PROBLEMAS EN EL DIAGNÓSTICO Y RESISTENCIA DE «ESTREPTOCOCCUS PNEUMONIAE»
Dr. M.Gobernado, Servicio de Microbiología, Hospital La Fe, Valencia.
Streptococcus pneumoniae es el microorganismo más frecuente causante de la neumonía adquirida en la comunidad, que puede cursar con bacteriemia, y también produce meningitis, otitis media aguda, sinusitis, endocarditis, y otras enfermedades infecciosas, con mortalidad elevada en alguna de ellas, sobre todo en la infancia.
Las principales muestras para conseguir aislar S. pneumoniae son la sangre (hemocultivo), y los exudados respiratorios, sobre todo los de origen pulmonar obtenidos bien por expectoración espontanea o por procedimientos más agresivos como aspiración endotraqueal, lavado y/o cepillado bronquial y aspiración pulmonar con aguja fina (PAF), además de otras muestras como exudados óticos, sinusales, LCR, y de otras procedencias. No es infrecuente la existencia de portadores orofaríngeos, lo que dificulta la interpretación de los aislados de los cultivos de muestras respiratorias.
Los medios de cultivo con sangre, incubados a 35-37 ºC, en atmósfera de 5% de CO2, son los más adecuados para aislar esta bacteria. La identificación se basa en la morfología, tinción de Gram, aspecto de las colonias, hemólisis tipo, presencia de cápsula, prueba de la optoquina, solubilidad en bilis, detección de antígenos capsulares y de fragmentos de ADN específicos. Con fines tanto clínicos como epidemiológicos y de prevención es conveniente determinar los diferentes serogrupos capsulares de las cepas aisladas ya que son diferentes en cuanto a prevalencia, grado de patogenicidad y resistencia a los antibióticos.
En nuestras manos, en las infecciones neumocócicas invasoras, la detección de la neumolisina en sangre por medio de técnicas de biología molecular (PCR), supone un avance importante en este campo ya que lleva a mejores diagnósticos y más seguros.
En cuanto a la resistencia de esta bacteria a los antibióticos, preocupa la adquirida a la penicilina, los primeros casos descritos en 1967 en Australia, por mutación de los genes que codifican las PBP (1ª, 2x, 2ª,2b) de S.pneumoniae a las que se fija el antibiótico. Esta resistencia es un problema mundial en la actualidad, con tasas muy variadas, que oscilan entre el 1% y más 60% dependiendo de distintas áreas geográficas, con una media en España de cerca del 40%, en ocasiones con resistencia cruzada a cefalosporinas de 3ª generación. También hay que tener en cuenta los distintos grados de resistencia a tetraciclinas, cotrimoxazol, cloramfenicol y macrólidos.