Hemos considerado la carta al director «Necesidad de valorar el gasto farmacéutico y los resultados en salud obtenidos de manera conjunta»1 con referencia a los resultados del estudio Gasto farmacéutico de médicos de atención primaria del área de salud de Cuenca2 publicado en su revista, en el número 5 del año 2010. Queremos agradecer en primer lugar el interés que ha mostrado por el trabajo que hemos realizado, en el cual analizamos un aspecto muy importante, como es la revisión de los costes en el consumo farmacéutico utilizando una serie de variables sobre las características de los médicos de atención primaria, su ámbito de actuación y sus características personales.
En cualquier trabajo sobre evaluación económica, uno de los primeros elementos que deben analizarse es quién realiza el trabajo y el interés que le lleva a realizarlo. En este caso, el trabajo fue realizado por personal universitario y de la gerencia de atención primaria, y además está enmarcado dentro del proceso de desarrollo de una tesis doctoral. Estos hechos evidencian que su única pretensión sea avanzar en el conocimiento, sin que haya ningún otro interés.
Es cierto que el trabajo podría completarse analizando los resultados conseguidos en salud, algo que trataremos de hacer en futuros trabajos, y que sin duda completarán la investigación que ahora se ha presentado. Por tanto, unir costes con características sociosanitarias y resultados en salud está enmarcado dentro de los objetivos a corto plazo de nuestra línea de investigación. Ahora bien, hasta donde conocemos, la relación entre ellos no presenta resultados concluyentes. Así, encontramos estudios bastante recientes que analizan la relación entre gasto farmacéutico y utilización de otros servicios sanitarios con las variaciones en el estado de salud3, que concluyen que los incrementos en gastos médicos o farmacéuticos no se ven compensados con ahorros en otras áreas; es decir, la variabilidad en la utilización de servicios sanitarios no viene acompañada de similares variaciones en el estado de salud de sus poblaciones, inclusive presentando peores resultados en salud en aquellas áreas con mayor utilización de servicios3,4. En otro estudio5 se concluye que los nuevos medicamentos se asocian no tan sólo con mayores gastos en medicamentos, sino también con mayores gastos en otro tipo de utilizaciones sanitarias5.
Es por esto que son necesarios trabajos que obtengan conclusiones en una dirección o en otra, pero como siempre, serán resultados para una determinada muestra y para un determinado espacio y tiempo, que normalmente no permitirán realizar generalizaciones. Por tanto, los resultados obtenidos en nuestro trabajo, como es el que una de las variables que mejor explica el gasto en farmacia sea el porcentaje de medicamentos genéricos que se prescriben, teniendo en cuenta que se ajusta por variables tan importantes como el tamaño del cupo o el porcentaje de mayores que se incluyen en él, y que además hay factores como ejercer en municipios mayores de 10.000 habitantes, mayor derivación a especializada o tener formación vía MIR (Médico Interno Residente) que suponen un impacto negativo en la prescripción de genéricos, deben entenderse simplemente como una aportación más al conocimiento, y que sólo el seguimiento de estos trabajos en el tiempo y en situaciones diferentes podría llevar a generalizaciones más universales como las que se nos atribuyen.
Para concluir, agradecemos nuevamente las aportaciones de J. Soto Álvarez con su carta, que sin duda nos harán mejorar el trabajo en el futuro, y apoyamos la existencia del debate en temas que tanto nos preocupan a muchos.