DOBLE JORNADA Y DIFERENCIAS DE GÉNERO EN LA SALUD MENTAL DE LA POBLACIÓN TRABAJADORA
L. Artazcoz*, E. Cirera, C. Borrell, M. Coll, I. Rohlfs, JR. Villalbí
Institut Municipal de Salut Pública de Barcelona; Ministeri de Salut i Benestar d''Andorra
Lucía Artazcoz. Institut Municipal de Salut Pública de Barcelona. Pl. Lesseps num 1.
08023 Barcelona. Tel 93 238 45 65. E-mail: lartazco@imsb.bcn.es
Antecedentes: En general las mujeres con un trabajo remunerado continúan siendo las principales responsables del trabajo del hogar. La sobrecarga y la dificultad para compatibilizar ambos trabajos pueden tener consecuencias negativas sobre su salud y calidad de vida. Se ha descrito que la cantidad de trabajo doméstico viene determinada en gran parte por el número de hijos, de modo que a mayor número de hijos en el hogar más alta es esta carga.
Objetivo: Analizar las diferencias de género en la relación entre la salud psicológica y la convivencia con hijos en la población ocupada de Andorra.
Métodos: La población analizada fueron los trabajadores/as que eran cabeza de familia o pareja del cabeza de familia entrevistados en la Encuesta de Salud de Andorra de 1997, 343 hombres y 269 mujeres. Las variables dependientes fueron las dimensiones de salud mental y de vitalidad del cuestionario SF-36, que fueron codificadas y transformadas tal como se describe en el manual de puntuación e interpretación del cuestionario. Los coeficientes alfa de Cronbach fueron 0,78 y 0,70 respectivamente. En una primera fase se compararon, mediante análisis de la varianza, las medias de las variables dependientes según sexo, tras ajustar por la edad y la clase social. Posteriormente, y para cada uno de los sexos, se compararon las medias de las puntuaciones entre las personas que vivían con hijos y las que no, tras controlar por las mismas variables de ajuste.
Resultados: Las dos terceras partes de los trabajadores convivían con hijos y aproximadamente la mitad eran trabajadores manuales (clases IV y V), sin diferencias de género. La edad de los hombres (media = 40,9 años; D.E. = 10,2) era significativamente más alta que la de las mujeres (media = 38,7 años; D.E. = 10,2). El estado de salud mental fue mejor (p=0,003) y la vitalidad más alta (p<0,0001) en el sexo masculino. No se observaron diferencias según clase social o edad. Además el estado de salud mental fue peor (p=0,03) y la vitalidad más baja entre las mujeres que convivían con hijos (p=0,08). Entre los hombres no se apreciaron diferencias en relación con esta variable.
Conclusión: La mayoría de los estudios observan un peor estado de salud mental en mujeres que en hombres, lo que a veces se ha relacionado con diferencias en la percepción del propio estado de salud. Hay sin embargo desigualdades en los roles asociados al sexo, entre ellas la doble jornada de la mujer trabajadora, que podrían explicar, al menos en parte, estas diferencias.