Evaluar la problemática comportamental de los/las menores que han estado expuestos/as junto a sus madres a situaciones de violencia de género, y el efecto moderador de las pautas de crianza materna.
MétodoSe analiza, mediante la Child Behavior Checklist, la problemática conductual de 46 menores de entre 6 y 16 años de edad, y la posible relación entre los problemas detectados y las competencias parentales mostradas en la interacción madre-hijo/a en los centros de acogida.
ResultadosSe detecta una mayor problemática conductual en los/las menores, en comparación con la población normativa. Las dificultades en la crianza y la interacción madre-hijo/a se relacionan especialmente con la manifestación de problemas externalizantes.
ConclusionesVivir en contextos de violencia de género afecta al ajuste psicosocial de los/las menores y deteriora las competencias parentales de las víctimas. En consecuencia, la intervención de los/las profesionales del ámbito sociosanitario con las víctimas debería prestar mayor atención a las dificultades de los/las menores y a restablecer las competencias de crianza de las madres en aras de paliar las repercusiones de la violencia de género en sus hijos/as.
To assess the behavioural problems of children who have been exposed to intimate partner violence situations, and the moderating effect of mother parenting.
MethodWe analysed, using the Child Behavior CheckList, behavioural problems of 46 children between 6 and 16 years, and the relationship between the detected problems and parenting skills shown in the mother-child interaction in shelters.
ResultsIncreased behavioural problems were detected in children, compared with normative population. Difficulties in parenting skills in mother-child interaction especially connect with the manifestation of externalizing problems in children.
ConclusionsLiving in a gender violence environment affects children's psychosocial adjustment and it damages the victim's parental competence. Consequently, the intervention of socio-health professionals with Intimate partner violence victims should pay more attention to detect the difficulties of children and restore the parenting skills of the mothers in order to alleviate the repercussions of gender violence on their children.
Los hijos y las hijas de mujeres víctimas de violencia perpetrada por su pareja son víctimas a su vez de la misma, porque ven, oyen e intervienen en estos episodios de violencia1. A menudo los padres también han hecho uso de los/las menores para controlar y dañar a la madre, deteriorando la autoridad materna2,3.
En consecuencia, la exposición a la violencia perpetrada contra las mujeres puede acarrear consecuencias negativas para los hijos y las hijas de las víctimas, que pueden mostrar síntomas de estrés postraumático, baja competencia social y problemas emocionales y conductuales4–14. Los resultados no son siempre coincidentes. Mientras unos trabajos consideran que existe un mayor riesgo de presentar conductas externalizantes (hostilidad y agresión) en los varones14, otros encuentran un mayor riesgo de conductas internalizantes (autoculpabilización y vergüenza) en las mujeres12, pero también hay trabajos que consideran que estas diferencias no son significativas15 o que no se aprecian diferencias11,12.
En España, un 63,6% de los/las hijos/as de las víctimas presenciaron o escucharon alguna de las situaciones de violencia, y el 64,2% sufrieron a su vez violencia15. Numerosos trabajos reflejan igualmente el impacto de la exposición a la violencia de género en los/las hijos/as de las víctimas16–23, con una afectación similar en chicos y chicas16,21.
Además, la investigación ha puesto de manifiesto una relación positiva entre la gravedad del maltrato sufrido por la madre y la presencia de problemas conductuales y emocionales en los/las hijos/as5,23. Las consecuencias del maltrato en la madre (altos niveles de estrés, problemas emocionales, precariedad económica y laboral, etc.24,25) también pueden afectar al desempeño del rol materno, obstaculizando su implicación en las necesidades de los/las menores y provocando déficits en sus respuestas afectivas y dificultades en las tareas educativas5,20,26. En la misma línea, hay trabajos que sugieren que en los hogares donde existe violencia de pareja hay más probabilidad de establecer una disciplina severa e interacciones aversivas con los/las hijos/as27–30,33.
