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Vol. 15. Issue S2.
XIX REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE EPIDEMIOLOGIA
Pages 49-51 (October 2001)
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XIX REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE EPIDEMIOLOGIA
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Comunicaciones cartel: Epidemiología de la nutrición y de las enfermedades crónicas
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Miércoles, 17 de octubre

15:30 horas. Sala 1

Moderadora:

Isabel Izarzugaza Lizarraga


55 INCIDENCIA DE DIABETES MELLITUS EN ATENCIÓN PRIMARIA: INFLUENCIA DE LOS CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO

O. Zurriaga, A.T. Vega, M. Larrañaga, J. Peñalver, M. Gil y J.L. Rodríguez Murúa

Cons. Sanitat G. Valenciana; Cons. Sanidad B. Social J. Cast. y León; Dpto. Sanidad. G. Vasco

Antecedentes y Objetivo: La modificación en los criterios diagnósticos de la diabetes mellitus (DM), todavía reciente, puede tener influencia sobre la incidencia estimada en los estudios epidemiológicos. Se plantea evaluar cómo se realiza actualmente el diagnóstico de DM en Atención Primaria.

Métodos: Los datos proceden de las Redes Centinelas de Castilla y León (RMCCL), País Vasco (RMVPV) y Comunidad Valenciana (RCSCV) y fueron recogidos durante el año 2000. En los casos de DM de nuevo diagnóstico en 2000, se recogió información de cómo se había realizado el diagnóstico definitivo (tipo de test analítico utilizado, tipo de muestra y resultado el test en mg/dl), junto con información de género y edad del caso. Los casos incidentes fueron clasificados como diagnósticos A si cumplían los criterios para el diagnóstico de DM de la Asociación Americana de Diabetes, ADA, (1997) y de la OMS (1998) y, en caso contrario, como diagnósticos B. Se calculó la tasa de incidencia estandarizada por edad por comunidades autónomas para los datos iniciales y posteriormente considerando sólo los casos con diagnóstico A. Se realizó un análisis estratificado de la corrección del diagnóstico según comunidad autónoma, médico diagnosticador, y genero y edad del paciente.

Resultados: Se recogieron 808 casos incidentes en la tres redes. La mayoría (80%) fueron diagnosticados mediante una glucemia basal ≥126 mg/dl. Como diagnósticos A fueron clasificados 696, B fueron 62 y 50 casos no se pudieron clasificar. En la RMCCL hubo un 11.6% de diagnósticos B, en la RCSCV fue 9.9% y en la RMVPV del 3.9%, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p=0.004). La tasa de incidencia estandarizada por mil considerando todos los casos fue de 3.36 en la RMVPV, de 2.79 en la RCSCV y de 2.38 en la RMCCL. Una vez corregida la incidencia eliminando los casos con diagnósticos B la tasa de incidencia estandarizada se redujo a los siguientes valores: RMVPV, 3.04; RCSCV, 2.29 y RMCCL 2.03. En la corrección del diagnóstico no se apreciaron diferencias significativas según grupo de edad, pero sí se observaron diferencias estadísticamente significativas por género (p=0.024): en las mujeres el 10.4% de los diagnósticos eran B en tanto que entre los hombres únicamente lo eran el 5.9%. El 54% de los diagnósticos B fueron realizados por sólo el 5% de los médicos notificadores observándose también diferencias según comunidad autónoma.

Conclusiones: Un 8,2% de pacientes etiquetados como diabéticos fueron diagnósticos B, apreciándose diferencias entre redes, por lo que si son incorporados producen una sobrestimación de la incidencia, aunque su exclusión disminuye las posibilidades de detección e intervención precoz. Las mujeres obtuvieron diagnósticos B con más frecuencia que los hombres. Gran parte de este fenómeno puede ser explicado por el diagnóstico efectuado por un pequeño número de profesionales.


