En nuestro servicio SAPS Creu Roja de Barcelona,1 que atiende a usuarios de drogas no legales y que cuenta, desde 2003, con una sala de venopunción supervisada por personal sanitario, nos hemos propuesto recabar información sobre distribución, precio y adulterantes de la heroína y la cocaína en función de los diferentes barrios de compra.2

Entre el 17 de enero y el 31 de mayo de 2011 realizamos entrevistas semiestructuradas a 48 personas. Hubo cinco informadores principales, seleccionados por su extensa experiencia en el consumo y por la predisposición a colaborar en el estudio. El resto de los informantes fueron contactados en la misma sala de venopunción. Los que han consumido en más de una ocasión nos han informado varias veces sobre el precio de las sustancias adquiridas en cada caso. Se ha completado la información con una entrevista en profundidad a un agente de salud.

Todos los informadores firmaron un documento aceptando que los datos obtenidos fueran utilizados a efectos de investigación y divulgación científica. Según nuestros informadores, el gran distribuidor recibe del extranjero heroína o cocaína, de gran pureza y en grandes cantidades, que vende a 17 € el gramo en ventas superiores a 100g y a 22 € el gramo si las cantidades son inferiores a 100g. Posteriormente, otros intermediarios venden el gramo de heroína a un precio entre 40 y 60 €, y el de cocaína entre 50 y 60 €.

Hemos conseguido información de 102 compras de heroína y 89 de cocaína realizadas en Barcelona (tabla 1). Nuestros informadores diferencian seis zonas de venta. En dos, localizadas en la periferia, no se venden cantidades inferiores a medio gramo. Habitualmente el primer consumo se hace en la zona de compra.

Con la colaboración de Energy Control3 hemos analizado 17 muestras, filtros y sustancias, facilitadas por nuestros usuarios en la sala de venopunción antes del consumo. En las muestras de cocaína hemos detectado lidocaína, procaína, fenacetina, tetracaína, levamisol y disolventes, y en las de heroína hallamos paracetamol (en todas las determinaciones), cafeína y disolventes.

Algunos de estos adulterantes son de distribución generalizada y añadidos ya en los países productores.4 El conocimiento de los adulterantes puede ser de interés en la prevención y la atención de reacciones agudas al consumo. La heroína y la cocaína se mezclan con sustancias consideradas diluyentes, como azúcar, yeso, harina, sacarina y leche en polvo, para aumentar el volumen de venta, y con adulterantes farmacológicamente activos que pueden interferir en los efectos de la heroína y de la cocaína.5 Según datos de la Oficina Central Nacional de Estupefacientes, en cantidades de 1kg o más la pureza es del 46% en la heroína y del 72% en cocaína. En el análisis de bolas de 1g ya dispuestas para el consumo, la pureza disminuye en un 13,5% en el caso de la heroína y en un 22,5% en el caso de la cocaína.