Otros trabajos muestran que la calidad de la crianza modera la conducta infantil, de forma que cuando la madre muestra una actitud sensible con sus hijos/as, estos/as desarrollan una capacidad mayor de autorregulación y modulación de su conducta (effortful control) que cuando utiliza un estilo duro o intrusivo29. La sensibilidad maternal protegerá a los/las menores de la vulnerabilidad de crecer en un hogar violento30, influyendo en su bienestar a largo plazo30,31.
El objetivo de este trabajo es, en primer lugar, evaluar si los/las menores atendidos/as junto con sus madres en casas de acogida tras haber sufrido situaciones de violencia de género presentan una mayor problemática comportamental que la población normativa. En concreto, la primera hipótesis es que los/las menores que han sido expuestos/as a violencia de género presentarán mayor frecuencia de problemas conductuales que la población normativa. Así mismo, se evalúan los patrones de crianza en la interacción materno-filial y si sus competencias parentales se relacionan con la problemática conductual de los/las menores. La segunda hipótesis es que bajas competencias de las madres en la crianza de sus hijos/as guardarán relación con una mayor tasa de problemas conductuales de tipo externalizante en los/las menores.
MétodoParticipantesSe trata de un estudio transversal referido a menores atendidos/as junto a sus madres en los centros especializados de atención a víctimas de violencia de género de la provincia de Alicante durante el año 2015. Los criterios de ingreso son el reconocimiento como víctimas de violencia de género y una problemática psicosocial que impida su recuperación mediante recursos ambulatorios.
De 117 menores atendidos/as, se pudo estudiar la situación de 85 (72,65%), pues el resto abandonó el recurso o la madre no accedió al mismo. De estos/as, 50 (58,8%) tenían en el momento del estudio 6 o más años de edad, criterio de inclusión para los objetivos de este estudio por ser el rango de edad para el que está validado en nuestro país el instrumento utilizado, la Child Behavior CheckList (CBCL). Finalmente participaron 46 menores entre 6 y 16 años de edad, acogidos/as junto con sus madres (n=29) en los centros para víctimas de violencia de género, lo que supone el 92% de los/las menores, a partir de 6 años de edad, atendidos/as en los centros en el año.
En la tabla 1 se recogen las características sociodemográficas de los/las menores y de sus madres.
Características sociodemográficas de la muestra
Menores | ||
---|---|---|
Edad (años) | Rango | Media; DT |
6-17 | 10,96; 2,8 | |
Sexo | n | % |
Varón | 22 | 47,8 |
Mujer | 24 | 52,2 |
Mujeres (n=29) | ||
---|---|---|
Edad (años) | Rango | Media; DT |
27-48 | 36; 5,7 | |
Nacionalidad | N | % |
Española | 12 | 41,4 |
Extranjera | 17 | 58,6 |
Formación | ||
Primarios | 19 | 65,5 |
Bachiller/formación profesional | 9 | 31 |
Superiores | 1 | 3,4 |
Violencia sufrida | ||
Física | 28 | 96,6 |
Psicológica | 27 | 93,1 |
Sexual | 12a | 41,4 |
N° hijos en el centro | ||
1 | 16 | 55,17 |
2 | 9 | 31,03 |
3 | 4 | 13,79 |
DT: desviación típica.
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Ficha de datos sociodemográficos: destinada a examinar el perfil de los/las menores y de sus madres.