56 FACTORES ASOCIADOS A LA ADHESIÓN A UN PATRÓN DE DIETA MEDITERRÁNEA RESULTADOS PRELIMINARES DE UNA COHORTE EN NAVARRA

A. Sánchez-Villegas, C. De la Fuente, J. De Irala-Estévez, C. Rubio-Navarro, N. Yanguas-Varea y M.A. Martínez-González

Unidad de Epidemiología y Salud Pública. Universidad de Navarra

Antecedentes y objetivos: Para estudiar los efectos del patrón dietético mediterráneo con la ayuda de los investigadores de las cohortes "Nurses' Health Study".y "Health Professionals Follow-up Study" (Harvard School of Public Health), se inició en el 2000 en Navarra, una cohorte prospectiva basada en graduados universitarios (cohorte SUN). El objetivo del presente estudio realizado sobre esta cohorte, fue valorar los posibles factores de estilo de vida y sociodemográficos asociados al seguimiento de un patrón de dieta mediterránea, ya que estas variables podían ser factores de confusión e introducir un sesgo en la determinación de la asociación entre dieta mediterránea y enfermedad cardiovascular.

Métodos: Se incluyeron en el análisis 3847 participantes (1587 varones, edad media: 40,0 años), (2260 mujeres, edad media: 35,2 años). Se definió la dieta mediterránea sumando los valores estandarizados (residuales) de aquellos nutrientes y alimentos ajustados por energía que previamente se han relacionado con este patrón en la literatura (1). Se ajustaron modelos de regresión múltiple y de regresión no paramétrica ponderada localmente con el porcentaje relativo de adhesión al patrón de dieta mediterránea como variable dependiente, separadamente en hombres y mujeres, para identificar los factores asociados a un mayor seguimiento de esta dieta.

Resultados: La asociación entre edad y adhesión al patrón de dieta mediterránea fue positiva. La actividad física durante el tiempo libre presentó una asociación lineal positiva con el patrón mediterráneo en hombres y en mujeres. El índice de masa corporal presentó una asociación en forma de U con el patrón de dieta mediterránea entre los hombres. La asociación entre el hábito de dormir la siesta y el seguimiento de la dieta mediterránea fue positiva para los varones, mientras que para las mujeres fue negativa a partir de 5 horas semanales de siesta.

Conclusiones: El agrupamiento ("clustering") existente entre factores de riesgo cardiovascular también ocurre respecto al patrón de dieta mediterránea. La planificación de futuros estudios epidemiológicos (y la interpretación de estudios ecológicos) sobre dieta y enfermedad cardiovascular en nuestro país debe tener en cuenta la posible confusión existente por otros aspectos del estilo de vida mediterráneo (siesta, ejercicio físico, índice de masa corporal, etc) a los que se les podrían atribuir también algunos de los beneficios tradicionalmente postulados para la dieta mediterránea.

(1) Trichopoulou A, Kouris-Blazos A, Wahlqvist ML, et al. Diet and overall survival in elderly people. BMJ 1995;311:1457-60.


57 ETAPAS DE CAMBIO DIETÉTICO EN ESPAÑA: UNA COMPARACIÓN CON OTROS ESTADOS MIEMBROS DE LA UNIÓN EUROPEA

B. Holgado, M.A. Martínez-González*, J. de Irala Estévez, M. Gibney, F. Alegre Garrido y J.A. Martínez

Unidad de Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Navarra; Institute of European Food Studies, Trinity College, Dublin, Irlanda; Departamento de Fisiología y Nutrición, Universidad de Navarra. *Epidemiología y Salud Pública. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.

Objetivo: Comparar las actitudes de la población adulta española, de otros países mediterráneos y del resto de Europa hacia el seguimiento de una dieta saludable.

