Tras la promulgación en el verano de 2012 del Real Decreto-Ley 16/2012 que establecía en su capítulo IV un conjunto de medidas sobre la prestación farmacéutica, se incluía una lista de medicamentos excluidos de la financiación atendiendo a diferentes criterios, entre los que se encuentra el estar indicados para síntomas menores1. Esta medida entró en vigor en septiembre de 2012. El Real Decreto-Ley provocó un interesante debate en la revista que usted dirige, con argumentos a favor y en contra del copago de fármacos2,3. Desde el principio echamos de menos una valoración de los que quedaban totalmente excluidos de la financiación. Nos planteamos realizar un trabajo para valorar el impacto que la medida legislativa había tenido sobre el consumo de estos medicamentos.
El estudio tuvo como ámbito geográfico la Comunidad Foral de Navarra, cuya población es de 640.000 habitantes. La unidad de medida fue el número de envases distribuidos por el mayorista a las farmacias de cada principio activo incluido previamente en la financiación y excluido por el Real Decreto-Ley, cuantificados por mes. Los datos se obtuvieron del mayorista de distribución farmacéutica que tiene una cuota de mercado del 60% aproximadamente en Navarra. Se compararon los periodos de enero-agosto de 2012, antes de la entrada en vigor de la desfinanciación, y enero-agosto de 2013, posterior a la entrada en vigor de la norma. Los principios activos se agruparon en seis grupos farmacológicos (flebotónicos, lubricantes oftálmicos, antiinflamatorios tópicos, mucolíticos, antitusígenos y laxantes) y se calcularon sus correspondientes variaciones en cifras absolutas y porcentajes.
En el periodo de enero-agosto de 2012 se distribuyeron 282.039 envases de fármacos que luego fueron desfinanciados (tabla 1). En el mismo periodo del año 2013, los envases distribuidos fueron 162.681, con un descenso del 42,3%. Por grupos, los flebotónicos pasaron de 32.511 a 13.365 envases (disminución del 58,9%), los lubricantes oftálmicos de 66.550 a 30.873 (disminución del 53,6%), los antiinflamatorios tópicos de 54.773 a 32.262 (disminución del 41,1%), los mucolíticos de 68.489 a 45.961 (disminución del 32,9%), los antitusígenos de 19.711 a 13.205 (descenso del 33%) y los laxantes de 40.005 a 27.015 (descenso del 32,5%). El descenso se inicia en el mes de septiembre de 2012 para los flebotónicos, los lubricantes oftálmicos, los antiinflamatorios tópicos y los laxantes; para los antitusígenos y los mucolíticos el descenso se produce a partir de febrero de 2013.
Número de envases distribuidos en el periodo enero-agosto de 2012 y 2013, por grupos farmacológicos, con la diferencia total expresada en porcentaje
Ene | Feb | Mar | Abr | May | Jun | Jul | Ago | Total | Diferencia | ||
Flebotónicos | 20122013 | 3.2252.115 | 3.7651.553 | 4.1471.436 | 3.4771.448 | 4.1791.522 | 5.2631.591 | 4.1292.048 | 4.3261.652 | 32.51113.365 | −58,9% |
Lubricantes oftálmicos | 20122013 | 8.2974.054 | 7.6903.754 | 8.4433.497 | 8.4413.793 | 8.6753.849 | 9.7183.807 | 6.9464.201 | 8.3403.918 | 66.55030.873 | −53,6% |
Antiinflamatorios tópicos | 20122013 | 6.9303.840 | 5.9063.920 | 7.4583.581 | 7.1904.523 | 8.3124.137 | 6.7024.979 | 5.6183.525 | 6.6573.757 | 54.77332.262 | −41,1% |
Mucolíticos | 20122013 | 14.0819.510 | 13.4087.598 | 9.7386.093 | 8.8145.645 | 7.5245.439 | 5.4994.253 | 4.4883.742 | 4.9373.681 | 68.48945.961 | −32,9% |
Antitusígenos | 20122013 | 4.4582.690 | 4.7742.441 | 3.1562.049 | 2.1511.637 | 1.9971.565 | 1.2931.194 | 888881 | 994748 | 19.71113.205 | −33% |
Laxantes | 20122013 | 5.3293.571 | 4.9333.102 | 5.1213.314 | 4.9323.399 | 5.0853.411 | 5.1153.189 | 4.0863.767 | 5.4043.262 | 40.00527.015 | −32,5% |
Los resultados de este estudio en cuanto a reducción de consumo son coherentes con los obtenidos en revisiones similares4, en las que el pago directo de fármacos no esenciales produce una reducción en su consumo. La desfinanciación no siempre se corresponde con una reducción de gasto5.
Este estudio tiene como limitación no contar con el 100% del consumo en la comunidad estudiada, así como no medir el consumo en dosis diarias definidas. Hacen falta más estudios para cuantificar su impacto.
Contribuciones de autoríaTodos los autores participaron en la concepción y el diseño del estudio, la adquisición de los datos y su análisis e interpretación. La redacción del artículo se debe a P. Aldaz Herce. Todos los autores participaron en la revisión crítica del artículo, contribuyeron con sus aportaciones y aprobaron la versión final para su publicación.
FinanciaciónNinguna.
Conflictos de interesesNinguno.
A la empresa Nafarco por habernos cedido los datos solicitados para la realización de este estudio. A la Fundación Miguel Servet por su apoyo metodológico.