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CBCL desarrollado por Achenbach32: inventario conductual que permite evaluar ocho síndromes de primer orden o «síndromes de banda estrecha» (conducta agresiva, problemas de atención, conducta de romper normas, problemas sociales, problemas de pensamiento, quejas somáticas, retraimiento, ansiedad-depresión). El instrumento ha mostrado propiedades psicométricas adecuadas. Mediante análisis factorial exploratorio se obtuvieron tres factores que alcanzaron a explicar entre el 59% y el 88% de la varianza en los ítems que componen el instrumento, en diversas muestras según grupos de edad y sexo: internalizante (retraimiento, quejas somáticas y ansiedad-depresión), externalizante (conducta de romper normas y conducta agresiva) y uno mixto que engloba problemas sociales y problemas de atención. Del mismo modo, la fiabilidad calculada mediante el índice alfa de Cronbach en estudios originales es de α = 0,78 y α = 0,9733. En estudios españoles, el análisis factorial confirmó la estructura de este instrumento, y la fiabilidad y la exactitud fueron excelentes, con valores de alfa de Cronbach por encima de 8034. Se han utilizado los baremos españoles35. La muestra normativa estuvo compuesta por 1430 menores de 6 a 17 años de edad (50% chicos y 50% chicas) que acudían a escuelas representativas de niveles socioeconómicos alto, medio y bajo de tres ciudades españolas: Barcelona, Madrid y Reus (Tarragona). La estructura factorial de la escala se ha examinado en este estudio mediante análisis factorial exploratorio. Previo a ello, el análisis de la muestra Kaiser-Meyer-Oklin arrojó un resultado de 0,84. Asimismo, la prueba de esfericidad de Bartlett indicó que la matriz de puntuaciones cumplía el supuesto de identidad (p <0,001). El análisis de fiabilidad posterior indicó una consistencia interna satisfactoria (α = 0,87).
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Escala de competencias parentales en la interacción maternofilial: este instrumento ha sido diseñado ad hoc para este estudio partiendo de una definición de competencias parentales aportada por estudios españoles36. El instrumento está compuesto por ocho ítems (cinco relacionados con aspectos de la crianza de la madre, implicación en la vida cotidiana, afecto y disciplina, y tres referentes al comportamiento del/de la menor hacia la madre), con respuestas tipo sí/no. Para dicotomizar las puntuaciones se calculó la puntuación global y se estableció un punto de corte a partir de la mediana37. La escala presenta una adecuada consistencia interna (α = 0,73). Para determinar la relevancia de los ítems se aplicó a la escala el protocolo de validación de contenido. Para ello, dos jueces expertos respondieron a un cuestionario dicotómico que indagaba sobre la validez de cada ítem propuesto, basándose en los comportamientos que, según estudios previos36, describían las competencias parentales en la interacción madre-hijo/a y que podían evaluarse en los centros. A los resultados obtenidos se aplicó la distribución binomial para cada ítem. Finalmente, la escala fue sometida al análisis de validez y comprobación de dimensionalidad con el análisis de escalamiento multidimensional. Los resultados en cuanto a la bondad de ajuste del modelo bidimensional fueron positivos (estrés bruto normalizado: 0,011; coeficiente de congruencia de Tucker: 0,994).
Para la puesta en marcha del estudio se contó con la autorización de la entidad pública responsable de los centros de acogida a víctimas de violencia de género y la colaboración de los/las profesionales y de las mujeres que, una vez informadas de los objetivos del estudio, dieron el consentimiento oralmente para colaborar en la investigación.
Se ha cumplido con la normativa del Comité de ética de la universidad de referencia y los principios éticos de la Declaración de Helsinki (octubre de 2000) para las investigaciones con seres humanos. Así mismo, se ha garantizado la confidencialidad de la información mediante la codificación de los expedientes.
Los datos sociodemográficos fueron extraídos de los informes obrantes en los expedientes. La escala de competencias parentales e interacción maternofilial fue cumplimentada por profesionales de los centros, previamente instruidos/as por el equipo investigador. Por su parte, el CBCL fue cumplimentado por las madres con el asesoramiento de los/las profesionales, y los resultados se han comparado con los baremos normativos35.
Análisis estadísticosTras el análisis de los descriptivos en el CBCL se realizó una comparación de medias con población normativa y se estudiaron las posibles relaciones entre los problemas de conducta y el sexo.