Métodos: Se realizó una encuesta cara a cara a 14.331 participantes, usando muestras representativas de aproximadamente 1.000 individuos de cada estado miembro de la Unión Europea. Cada sujeto completó un cuestionario en su domicilio durante la realización de la entrevista. Los participantes (con edad >15 años) fueron clasificados en cinco categorías (precontemplación, contemplación, decisión, acción y mantenimiento) siguiendo el modelo de Prochaska de acuerdo con su disposición a mejorar sus hábitos dietéticos. Se agruparon los países en las siguientes categorías: Países del Norte de Europa (Finlandia, Dinamarca y Suecia), Países de Europa Central (Austria, Bélgica, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Holanda y Reino Unido), Países Mediterráneos (Francia, Grecia, Italia y Portugal) y España. El cuestionario fue diseñado por un comite internacional de expertos (representantes de los 15 estados miembros) para caracterizar las actitudes de los sujetos de acuerdo con el modelo de Prochaska, valorando la actitud para mejorar la dieta y hacerla más saludable. Se utilizó regresión logística multivariante para identificar los factores asociados con situarse en una actitud favorable hacia la mejora de la dieta (estadios dinámicos de Prochaska: contemplación, decisión, acción o mantenimiento).

Resultados: La proporción de sujetos con peor actitud hacia una dieta sana (estado de precontemplación) fue mayor en España (52,9%) que en el conjunto de los otros países europeos (41,3 %). Un nivel educativo superior, el sexo femenino, una edad más joven y vivir en los países del norte de la Unión Europea se asociaron con una mayor probabi-lidad de estar en un estadio de cambio dinámico para mejorar la dieta.

Conclusiones: Se encontró una menor proporción de individuos en los países mediterráneos que deseaban tener una dieta más saludable. Se requieren estrategias de intervención especiales para mejorar la actitud frente a una dieta saludable e incrementar la adhesión al modelo tradicional de dieta mediterránea.

de Graaf C, Van der Gaag M, Kafatos A et al. Stages of dietary change among nationally-representative samples of adults in the European Union. Eur J Clin Nutr 1997; 51 (Supl 2): S47-S56.

Holgado B, de Irala-Estévez J, Martínez-González MA et al. Barriers and benefits of a healthy diet in Spain: comparison with other European member states. Eur J Clin Nutr 2000; 54: 439-459.


58 PAPEL DE LA FIBRA Y LA FRUTA EN LA PROTECCIÓN DE LA DIETA MEDITERRÁNEA FRENTE AL INFARTO DE MIOCARDIO: ESTUDIO DE CASOS Y CONTROLES

M.A. Martínez-González, E. Fernández Jarne, E. Martínez Losa, M. Prado-Santamaría, C. Brugarolas Brufau y M. Serrano Martínez

Unidad de Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Navarra; Departamento de Cardiología, Clínica Universitaria de Navarra. Servicios de Atención Primaria de Navarra. *Epidemiología y Salud Pública. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.

Objetivo: Valorar la asociación entre la aparición de un primer episodio de infarto de miocardio y el consumo de fibra y grupos de alimentos ricos en fibra.

Métodos: Se realizó un estudio hospitalario de casos y controles sobre casos incidentes de infarto de miocardio ingresados en hospitales terciarios de Pamplona. Para la valoración de la dieta se utilizó un cuestionario semi-cuantitativo de frecuencia de consumo previamente validado en España (1). Los casos fueron sujetos menores de 80 años, con un primer episodio de infarto agudo de miocardio. Cada caso (n = 171) fue emparejado a un sujeto control del mismo sexo y edad (con un margen de 5 años) admitido al mismo hospital por otro motivo. Posteriormente se utilizó para su análisis un modelo de regresión logística condicional para ajustar por potenciales factores de confusión dietéticos y no dietéticos.

Resultados: Se observó una asociación inversa para los tres quintiles superiores de ingesta total de fibra dietética con el infarto de miocardio. Después de ajustar para factores de confusión dietéticos y no dietéticos, se observó una tendencia lineal inversa claramente significativa, mostrando una mayor reducción de riesgo (86%) para el quintil superior (OR = 0,14, intervalo de confianza al 95%: 0,03-0,67) con respecto al primer quintil de fibra dietética total. También se observó una asociación inversa para la ingesta de fruta, pero no para la de verduras y legumbres. Los sujetos con una mayor ingesta simultánea de fibra y fruta (situados en los tres quintiles superiores de ambas variables) tuvieron una reducción relativa de riesgo del 93% (OR = 0,07, intervalo de confianza al 95%: 0,02-0,30), comparados con los situados en el primer quintil de ambas.

