La publicación del Decreto por el que se creó la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, hace ya siete años, da pie para reflexionar sobre los sistemas de vigilancia de la salud pública en nuestro país e incidir en aquellos aspectos que facilitan o impiden que estos sistemas cumplan con su objetivo fundamental de proporcionar una información que sirva para facilitar el control de las enfermedades.
Muchas de las situaciones vividas en el ámbito de la salud en estos últimos años, calificadas de «crisis sanitarias» por los medios de comunicación, han sido consideradas como riesgos inaceptables por la población, que los sistemas sanitarios deberían haber evitado y, entre los fallos evidenciados, siempre se alude a defectos de los sistemas de vigilancia. Algunos de estos defectos provienen de las propias limitaciones de los instrumentos utilizados para la medición y clasificación de los problemas de salud, pero también existen otros derivados de una concepción no adecuada de la vigilancia y que impiden valorar el verdadero impacto de los problemas de salud. Comentar unos y otros no solucionará los problemas de la vigilancia, pero sí puede servir para que muchas personas no sigan pidiendo a nuestros sistemas de vigilancia aquello que no pueden ofrecer.
The publication of the Decree creating the National Epidemiological Surveillance Network, 7 years ago now, invites us to reflect on public health surveillance systems in our country and to highlight those aspects that help or obstruct these systems in meeting their basic objective of providing information that can be used to facilitate disease control.
Many of the events that have taken place in the health arena in recent years, labeled as «health crises» by the communications media, have been considered by the population as unacceptable risks that the health system should have avoided; defects in surveillance systems are one of the errors always mentioned in this respect. Some of these defects arise because of limitations of the instruments used to measure and classify health problems, but others are due to an inappropriate understanding of surveillance, which make it difficult to assess the true impact of health problems. A discussion of the two types of defects will not solve surveillance problems, but it may help many people to stop asking our surveillance systems for what they cannot offer.