros contenidos digitales y, al igual que el auge de las redes sociales, tiene su base en el uso de Internet como medio de comunicación social.
Los autores pueden dar acceso abierto a sus trabajos por dos vías: 1) el autoarchivo, también conocido como ruta verde, que es el depósito de artículos en repositorios de acceso abierto y no implica la revisión por pares, aunque los artículos pueden haber pasado por este proceso; 2) la publicación en revistas OA con revisión por pares, conocida como ruta dorada.
Origen y evolución del movimiento open accessEl movimiento OA surge a finales del siglo xx como reacción al continuo incremento de los costes de suscripción, que hacía insostenible que las bibliotecas de las instituciones científicas y académicas pudieran suscribir todos los títulos necesarios para cubrir las necesidades de información de sus investigadores, y fue liderado inicialmente por los propios bibliotecarios de estas instituciones.
Aunque las primeras revistas de acceso abierto empezaron a publicarse en los años 1980, fue a principios de este siglo, al firmarse tres declaraciones en las que se define el OA y se marcan sus objetivos, cuando este movimiento empieza a popularizarse y a extenderse por toda la comunidad científica: la declaración de Budapest1 (febrero de 2002), la declaración de Bethesda2 (junio de 2003) y la declaración de Berlín3 (octubre de 2003).
En 1993 había 20 revistas OA, que pasaron a ser 1815 en el año 20034. En la actualidad, el Directory of Open Access Journals (DOAJ)5 recoge 10.018 revistas de 135 países, de las cuales 535 son españolas. Estos números dan idea de la enorme penetración que el movimiento está teniendo entre la comunidad científica.
VentajasEl principal objetivo de cualquier investigador al seleccionar una revista científica para publicar es que le sirva de vehículo para que sus resultados lleguen al resto de la comunidad científica y al público en general. Las ventajas del OA, que se resumen en la web de SPARC Europe6, una iniciativa conjunta de bibliotecas europeas para promover el acceso libre, pueden agruparse en tres categorías:
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Científicas: las revistas OA, al dar acceso libre a sus contenidos, permiten distribuir fácilmente la información científica. Es habitual, además, que los artículos se publiquen en el mismo instante en que son aceptados por la revista. Esta rápida disponibilidad y el uso sin restricciones acercan los resultados novedosos a la comunidad científica, facilitando la discusión y el avance del conocimiento. Es importante destacar que un 90% de los investigadores que participaron en el estudio SOAP (Study of Open Access Publishing)7, cuyo objetivo era conocer las actitudes de los investigadores hacia las publicaciones OA, se mostraban convencidos de que este era beneficioso para su área de trabajo. Mediante esta vía, investigadores, centros de investigación y agencias financiadoras pueden potenciar la visibilidad y el rendimiento de su esfuerzo y dinero. Pero además, la facilidad de acceso permite ampliar el espectro de lectores, democratizando el conocimiento y acercando los resultados de las investigaciones a cualquier persona interesada, sin filtros ni intermediarios.
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Económicas: el incremento vertiginoso en la producción científica y en el número y el coste de las revistas existentes hacen que, a medio plazo, el sistema de suscripciones no sea sostenible económicamente. Los sistemas OA eluden este problema y permiten a los profesionales y estudiosos, en todos los campos y disciplinas -en nuestro caso, la salud pública-, tener información científica actualizada al alcance de la mano sin verse constreñidos por los siempre escasos presupuestos de las bibliotecas de las instituciones públicas. Este aspecto es especialmente importante en los países con pocos recursos económicos.
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Éticas: la mayor parte de la financiación de la investigación en muchos de los países occidentales proviene de fondos públicos o de entidades sin ánimo de lucro. Los resultados de estas grandes inversiones económicas deberían ser propiedad de la sociedad en general y, por tanto, el acceso a ellos debería ser completamente abierto. Algunas agencias financiadoras relevantes han incorporado apartados específicos en esta línea en las bases de sus ayudas. Así pues, los U.S. National Institutes of Health (NIH)8 obligan a los autores financiados a remitir los artículos científicos a su repositorio público PubMed Central (PMC) antes de 12 meses desde su aceptación para publicación. En el Reino Unido, Wellcome Trust9 mantiene una política similar y exige copias electrónicas de los artículos aceptados antes de que pasen 6 meses desde la fecha final de publicación, para su depósito en PMC o en Europe PubMed Central (Europe PMC), e incorpora partidas específicas para ayudar a cubrir los costes de publicación en OA de sus investigadores. En la Unión Europea, el Consejo Europeo de Investigación10, a través de su 7° Programa Marco y en el Programa Horizonte 2020, ha adoptado decisiones similares y requiere el acceso abierto antes de 12 meses tras la publicación. En España también se están desarrollando iniciativas, y fueron los gobiernos de Asturias y de la Comunidad de Madrid los que en el año 2009 publicaron los primeros mandatos, a los que se sumó en 2011 la Ley de la Ciencia, exigiendo el acceso abierto antes de 12 meses tras la publicación.
Las publicaciones OA continúan siendo criticadas en cuanto a su calidad en comparación con las revistas de suscripción. Uno de los argumentos que se alegan es que este modelo de negocio conduce a disminuir los estándares de revisión para maximizar los beneficios, ya que los autores pagan por publicar los resultados de sus estudios. Aunque esto es cierto en algunos casos, también lo es que existen numerosas revistas OA con estándares de calidad tan altos como las del modelo tradicional de suscripción, y que el cobro por artículo aceptado tampoco ha surgido con las políticas de acceso abierto.