Para contrarrestar el tamaño de la muestra, las pruebas de significación estadística se acompañaron del cálculo y la interpretación del tamaño del efecto (d de Cohen40), que indica la magnitud de las diferencias halladas a partir del cálculo de la diferencia de medias tipificada.
Igualmente se analizaron las frecuencias y los porcentajes obtenidos en los diferentes ítems de las competencias parentales en la interacción maternofilial.
Para comprobar diferencias estadísticamente significativas en la conducta infantil en función de las competencias parentales en la interacción maternofilial se utilizó la prueba no paramétrica U de Mann-Whitney (NC=95%). Se recurrió a esta prueba debido al tamaño reducido de los grupos y la falta de homocedasticidad.
Se analizaron las posibles diferencias por sexo.
ResultadosProblemática conductual infantilEn general se observó una mayor problemática conductual en la muestra objeto de estudio en comparación con la población normativa (tabla 2). De hecho, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en ansiedad (t=6,65, p<0,05, d=0,34), retraimiento (t=2,46, p<0,001, d=0,86), problemas sociales (t=2,96, p<0,001, d=0,86), problemas de atención (t=376, p<0,001, d=0,85) y agresividad (t=4,096, p <0,05, d=0,59). Igualmente se observaron diferencias significativas en los síndromes de banda ancha internalización (t=4,145, p <0,05, d=0,57) y externalización (t=4,418, p<0,05, d=0,58), y en el total de problemas de conducta (t=4,465, p<0,001, d=0,66).
Comparación de medias en ajuste conductual entre la muestra estudiada y la población normativa
Síndromes | M | DT | M baremo | DT baremo | p | d | IC95% | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Inferior | Superior | |||||||
Ansiedad/depresión | 5,39 | 4,707 | 3,98 | 3,65 | 0,048 | 0,34 | 0,013 | 2,80 |
Retraimiento/depresión | 4,24 | 3,790 | 1,79 | 1,92 | 0,000 | 0,86 | 1,32 | 3,57 |
Quejas somáticas | 2,59 | 3,416 | 1,70 | 2,15 | 0,390 | 0,32 | −0,12 | 1,90 |
Problemas sociales | 5,33 | 3,658 | 2,64 | 2,63 | 0,000 | 0,86 | 1,59 | 3,77 |
Problemas pensamiento | 2,87 | 3,908 | 2,14 | 2,63 | 0,212 | 0,22 | −0,43 | 1,89 |
Problemas atención | 7,57 | 4,607 | 4,11 | 3,57 | 0,000 | 0,85 | 2,08 | 4,82 |
Conducta de romper normas | 3,83 | 3,057 | 2,65 | 2,94 | 0,056 | 0,39 | 0,26 | 2,08 |
Conducta agresiva | 10,04 | 7,994 | 6,10 | 5,43 | 0,002 | 0,59 | 1,56 | 6,31 |
Internalización | 12,22 | 10,405 | 7,47 | 6,24 | 0,003 | 0,57 | 1,65 | 7,83 |
Externalización | 13,87 | 10,376 | 8,75 | 7,71 | 0,002 | 0,58 | 2,03 | 8,20 |
Total | 46,37 | 29,531 | 29,4 | 21,7 | 0,000 | 0,66 | 8,20 | 25,73 |
d: tamaño del efecto; DT: desviación típica; IC95%: intervalo de confianza del 95%; M: media.
Teniendo en cuenta que las medidas de efecto inferiores a 0,20 se consideran pequeñas, de 0,2 a 0,8 medianas, y mayores de 0,8 grandes40, el estudio del tamaño del efecto indicó que la magnitud de estas diferencias era mayor en retraimiento, problemas sociales y problemas de atención.
Por otra parte, entre el 56% y el 89% de los/las menores oscilaban en un rango normal, entre un 2% y un 13% en el rango límite y entre un 8% y un 37% en el rango clínico, según los síndromes (fig. 1). En concreto, un 17,4% se encontraba en el rango clínico en el total de las conductas, un 19,6% en las conductas internalizantes y un 17,4% en las externalizantes.