Conclusión: Estos datos apoyan la hipótesis de que los beneficios defendidos de la dieta mediterránea sobre el riesgo coronario pueden atribuirse en gran medida a una alta ingesta de fibra y fruta.

(1) Martin-Moreno JM, Boyle P, Gorgojo L et al. Development and validation of a food frequency questionnaire in Spain. Int J Epidemiol 1993; 22: 512-519.


59 DISPARIDADES SOCIALES EN LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS EN EUROPA: REVISIÓN SISTEMÁTICA DE LAS DIFERENCIAS EN LA INGESTA DE GRASA

I. López-Azpiazu, J. de Irala-Estévez, Lars Johansson, J. Petkeviciene, R. Prättälä y M.A. Martínez-González*

Unidad de Epidemiología y Salud Pública, Universidad de Navarra; National Council on Nutrition and Physical Activity, Oslo, Norway; Kaunas University of Medicine, Institute for Biomedical Research, Department of Preventive Medicine, Kaunas, Lithuania; National Public Health Institute, Department of Epidemiology and Health Promotion, Helsinki, Finland. *Epidemiología y Salud Pública. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.

Antecedentes y objetivos: Los hábitos dietéticos tienden a ser generalmente más saludables cuanto más alto es el nivel socioeconómico. No obstante, no se han observado de forma consistente diferencias en la ingesta de grasa según el nivel socioeconómico en Europa. El objeto de este estudio fue comprobar estas diferencias en la ingesta total de grasa y en la ingesta de grasa saturada estudiando las encuestas realizadas en muestras representativas procedentes de doce países europeos.

Métodos: Se constituyó un grupo multicéntrico europeo para identificar las encuestas poblacionales de hábitos alimentarios que reunían los requisitos para ser integradas en una revisión sistemática. Se realizó un meta-análisis de las encuestas que cumplieron los criterios de inclusión realizadas en países europeos entre 1985 y 1999, incluyendo resultados tanto publicados como no publicados. Se cuantificó la ingesta como porcentaje del aporte total de energía. Se aplicaron modelos de efectos aleatorios (Der Simonian - Laird).

Resultados: Las diferencias en la ingesta total de grasa y en la ingesta de grasa saturada entre los niveles educativos más alto y más bajo no fueron significativas para hombres ni para mujeres. Cuando, en vez de clasificar por nivel educativo, se consideró la profesión como indicador de la clase social encontramos una ingesta algo menor de grasa total en las mujeres de mayor nivel socioeconómico (-0,85%; intervalo de confianza al 95 %: -1,49 % a -0, 21 %) pero no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre varones. Respecto a la grasa saturada, la ingesta fue menor tanto en los varones como en las mujeres pertenecientes a los niveles socioeconómicos más altos.

Conclusiones: Las encuestas europeas indican que las personas pertenecientes a niveles socioeconómicos bajos (medidos según la ocupación) consumen más grasa total y más grasa saturada que aquellas de niveles socioeconómicos más altos.

Este estudio corresponde al proyecto FAIR-97-3096 financiado por la Unión Europea.

De Irala-Estévez J, Groth M, Johansson L, Oltersdorf U, Prättälä R, Martínez-González MA. A systematic review of socio-economic differences in food habits in Europe: consumption of fruits and vegetables. Eur J Clin Nutr 2000; 54: 706-714.


60 INGESTA DE FOLATOS, NIVELES DE ÁCIDO FÓLICO Y ESTILOS DE VIDA EN MUJERES EN EDAD FÉRTIL

P. Henríquez*, J. Doreste y L. Serra

Universidad de Las Palmas de Gran Canaria *Centro de Ciencias de la Salud. Departamento de Enfermería.

