Aunque algunas de las frases de la carta de José María Valderas son a nuestro juicio de significado un tanto críptico, parece que la relevancia real de su “filtro” todavía no ha sido contrastada con la amplitud y profundidad que él comprensiblemente desea. Por ello, creemos que al conformarse con expresiones como «es muy probable (…)» y «es asimismo probable» (último párrafo), Valderas desaprovecha una oportunidad óptima de aportar alguna prueba más de la significación y relevancia de dicho “filtro”. Por nuestra parte, hubiésemos preferido que la carta demostrase que el instrumento es eficiente para aumentar la sensibilidad y la especificidad de la búsqueda bibliográfica de nuestro trabajo1, es decir, para identificar más estudios realizados en España sobre concentraciones en humanos de los cinco compuestos tóxicos persistentes objeto de la revisión1. Esta cuestión puede desglosarse fácilmente en diversas preguntas operativas, de las cuales acaso las más relevantes sean las tres siguientes: 1) ¿Cuántos de los estudios incluidos en nuestro trabajo1 se encuentran en Medline/PubMed? (la pregunta no sorprenderá a ningún conocedor de la historia del tema objeto de nuestra revisión1–4); 2) ¿Cuántos de los estudios incluidos en nuestro trabajo hubiese identificado el “filtro” de Valderas?; y 3) ¿Hubiese incluido nuestro trabajo algún estudio relevante más, de haber utilizado dicho “filtro”? Ignoramos si al autor de la carta le resultará posible justificar algunas de las aseveraciones que efectúa respondiendo a las preguntas mencionadas o a otras de similar pertinencia. Mientras tanto, es evidente que la carta ni siquiera aporta indicios de que sea menester corregir las conclusiones de nuestro trabajo1.
Intentar tomar una cierta distancia racional y emocional respecto a las herramientas (bibliográficas, metodológicas, tecnológicas o de cualquier índole) que uno contribuye a desarrollar no es sólo una muestra de buen hacer científico5; ayuda, además, a valorar las características reales del contexto y del cuerpo de conocimientos científicos en que se desarrollan y al que contribuyen los distintos –habitualmente muy distintos – estudios. Todo ello no es óbice para que deseemos el mayor impacto posible al instrumento de José María Valderas.