VIGILANCIA ACTIVA DE INFECCIÓN NOSOCOMIAL EN ENFERMOS INTERVENIDOS EN UN SERVICIO QUIRÚRGICO HOSPITALARIO
S. Paniagua Tejo*, C. Martín Marín, C. Pacheco Martínez.
Hospital Ntra. Sra. de Sonsoles de Avila; Servicio Territorial de Sanidad y Bienestar Social de Avila.
Sonsoles Paniagua Tejo. Servicio de Medicina Preventiva. Hospital Ntra. Sra. de Sonsoles. Ctra de Madrid s/n, 05071-Avila. Tlfno:920-358093. spaniagua@hnss.insalud.es
Antecedentes y Objetivo: En el hospital existen distintos sistemas para vigilar la aparición de casos de infección nosocomial (IN), tanto de forma aislada como en brotes. La primera localización, en frecuencia, de IN es la urinaria. Sin embargo, en los Servicios Quirúrgicos, la infección de Herida Quirúrgica (HQ) es la más frecuente. El objetivo de nuestro estudio es conocer la incidencia de Infección Nosocomial de Herida Quirúrgica y factores asociados, utilizando un método de vigilancia activa.
Métodos: Se recogió información diariamente y desde el ingreso al alta, de todos los enfermos intervenidos en Cirugía General y Digestiva (CGD) desde el 1 de enero de 1999 al 28 de febrero del mismo año. Como fuentes de información se utilizaron el Servicio de Admisión, la Historia Clínica Abierta y el personal médico y de enfermería responsable de cada paciente. Las variables recogidas fueron tanto la edad y sexo como datos relativos al tipo y duración de la intervención, factores extrínsecos e intrínsecos, cultivos, cumplimiento de protocolo existente de profilaxis antibiótica prequirúrgica, antibioterapia empírica y/o específica. Se definió IN según los criterios de los Centers for Disease Control de Atlanta del año 1988 y posteriores revisiones.
Resultados: Se estudiaron 156 enfermos intervenidos en CGD, con una edad media de 54´43 años (DE:23´59), de los cuales el 66´7% eran hombres. Se detectaron 42 pacientes infectados y 47 infecciones, lo que supone una incidencia acumulada (IA) de infecciones del 30´1% y del 26´9% de infectados. Solamente en 11 infecciones se solicitó cultivo microbiológico, siendo el germen más frecuentemente implicado el E. coli. De las 47 infecciones, 28 (59´5%) eran de HQ, lo que supone una IA de 17´9%. La tasa o densidad de incidencia por HQ fue de 0´016/1.000*día. Según el tipo de cirugía, la IA de HQ fue mayor en la Cirugía contaminada (52´9%), seguida de la sucia (20´8%). Los factores de riesgo extrínsecos e intrínsecos implicados fueron diabetes, neoplasia, sondaje urinario, catéter central, enfermedad de base, nutrición parenteral, traqueoastomía, ventilación mecánica, sonda nasogástrica e inmunosupresión. En 26 de las infecciones por HQ no se realizó profilaxis antibiótica prequirúrgica ajustada a protocolo.
Conclusiones: El número de cultivos solicitados es muy bajo en relación a las infecciones detectadas. El método de vigilancia utilizado permite obtener datos más fiables que los que se obtendrían si sólo se hubiese vigilado a los enfermos con cultivo microbiológico. La incidencia de infección por Herida Quirúrgica resultante es elevada en comparación con el resultado de otros estudios. El cumplimiento de los protocolos de profilaxis antibiótica prequirúrgica es bajo. Es necesario y posible insistir en las recomendaciones para reducir la incidencia de Infección Nosocomial por Herida Quirúrgica.