LA INFLUENCIA DEL PASO POR PRISIÓN SOBRE EL USO DE CONDÓN EN USUARIOS DE DROGAS INTRAVENOSAS
MR Palacios Llanos, E Perea-Milla*, MV Zunzunegui, M Romero, S Pinzón.
Escuela Andaluza de Salud Pública, Granada.
Emilio Perea-Milla. Escuela Andaluza de Salud Pública. Campus Universitario de Cartuja s/n Apdo 2070. 18080 Granada. emilio@easp.es
Objetivos: Describir el perfil de los usuarios de drogas por vía parenteral (UDIs) y exUDIs en la ciudad de Granada. Determinar la influencia del paso por prisión sobre el uso del preservativo (condón) en toxicómanos inyectores.
Ámbito: personas que alguna vez se han inyectado droga en la ciudad de Granada. Sujetos de estudio: muestra representativa de los UDI´S de la ciudad de Granada. La representatividad se aseguró mediante el muestreo en distintas zonas de la calle donde se comercia con droga (n=118), en centros de tratamiento de drogadicción (n=93) y en zonas de prostitución (n=32). Instrumentalización: entrevista individual con un cuestionario estandarizado que recoge información sobre uso de preservativo con parejas sexuales y variables socioeconómicas, número de veces y tiempo pasado en prisión, de uso de drogas, medios de información y consejo recibido si se realizó prueba de VIH. Análisis estadístico: se ha realizado por separado para parejas estables y ocasionales. Bivariado: descripción de frecuencia de utilización consistente (siempre) del preservativo según variables descritas. Estratificado: para las variables relacionadas con la estancia en la cárcel, se estratificó por potenciales confundentes y modificadores de efecto.
Resultados: El 71% eran hombres, el 76% tenía menos de 35 años y sólo el 16% había terminado el bachiller o tenía estudios superiores; casi el 70% había abandonado sus estudios antes de los 17 años. Durante los 6 meses previos, el 56% de los individuos refirieron haberse inyectado 2 o más drogas diferentes, y más de la mitad compartían las jeringas. Más del 50% habían pasado por una prisión alguna vez en su vida y, de ellos, el 36% habian ingresado en 5 o más ocasiones. El 33% afirmó haberse inyectado en prisión, compartiendo sus jeringas en el interior de la prisión el 89%. La prisión se asoció con un aumento en el riesgo de no usar condón en quienes compartían jeringas (OR=2,5), los que tenían ingresos ilegales (OR=8), quienes consumían speedball, los que no habían recibido consejo tras la prueba de VIH, y los que no se hicieron la prueba, de forma estadísticamente significativa, con sus parejas ocasionales. No se encontró que esos factores se asociaran con el uso de condón con las parejas habituales.
Conclusiones: El perfil de la población entrevistada se corresponde con una marginalidad social con frecuentes antecedentes de paso por prisión, con una baja utilización del condón. El paso por la cárcel se asocia con menor uso de condón con parejas ocasionales en los individuos más marginales: los reincidentes, quienes viven de ingresos ilegales y quienes deben compartir jeringas en la cárcel, y si no han recibido consejo post-test.