En la encuesta del estudio SOAP7, la calidad era la segunda barrera detectada después de los costes de publicación para no enviar el artículo a una revista OA. Para echar más leña al fuego, el año pasado la revista Science publicó un artículo basado en un estudio falso que fue enviado a 304 revistas OA, de las cuales la mitad acabaron aceptándolo, muchas de ellas sin haber realizado una «revisión por pares»11. Desafortunadamente el estudio carecía de «grupo control» y ello no permite comparar ambos modelos de publicación, ya que se desconoce qué respuesta se hubiera obtenido de las revistas de suscripción. No obstante, sirve para hacer evidente que el rapidísimo crecimiento del movimiento OA está siendo aprovechado como lucrativo negocio, con la proliferación de grupos editoriales que engloban numerosas publicaciones prácticamente desconocidas que han venido a dañar su credibilidad. Estos grupos editoriales están concentrados en países emergentes y sus publicaciones son las que tienen mayor riesgo de no alcanzar el grado de calidad exigido a una revista científica. De hecho, en el estudio de Science la aceptación del artículo llegaba hasta el 82% en las revistas incluidas en la lista de Jeffrey Beall12, bibliotecario de la universidad de Colorado conocido por publicar una lista con las revistas OA que califica como «depredadoras»13 (aquellas que explotan el negocio del pago de autores, dañan el modelo de la publicación académica y promueven en los investigadores un comportamiento poco ético). Por ello, es importante que los investigadores, especialmente aquellos que tienen menos experiencia en la publicación de sus estudios, puedan examinar y valorar la calidad de las revistas OA (tabla 1), si bien este ejercicio también debería realizarse para muchas revistas del modelo de suscripción.
Diez consejos para evaluar la calidad de una revista de acceso abierto
• ¿Quién es el editor? Valorar si es miembro de la OASPA (Open Access Scholarly Publishers Association) o el DOAJ (Directory of Open Access Journals) • ¿Desde qué año está establecida la revista? • ¿El grupo editorial tiene un alto número de revistas siendo nuevo en el sector? • ¿Está indexada en bases de datos bibliográficas? • ¿Quién forma parte de la dirección y del equipo editorial? • ¿Se describen los principales indicadores de gestión de la revista, como tasa de rechazo y tiempos de aceptación? • ¿Se describen los estándares de revisión por pares? • ¿Tiene factor de impacto o se describen otros métodos de citaciones? • ¿Se describen los derechos de los autores? • Leer y evaluar subjetivamente la calidad de los artículos publicados en la revista |
Adaptada de: http://libguides.govst.edu/checklist y https://library.ryerson.ca/services/faculty/scholarly-communication/evaluating-open-access-journals/
La calidad científica es un concepto difícil de medir, y en la práctica, la mejor aproximación, generalmente aceptada, son las estadísticas de citaciones. Tradicionalmente se ha destacado que los artículos OA son citados con más frecuencia que los de las revistas de suscripción14. Estudios recientes muestran que, incluso después de tener en cuenta el tiempo de establecimiento de la revista, el país de edición y la disciplina científica, las revistas OA están obteniendo en el campo de la salud un número de citas similar o incluso superior al de las revistas de suscripción15, lo que representa un buen argumento para considerar que la calidad puede ser equivalente.
En el fondo, la calidad de una revista se fundamenta en la calidad de los autores y de sus trabajos, de los editores y de los revisores. Como en las revistas de suscripción, la reputación en cuanto a la calidad del resultado es la que en un futuro permitirá atraer a más autores y lectores, y como consecuencia que la publicación sea un producto de prestigio.
Consideraciones finalesSin lugar a dudas el movimiento OA representa un avance positivo para la publicación científica, pues sirve a los intereses de autores, lectores, bibliotecas y agencias financiadoras, y abre el acceso al público general. Como respuesta a este movimiento, los editores científicos han creado las «publicaciones híbridas», publicaciones clásicas de suscripción que incluyen artículos en abierto, cuando el autor paga por ello, conviviendo así en la revista artículos para los que se necesita suscripción o pago y otros de acceso abierto. Asimismo, otros editores han pasado a un modelo «con embargo», por el cual publican con suscripción y al cabo de un periodo variable pasan a estar accesibles en abierto. Con estos dos últimos modelos, los editores permiten a los autores seguir publicando en sus revistas resultados de investigación procedentes de ayudas públicas cumpliendo sus compromisos con las agencias financiadoras. Todos estos modelos están conviviendo en la actualidad con mayor o menor penetración, y el tiempo dirá cuál o cuáles sobrevivirán, y lo que es más importante, cuál será su contribución real a la investigación científica. Gaceta Sanitaria define muy bien esta situación de cambio en el negocio editorial, ya que en la actualidad es una revista de suscripción con un coste de publicación para los autores y donde después de un embargo de 2 meses todos los artículos tienen libre acceso. Es decir, se ubica entre un modelo de suscripción y el de una revista OA. Seguramente, muchos autores y lectores verían con buenos ojos su conversión plena a una revista OA, lo que permitiría comunicar y compartir más libremente sus contenidos sin renunciar a los altos estándares de calidad a los que nos tiene acostumbrados.
Editor responsable del artículoCarmen vives-cases.
Declaraciones de autoríaTodos los autores han contribuido en la concepción y la redacción del artículo, y están de acuerdo con el contenido de la versión final enviada a publicación.
FinanciaciónNinguna.
Conflictos de interesesNinguno.