Al analizar los síndromes de banda estrecha se observó una mayor presencia de menores en el rango clínico en problemas de atención (37%), retraimiento (28,3%), problemas sociales (19,6%) y conducta de romper normas (15,2%).
Según el sexo, se observó que las niñas puntuaron más alto que los niños en problemas de atención (t(44)=3,465; p <0,001).
Competencias parentales e interacción maternofilialLos resultados apuntan una dificultad por parte de las madres para atender las demandas de sus hijos e hijas (tabla 3). Estas se manifestaron en un escaso tiempo de juego compartido (ítem 1: n=7; 15,9%), escasas muestras de afecto (ítem 2: n=11; 24,4%) y un moderado disfrute del tiempo que pasaban con sus hijos/as (ítem 5: n=23; 51,1%). Igualmente manifestaron dificultades en sus competencias educativas, ya que no solían establecer normas y límites adecuados (ítem 3: n=9; 20%), actuando de forma sobreprotectora o muy exigente, sin estimular adecuadamente su autonomía (ítem 4: n=9; 20%).
Porcentajes en los ítems de la escala de competencias parentales e interacción maternofilial
Ítems | No | Sí | ||
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n | % | n | % | |
1 Su madre juega con él/ella en el centro y pasan tiempo juntos | 37 | 84,1 | 7 | 15,9 |
2 Su madre se muestra cariñosa con sus demandas | 34 | 75,6 | 11 | 24,4 |
3 Su madre establece normas y límites adecuados | 36 | 80,0 | 9 | 20,0 |
4 La madre estimula la autonomía personal del/de la menor | 24 | 54,5 | 20 | 45,5 |
5 La madre disfruta del tiempo que comparte con su hijo/a | 22 | 48,9 | 23 | 51,1 |
6 El/la menor acepta las pautas que le marca su madre | 19 | 42,2 | 26 | 57,8 |
7 El/la menor adopta postura autoritaria/violenta con la madre | 35 | 79,5 | 9 | 20,5 |
8 El/la menor recrimina a su madre por estar en el centro | 38 | 86,4 | 6 | 13,6 |
Los ítems se han formulado a partir de la definición de competencias parentales de Rodrigo et al.36.
Por otro lado, la no aceptación de las pautas maternas se daba en un bloque importante de menores (ítem 6: n=19; 42,2%), llegando incluso en algunos casos a adoptar una postura autoritaria/violenta con su madre (ítem 7: n=9; 20,5%) o recriminándola por estar en el centro (ítem 8: n=6; 13,6%).
Relación entre problemas de conducta en los/las menores (CBCL) y competencias parentales en la interacción maternofilialLos análisis indicaron diferencias estadísticamente significativas en la puntuación total de la escala de competencias parentales (U(46)=96,00, p <0,05), en el factor de conductas externalizantes (U(46)=54,50, p <0,001) y en algunos de los síndromes del CBCL. Así, se observó que los rangos medios de problemas de atención (U(46)=106,00, p <0,05), conducta de romper normas (U(46)=47,00, p <0,001) y agresividad (U(46)=66,00, p <0,001) fueron más elevados en los casos con puntuaciones más bajas en la escala de competencias parentales e interacción maternofilial (tabla 4).
Rangos medios en la escala de competencias parentales e interacción maternofilial y síndromes de la Child Behavior CheckList
Síndromes | Frecuencia en competencias parentales | |||
---|---|---|---|---|
No | Sí | U Mann-Whitney | p | |
Ansiedad/depresión | 24,77 | 18,44 | 120,00 | 0,106 |
Retraimiento/depresión | 19,00 | 21,22 | 156,00 | 0,571 |
Quejas somáticas | 22,04 | 19,76 | 155,50 | 0,556 |
Problemas sociales | 23,42 | 19,09 | 137,50 | 0,270 |
Problemas pensamiento | 19,77 | 20,85 | 166,00 | 0,777 |
Problemas atención | 25,85 | 17,93 | 106,00 | 0,043 |
Conducta de romper normas | 30,38 | 15,74 | 47,00 | 0,000 |
Conducta agresiva | 28,92 | 16,44 | 66,00 | 0,002 |
Internalización | 22,65 | 19,46 | 147,00 | 0,417 |
Externalización | 29,81 | 16,02 | 54,00 | 0,000 |
Total | 26,62 | 17,56 | 96,00 | 0,022 |
No se observan diferencias significativas en función del sexo.
