OCUPACIÓN, RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS Y CÁNCER DE MAMA EN HOMBRES
M. Pollán*, P. Gustavsson, B. Floderus, G. López-Abente, M. Ruiz, A. Gasch, P. González.
Centro Nacional de Epidemiología; Hospital Karolinska; Instituto Karolinska de Suecia.
Servicio de Epidemiología del Cáncer. Centro Nacional de Epidemiología. Sinesio Delgado, 6.
28029 Madrid. Tfno: 91-3877802. Correo electrónico: mpollan@isciii.es.
Objetivo: Estimar el riesgo de cáncer de mama masculino por ocupación y estudiar la relación dosis-respuesta derivada de la exposición laboral a campos electromagnéticos.
Métodos: La cohorte de población activa sueca en 1970 fue seguida de forma retrospectiva durante el período 1971-1989 a través de los registros de mortalidad y de cáncer. El riesgo por ocupación se estimó mediante modelos log-lineales de Poisson introduciendo como offset el número de casos esperados teniendo en cuenta la edad y el período. En dichos modelos se ajustó además por área geográfica. La subcohorte de trabajadores con la misma ocupación en 1960 y 1970 permitió una definición más específica de la ocupación, por lo que los resultados en dicha subcohorte fueron utilizados para confirmar las asociaciones encontradas en la cohorte general. Una matriz de ocupación-exposición desarrollada por una de las autoras (B.F.) mediante medición directa con dosimetría permitió asociar a cada código ocupacional la dosis de radiación electromagnética media, máxima y el tiempo de exposición a dosis por encima de 0,20 µT. La relación dosis-respuesta entre campos electromagnéticos y cáncer de mama fue estudiada por medio de modelos GAM (generalized additive models).
Resultados: En el período de estudio se diagnosticaron 250 casos de cáncer de mama masculino. Los resultados de los distintos análisis confirmaron un exceso de riesgo en cinco ocupaciones: bibliotecarios (RR 9,8; IC 3,1-30,6), empleados de banca (RR 6,9; IC 2,2-21,6), trabajo de oficina (RR 2,3; IC 1,1-4,9), reparadores de maquinaria (RR 2,3: IC 1,2-3,6) y policías (RR 2,9; IC 1,1-7,8); y un posible exceso de riesgo en otras 4 categorías profesionales: trabajadores del procesamiento del metal (RR 5,2; IC 1,3-21,3), otro trabajo eléctrico y electrónico (RR 2,24; 1,2-4,3), curtidores de pieles (RR 11,8; IC 2,9-48,6) y oficiales de aduanas (RR 5,7; IC 1,4-22,9). Se estimó una relación dosis-respuesta no lineal, con un patrón ascendente-descendente, entre la dosis media de exposición ocupacional a campos electromagnéticos y la incidencia de cáncer de mama, con un mayor riesgo en el segundo cuartil de exposición (0,12-0,16 µT). Dividiendo la cohorte según el tiempo de exposición a dosis por encima de 0,20 µT, encontramos un incremento del riesgo asociado a la dosis media de exposición en aquellos expuestos de forma más intermitente (menos de 1/3 de la jornada laboral). Los resultados se confirman en la subcohorte de trabajadores que comunicaron la misma ocupación en ambos censos.
Conclusiones: Algunas de las asociaciones encontradas podrían ser debidas al sedentarismo. El sobrerriesgo observado en reparadores de maquinaria y en trabajadores del procesamiento del metal corrobora los resultados aportados por otros estudios. Finalmente, la mayor incidencia en policías ha sido relacionada con su exposición a aparatos de comunicación por radar. En relación a los campos electromagnéticos, la hipótesis de Stevens, de un aumento de cáncer de mama mediado por la inhibición de secreción de melatonina, parece sólo plausible en profesiones ligadas a una exposición de carácter intermitente.