Antecedentes y/o objetivos: Dada la importancia que, en los últimos años se ha demostrado que tiene el ácido fólico en la aparición de diversas enfermedades crónicas y no sólo en los defectos del tubo neural, nos hemos planteado como objetivos de este estudio: 1. describir los niveles séricos y eritrocitarios de ácido fólico en mujeres canarias; 2. analizar la asociación con la ingesta de folatos; 3. estudiar sus relaciones con la edad, toma de suplementos vitamínicos y anticonceptivos y con el consumo de tabaco.

Métodos: Se realizó un estudio transversal sobre una muestra de mujeres representativa de la población canaria extraída de la Encuesta Nutricional de Canarias (n = 228). Para recoger información sobre las ingestas se utilizó un método de recordatorio de las 24 horas precedentes, en dos días no consecutivos dentro de un periodo de quince días. Los niveles de ácido fólico, sérico y eritrocitario, se midieron utilizando un método de captura iónica automatizada.

Resultados: La mediana de la concentración de ácido fólico sérico fue de 7,8 ng/ml, en tanto la de ácido fólico eritrocitario fue de 204,5 ng/ml. El 12,7% de la población estudiada presentó déficit de ácido fólico eritrocitario (< 140 ng/ml), y encontramos un sólo caso con valores de ácido fólico sérico < 3 ng/ml. Se encontró una correlación positiva entre la ingesta de folatos y los niveles de fólico sérico (r = 0,145; p = 0,029) y eritrocitario (r = 0,132; p = 0,049). La ingesta media de folatos de los individuos con déficit de fólico intraeritrocitario es significativamente menor (p = 0,006) que los que presentan valores óptimos (126,96 ng/ml vs 142,46 ng/ml). La concentración eritrocitaria de ácido fólico aumenta significativamente con la edad (p = 0,013), al igual que la ingesta de folatos (p < 0,001), no encontrándose diferencias para el fólico sérico. Las mujeres consumidoras de anticonceptivos orales y suplementos vitamínicos muestran cifras sanguíneas superiores de fólico, pero sin que las diferencias sean significativas. En relación con el hábito tabáquico, son las no fumadoras quiénes tienen niveles superiores en estas dos variables, aunque las diferencias sólo son significativas en el fólico sérico (p = 0,003).

Conclusiones: De acuerdo a los criterios utilizados, una de cada 8 mujeres entre 15 y 49 años presenta déficit de fólico intraeritrocitario, quiénes a su vez se caracterizan por tener una menor ingesta de folatos. Dado el efecto de los determinantes asociados al estilo de vida, y especialmente su interacción, en el metabolismo del ácido fólico, en este grupo de edad deberían realizarse estudios más específicos.


61 INTERVENCIÓN NUTRICIONAL Y ALIMENTARIA EN LOS COLEGIOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA CON COMEDOR EN UN ÁREA DE SALUD

A. De Santos Martín*, M.ª Caceres, V. Alvaro, T. López, M, Ribes, A. Junco, J.M. Torcal y J. Astray

Servicio de Salud Pública del Área 10. *Servicio de Salud Pública del Área 10. Getafe.

Antecedentes: Durante 1998-99, se ha desarrollado un programa, con el objetivo de incorporar criterios nutricionales saludables en la confección de los menús escolares del Área 10. Para ello se analizó la situación de partida, valorando en diferentes etapas el contenido y la variedad de los alimentos que se suministran en el colegio. Al mismo tiempo, se ha puesto en marcha el análisis de riesgos e identificación de puntos críticos del comedor.

Objetivo: Mejorar el nivel nutricional e higiénico de los alimentos que reciben los escolares en los Colegios.

Metodología: El programa se ha centrado en 40 colegios de Educación Primaria que ofrecen el servicio de comedor. Se llevan a cabo reuniones con los directores de los colegios de educación primaria con comedor escolar y con los representantes de las contratas que abastecen al comedor. La revisión de los menús se realiza de forma mensual por Técnicos de Salud Pública (Farmacéuticos y Veterinarios formados específicamente en nutrición) utilizando las recomendaciones internacionales. Se han realizado recomendaciones nutricionales de complementariedad de dieta en el ámbito familiar. El programa incluye visitas a cada uno de los colegios, poniendo en marcha el Código de Buenas Prácticas. Al mismo tiempo, se verifica la composición del menú del colegio previamente evaluado.