DiscusiónAunque existe un amplio marco internacional de investigación sobre el tema de los/las menores expuestos/as a la violencia perpetrada contra su madre por el compañero íntimo, en España solo ha sido objeto de estudio en los últimos años16–23 y pocos trabajos comparan los resultados de la evaluación con la población normativa22 o señalan factores intervinientes, como la edad y el sexo de los/las menores16,21 o las competencias de crianza de las madres31.
A partir de los resultados de este estudio se constata la presencia de una mayor problemática conductual en los/las menores que han estado expuestos/as a la violencia de género, en comparación con la población general. De hecho, se observan puntuaciones medias más altas en todos los síndromes, al igual que en investigaciones previas7,9,22. Estas diferencias son estadísticamente significativas en muchos de los síndromes de banda estrecha, y en internalización, externalización y total de problemas de conducta. El tamaño del efecto, moderado o elevado, ratifica la magnitud de estas diferencias.
En otros trabajos con menores expuestos a violencia de género hay más presencia de conductas externalizantes que internalizantes8,9. Esta discrepancia podría deberse a que el estudio se ha realizado con población institucionalizada y, por tanto, en un contexto de mayor contención de las conductas externalizantes.
Por otra parte, los resultados reflejan dificultades en algunas mujeres para implicarse en las actividades de la vida cotidiana de sus hijos/as, o en sus competencias parentales21,26. Posiblemente algunos aspectos no medidos en este estudio, como el estrés y los problemas psicológicos en las madres24,25, obstaculizan el pleno ejercicio de las funciones de crianza en estas mujeres. Además, la convivencia con una pareja que agrede, insulta o descalifica a la madre en presencia de los/las menores puede haber influido en el desempeño de su rol materno y su capacidad para establecer normas y límites en sus hijos/as3,21.
Como se reflejaba en las hipótesis iniciales, cuando las madres muestran en el centro una más baja implicación o competencia parental en la interacción maternofilial, los/las menores, a su vez, presentan mayores tasas de problemas de conducta, en este caso externalizantes (agresividad y conductas de romper normas) y problemas de atención.
En línea con otros autores29–31, esto podría explicarse por la influencia de las competencias parentales, la sensibilidad y el apoyo emocional de las madres en los efectos de la exposición a la violencia de género en la conducta infantil, especialmente en la autorregulación y la modulación conductual. La atención materna se convertiría así en un factor contenedor de la impulsividad, la inquietud y el nerviosismo de sus hijos/as, disminuyendo la frecuencia de conductas inadecuadas (agresividad y conductas de romper normas). Sin embargo, en situaciones de violencia de género en las que, como se ha señalado más arriba, las madres pueden estar sufriendo otros problemas que hacen descender su implicación en la crianza, pueden fallar estos mecanismos de afecto y contención, generando una mayor problemática externalizante en los/las menores. Por ejemplo, Mazza et al.39 explican cómo las dificultades socioeconómicas ocasionan problemas de salud mental en las madres, y que estos afectan a la calidad de la crianza. El estrés familiar ocasionado por estos problemas interfiere en el aprendizaje del control conductual en los hijos/as y genera una mayor problemática conductual de tipo externalizante (hiperactividad y conductas agresivas).
