Sr. Director:
Se ha publicado en su revista el artículo Las políticas para disminuir las desigualdades en salud, de Carme Borrell y Lucía Artazcoz (Gac Sanit. 2008;22:465–73). En él se realiza un excelente repaso de las políticas para reducir las desigualdades sociales en salud y se expone de forma concisa el modelo conceptual considerado por la Comisión de los Determinantes Sociales de la Salud, recientemente publicado por la OMS. Se trata, por lo tanto, de un artículo muy pertinente en el momento actual, en el cual, desde la planificación sanitaria, se intenta superar el modelo biomédico tradicional para seguir un modelo más amplio de la salud y sus determinantes.
Tal como cita el artículo, la existencia de desigualdades sociales en salud ha sido ampliamente estudiada en España y, sin embargo, no se han implementado con la misma intensidad políticas dirigidas a disminuirlas. El texto hace alusión a dos experiencias de Cataluña y Andalucía, pero no menciona las realizadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco, que en muchas ocasiones han sido pioneras en España. En este sentido cabe destacar que el actual Plan de Salud, vigente desde 2002, apunta la equidad como uno de los principios informadores del sistema sanitario vasco, junto con la universalidad, la solidaridad, la calidad de los servicios y la participación ciudadana. Por ello, una de sus dos metas es mejorar la salud de las personas más desfavorecidas y reducir las desigualdades sociales en salud. De hecho, la sensibilidad del Plan de Salud de la Comunidad Autónoma del País Vasco por las desigualdades socioeconómicas y de género ya fue identificada en otros artículos en los cuales participó una de las autoras1,2.
Las actuaciones que se han venido desarrollando desde el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco son las siguientes:
• Monitorización de las desigualdades sociales en salud, mediante a) el impulso de proyectos dirigidos al análisis de las desigualdades socioeconómicas en la mortalidad, la esperanza de vida, la salud percibida, los estilos de vida y afecciones como el infarto agudo de miocardio3,4 (el análisis de las desigualdades ha ido incorporándose progresivamente como una estrategia transversal, impregnando las diferentes actividades desarrolladas por el Sistema Sanitario y el Departamento de Sanidad); b) la publicación de indicadores sanitarios según el sexo, la posición socioeconómica y el lugar de residencia; y c) la adecuación y el desarrollo de los sistemas de información sanitaria mediante la construcción de indicadores socioeconómicos de área, geocodificación de las direcciones de residencia, enlace de registros con indicadores socioeconómicos, etc.
• Desarrollo de la evaluación del impacto en la salud de las intervenciones no sanitarias para incorporar la salud y las desigualdades sociales en salud en la agenda de las políticas sectoriales, tanto de ámbito local como autonómico. En 2006 se evaluó el Plan de Reforma Integral del barrio de Uretamendi-Betolaza-Circunvalación en Bilbao5, y actualmente se trabaja en la elaboración y validación de una herramienta de cribado de las actuaciones de la administración autonómica vasca, con el fin de identificar aquellas actuaciones que pudieran beneficiarse de una evaluación del impacto en la salud. En los próximos meses, además, se explorarán las oportunidades y barreras asociadas a la introducción de la estrategia «Salud en todas las políticas» en los sectores no sanitarios de la administración autonómica.
• Promoción de la equidad en la provisión de cuidados de salud, a partir de a) la introducción dentro del contrato-programa de atención primaria de apartados relativos al estudio de la desigualdades socioeconómicas en la atención sanitaria, y b) la introducción de la perspectiva de género en las guías de práctica clínica.
Queremos acabar felicitando a las autoras por este artículo que aborda un tema de vital importancia para las administraciones que se ocupan de la mejora de la salud de las poblaciones. Y es que, una vez conocida la realidad de las desigualdades sociales en salud, razones de equidad y de eficiencia exigen un compromiso para poner en marcha las actuaciones más adecuadas para disminuirlas.
Autor para correspondencia. sesnaola@ej-gv.es