Resultados: Al comienzo del estudio (mayo-98), en el 100% de los casos, el menú era deficitario en verduras, pescado y frutas. En el 100%, eran excesivas las raciones de carne. En marzo ­99, se consigue que un 49% de los menús sean adecuados en el contenido de verduras y hortalizas, un 72,5% adecuado respecto al pescado y un 84,3% en lo que se refiere a frutas. Las recomendaciones efectuadas por el Servicio de Salud Pública del Área, se han seguido en el 100% de los casos, realizando las empresas las correcciones de menú establecidas en base a las recomendaciones internacionales. Se ha conseguido la adecuación de la dieta en el 100% de los colegios que participan en el programa.

Conclusiones: Se ha realizado una intervención en el ámbito escolar en la que se ha conseguido una mejora importante en los hábitos nutricionales de los escolares del Área 10. Dada la importancia de una dieta equilibrada, y ante los excelentes resultados de este trabajo, podría ser recomendable ampliar este tipo de intervenciones. La mejora en la composición de la dieta lleva aparejado el aprendizaje y el cambio de hábitos, no solo en los niños escolarizados, sino también en el núcleo familiar.


62 NEUROPATÍA POR SÍNDROME DEL ACEITE TÓXICO DIECIOCHO AÑOS DESPUÉS DE LA EPIDEMIA

M.J. Ferrari*, R. Philen, L. Vela, F. Geer, R. Letz, M. Izquierdo, C. Martín-Arribas, A. Ramos, J. Pareja, G. Matesanz, C. Mora, M. Roldán, P de Andres y M. Posada

Centro de Investigación sobre el Síndrome del Aceite Tóxico. Instituto de Salud Carlos III. Centers for Diseases Control. Atlanta (US). Emory University. Atlanta (US). *CISAT. Instituto de Salud Carlos III. Madrid.

Antecedentes: Las principales alteraciones neurológicas periféricas referidas por los pacientes del Síndrome del Aceite Tóxico en la actualidad se pudieron objetivar mediante tecnicas no invasivas desarrolladas por expertos de Salud Laboral de la Universidad de Emory, comprobándose la asociación existente entre la perdida de fuerza distal y el aumento del umbral de la sensibilidad vibratoria y la afectación por SAT. El presente estudio utiliza estas técnicas para valorar la neuropatía por SAT a nivel de Sistema Nervioso Central (SNC).

Objetivo: Determinar la posible existencia de una afectación neurológica mixta por SAT que se corresponda con los efectos neurológicos adversos referidos por estos pacientes actualmente.

Métodos: Estudio caso/referente, seleccionando una muestra aleatoria de afectados por SAT residentes en Alcorcón (Madrid) desde la fecha de la intoxicación, < 65 años y sin patología neurológica. Población de referencia apareada por edad, género y lugar de residencia. La información sobre las variables demográficas, hábitos, estado de salud actual, exposiciones a otros tóxicos y habilidades de vocabulario/codificacion(Test K-BIT), memoria y posible depresión y/o ansiedad han sido recogidas mediante distintos cuestionarios estandarizados. La alteración del SNC se valoró por una serie de tests cuantitativos informatizados. En el análisis crudo de las diferencias entre ambos grupos, se aplicaron test no parametricos (test de Wilcoxon). Se ha realizado una regresión lineal múltiple (backward elimination) para cada una de las variables cuantitativas medidas, partiendo de un modelo saturado con interacciones de primer orden, considerando como variables independientes: caso, edad, sexo, BMI, educación, K-BIT, dificultad y experiencia en la utilización de video juegos. Para los cálculos se utilizó el SAS versión 6.12. En los resultados del análisis, la fuerza de la asociación entre las variables dependientes y aquellas independientes que permanecen en el modelo se presentarán mediante R2 ajustada.