Por otra parte, las conductas externalizantes (agresividad y conducta de romper normas) también son más frecuentes en los/las menores con actitudes más negativas hacia su madre. Posiblemente esto sea así porque la exposición a comportamientos inadecuados en las personas adultas durante los episodios de violencia contra su madre puede haber puesto en marcha un proceso vicario de aprendizaje de estas conductas en los/las menores3,4, sometiendo a las madres a una doble victimización (por su compañero y por sus hijos/as)38.
Estos resultados tienen implicaciones para la práctica, pues reflejan la necesidad de que los/las profesionales del ámbito sociosanitario en contacto con víctimas de violencia de género estén alerta para detectar estas dificultades y orientar a las mujeres sobre cómo actuar para superarlas. En esta tarea resulta prioritario considerar a los/las menores como víctimas y objeto de la intervención, incluyéndolos/as en los protocolos de cribado y actuación y derivando, en su caso, a los recursos adecuados para poder hacer frente a sus dificultades emocionales y conductuales. También debe orientarse la intervención a proporcionar apoyo instrumental y emocional a las madres, de cara a su recuperación y al restablecimiento de sus competencias parentales, lo que repercutirá, además, en sus hijos/as.
Hay que tener en cuenta algunas limitaciones del estudio de cara a la generalización de los resultados obtenidos. En primer lugar, el colectivo específico de estudio (menores institucionalizados/as junto a sus madres en centros de acogida) y el rango de edad del instrumento utilizado (CBCL) han limitado la muestra. Una muestra mayor permitiría en el futuro explorar posibles diferencias según el sexo o la edad. Igualmente, un conocimiento más en profundidad de las características de las madres y de su salud mental permitiríá conclusiones más precisas.
Por otro lado, la singularidad de los sujetos de estudio y la especificidad de acceso a esta población, en aras de asegurar su seguridad y anonimato, han determinado que se accediera a los datos a través de informantes clave (madres y profesionales), que aunque fueron instruidos pueden haber sesgado la información recabada.
Finalmente, el tiempo de permanencia en los centros, a menudo corto, impide un seguimiento longitudinal de los casos, como sería deseable.
La exposición a la violencia de género tiene un importante impacto en el ajuste psicosocial de los/las menores que, como consecuencia de esta experiencia, pueden exhibir problemas emocionales y conductuales. El desempeño del rol materno también puede verse afectado.
¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?En este trabajo se corrobora la presencia de una mayor problemática conductual y emocional en los/las menores expuestos/as a la violencia de género, en comparación con la población general, y se comprueba que esta se acentúa cuando las madres muestran una más baja implicación o competencia parental con sus hijos/as.
María del Mar García-Calvente.
Declaración de transparenciaLa autora principal (garante responsable del manuscrito) afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y transparente del estudio que se remite a Gaceta Sanitaria, que no se han omitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepancias del estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) se han explicado.
Contribuciones de autoríaEl presente trabajo ha sido concebido y coordinado por A. Rosser, R. Suriá y M.M. Mateo, que a su vez han participado en el diseño de la investigación, la recogida y el análisis de los datos, la interpretación de los resultados, la organización del contenido y la redacción. Las tres personas firmantes han participado igualmente en la revisión crítica del trabajo hasta llegar a su versión final.
AgradecimientosNuestro agradecimiento a todas las mujeres que accedieron a participar en esta investigación y a la colaboración de los profesionales de los centros donde mujeres y menores estaban acogidos, sin la que este trabajo no hubiera sido posible. A la Dirección General de la Mujer y por la Igualdad de la Consellería de Bienestar Social (Generalitat Valenciana), que autorizó la realización del estudio en los Centros de Servicios Especializados para la Mujer.
FinanciaciónEsta investigación se ha realizado con la autorización de la entidad pública competente y el consentimiento de los participantes adultos y representantes legales de los menores, al amparo de las ayudas a proyectos de investigación emergentes de la Generalitat Valenciana GV/2014/90 Estrategias para visibilizar e intervenir en el impacto de la exposición a la violencia de género en los menores.
Conflictos de interesesNinguno.