DIFERENCIAS EN LA MAGNITUD DE LAS DESIGUALDADES SOCIALES EN LA SALUD PERCIBIDA CON LOS INDICADORES SOCIOECONOMICOS PROPUESTOS POR LA SEE
C Anitua Trevijano, S Esnaola Sukia
Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco.
Cecilia Anitua. Departamento de Sanidad. Duque de Wellington 2, 01010 Vitoria-Gasteiz.
Tfno 945 189244. Fax 189192. escav-san@ej-gv.es
Antecedentes: Los estudios, los ingresos y la ocupación son los indicadores más frecuentes en la medida de las desigualdades sociales en salud. Se utilizan indistintamente y, sin embargo, representan dimensiones diferentes asociadas a la jerarquía social. El objetivo de este estudio es determinar las diferencias en el efecto de estos indicadores en las desigualdades sociales en la salud percibida.
Método. Los datos provienen de la encuesta vasca de salud de 1997, realizada a una muestra aleatoria representativa de la población. Se ha analizado una submuestra de 3.300 personas de 16 a 65 años. La ocupación, el nivel educativo, y los ingresos familiares se obtuvieron siguiendo las propuestas de la SEE, y se clasificaron en las 5 categorías también propuestas. Respecto a la ocupación, los jubilados y parados se clasificaron de acuerdo a su última ocupación, y el cabeza de familia determinaba el nivel de todos los miembros del hogar. La salud percibida se midió con el ítem de autopercepción de salud, los índices del componente físico y emocional en que se agregan las 8 subescalas del SF-36, y el Mental Health Inventory de 5 items. Se definió mala salud tener una autopercepción regular o mala, y mala salud mental o física los valores de los índices iguales o inferiores al percentil 10. Se calculó el índice relativo de desigualdad (IRD), medida resumen de la magnitud del efecto del nivel socioeconómico en la salud, mediante modelos de regresión logística, diferentes para cada género, e incluyendo el indicador socioeconómico, y la edad como variables explicativas. El IRD estima el riesgo relativo de mala salud para aquellos en la categoría inferior (menores estudios, ingresos y ocupación de menor prestigio) respecto a los de la categoría superior.
Resultados: El efecto de los indicadores del nivel socioeconómico varía según el indicador de salud, y el género. Para las mujeres los IRD calculado con los estudios y la ocupación reflejan el mayor impacto en la salud con valores que van de 16,0 (IC 95% 7,6-34,9 ) para la mala salud percibida a 2,3 (1,0-5,5) para el componente de mala salud mental. En los hombres las diferencias del IRD según el indicador socioeconómico son menores que en las mujeres, mostrando los ingresos las mayores diferencias sociales: los valores del IRD van de 6,9 (3,0-16,1) en el componente de salud mental a 2,7 (1,1-6,4) en el componente de salud física. Para ambos sexos, con los tres indicadores socioeconómicos las mayores desigualdades sociales se observan con la mala salud percibida. Los ingresos presentan las mayores diferencias sociales en la salud mental de los hombres, y las menores diferencias en la salud mental de las mujeres.
Conclusiones: Estos resultados confirman la importancia de la elección del indicador socioeconómico para medir las desigualdades en salud, y sugieren la necesidad de utilizar diferentes indicadores del nivel socioeconómico según el género.