Resultados: Existe una relación significativa entre dos de las cinco variables que valoran velocidad motora y coordinación, con una R2 = 0,54 y R2 = 0,57 respectivamente y la afectación por SAT, permaneciendo en el modelo las covariables edad, sexo y nivel de educación. En cuanto a los tests cognitivos hay una asociación estadísticamente significativa en el sentido de peor realización por parte de los afectados de SAT en las variables que valoran: coordinación viso-motora (R2 = 0,38), atención y memoria corto plazo (R2 = 0,60) y habilidades de codificación (R2 = 0,69), permaneciendo según el modelo las covariables (edad, sexo, K-BIT y la interacción edad-K-BIT).

Conclusiones: Los efectos neurológicos adversos que tanto a nivel de sistema nervioso periférico como central refieren en la actualidad los pacientes del SAT pueden corresponderse con las lesiones neurológicas puestas en evidencia por la batería de test aplicados en el estudio.


63 EL CONSUMO DE CARNE y CARNES ROJAS y SU IMPACTO EN EL PERFIL ENERGÉTICO EN CINCO REGIONES DE ESPAÑA

P. Amiano, M. Dorronsoro, N. Larrañaga, O. Goikoetxea y Grupo EPIC-España

Subdirección de Salud Pública de Gipuzkoa, Departamento de Sanidad, Gobierno Vasco.

Antecedentes y objetivos: Numerosos estudios sugieren la relación entre ciertas localizaciones tumorales y el aporte de lípidos de origen animal. La grasa contenida en las denominadas carnes rojas y blancas varía sustancialmente y se sabe que dietas conteniendo cantidades importantes de carne roja y productos derivados probablemente aumentan el riesgo de cáncer colon-rectal y posiblemente el riesgo de cánceres de páncreas, mama, próstata y riñón. En este sentido la World Cancer Research Fund recomienda que el consumo de carnes rojas y derivados sea menor que 80 g/d y que el aporte energético no supere el 10% al total de energía. El objetivo de este estudio es evaluar el consumo habitual de carne, carnes rojas y derivados y su contribución a la energía en las cinco regiones del norte y sur del Proyecto EPIC en España y conocer los factores que determinan la ingesta.

Métodos:Estudio transversal en los 41.446 individuos de ambos sexos con edades entre los 35 y entre 69 años pertenecientes a las cohortes del norte Asturias, Navarra, Gipuzkoa y del sur Granada y Murcia. La evaluación de la ingesta se realizó con el método de la historia de dieta estructurado en ocasiones ingesta en cuestionario informatizado y entrevista personal. Además se realizaron una extracción de sangre, mediciones antropometricas y cumplimentado un cuestionario de otros factores y estilos de vida. El análisis presenta datos crudos y ajustados por edad y energía; la asociación entre el consumo y otros factores no dietéticos se ha evaluado mediante un modelo de regresión logística.

Resultados: El consumo medio diario de carne entre las mujeres es 108 g y entre los hombres 167g. Un 56% de la cohorte consume más de una ración de carne al día con importantes diferencias entre las regiones. El 48% del consumo total proviene de las carnes rojas en el norte y el 40% en las provincias del sur; los embutidos suponen el 24% en el norte y el 34% en el sur. El consumo en ambos sexos disminuye con la edad y el nivel educativo; y se asocia positivamente al consumo de alcohol, tabaco y actividad en el trabajo. En el total de la cohorte un 71% de los hombres y un 36% de las mujeres consume más de 80 g/d de carnes rojas y derivados cuyo aporte supone cerca del 12% de la energía.

Conclusiones: Se evidencian diferencias en los hábitos de consumo entre las provincias del norte y sur de España. El patrón de consumo se asocia a la edad, nivel educativo e ingesta de alcohol. Un porcentaje elevado, hombres 71% y mujeres 36%, superan las recomendaciones de consumo de carne roja. Estos consumos elevados y su aporte grasa suponen un riesgo que debería ser susceptible de modificación.

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