Estudiar los determinantes de la opinión pública sobre algunos «criterios generales» de financiación, provisión y resultado del sistema sanitario en España. En primer lugar, se examina el grado de aceptación de la financiación pública del sistema sanitario, así como la aplicación de un criterio de equidad intergeneracional –basado en la edad del paciente– para guiar el establecimiento de prioridades en la asignación de recursos. En segundo lugar, y para la misma muestra, se analizan los determinantes de la satisfacción percibida de la población con el sistema, entendida como medida de resultado.
MétodoSe desarrolla un análisis cuantitativo de la encuesta Eurobarómetro 49.1 (1998) para una submuestra de España. El Eurobarómetro es una encuesta de opinión pública que se realiza de forma periódica y es representativa de los Estados de la Unión Europea. Dado que en todos los casos la variable explicativa presentaba una naturaleza categórica –la opinión pública y la satisfacción–, el modelo empírico utilizado para estimar el efecto de determinadas variables socioeconómicas y de inclinación política ha sido un modelo probit ordenado.
ResultadosLos resultados del estudio muestran que la hipótesis de que el sistema sanitario debe financiar los servicios más allá de lo que la población entiende por «servicios esenciales» sería aceptada por la población. Un 73,5% de la población rechazaría el criterio libertario de asignación de recursos que propugna que la provisión de servicios sanitarios «no esenciales» debe ser responsabilidad de los propios individuos. El perfil de individuo que expresa dicha actitud de rechazo sería el de un hombre cuyas tendencias políticas se situarían en la izquierda política y cuyo nivel educativo es superior a la media. La utilización de la edad como criterio de priorización en la provisión de servicios es rechazada por un 81,5% de la población. Dicha actitud de rechazo está positivamente asociada con la edad, así como a niveles de renta medios y altos. Finalmente, se observa que la población española presenta un nivel de satisfacción hacia el sistema sanitario superior a otros países del sur del Europa, tales como Italia y Grecia si bien aún esta lejos de los niveles de países escandinavos y del norte de la Unión Europea. El autoposicionamiento político, así como la edad y nivel educativo explican una mayor satisfacción por el sistema.
ConclusiónReformas sanitarias que redujeran sensiblemente la financiación colectiva de los servicios sanitarios serían mayoritariamente rechazadas por la población. La utilización de la edad como criterio general de asignación de recursos sería entendida como discriminatoria por la mayoria de la población, si bien el «propio interés» sería el criterio que parece explicar dicha actitud. Del análisis de la satisfacción con el sistema, cabe apuntar que España ocupa una posición intermedia, aunque pueden esperarse cambios significativos asociados a variaciones en la composición demográfica de la población así como mejoras del nivel educativo. Finalmente, cabe destacar las limitaciones de este estudio y en general de los estudios basados en la opinión pública, por lo que estos resultados deben interpretarse con precaución, así como complementarse con estudios que utilicen metodologías alternativas (métodos cualitativos y experimentales).
To examine the determinants of attitudes towards some «general criteria» guiding the financing, provision and satisfaction of the Spanish health system. First we examine the degree of acceptance of a publicly funded health system such as the use of an intergenerational equity criteria for health care rationing based on patient’s age. Second, employing the same sample we analyse the determinants of citizen’s satisfaction with the health system in order to identify the profile that defines attitudes of Spanish population to their health system.
MethodologyWe undertake a quantitative analysis of the public opinion survey Eurobarometer 49.1 (1998) for a subsample of the Spanish population. The Eurobarometer is a periodical public opinion survey representative of European Union (EU) citizens. Due to the categorical nature of individual responses to public opinion surveys, the model estimated is an ordered probit. The explanatory variables used refer to socioeconomic status and political attitudes.
ResultsThere appears to be a consensus on the criteria that public sector should go a way forward from what the public envisages as «essential health care». 73.5% of the populations rejects a libertarian criteria that sustains that individuals are self responsible for funding non-essential health care. This attitude is especially supported by male with leftists political tendencies and high education achievement. The use of age-related criteria to ration health care (fair innings) is rejected by a 81.5% of the population. However, we find that self interest is the main criteria guiding this attitude since elderly and middle and high income individuals tend reject the use of this criteria more than other groups. Satisfaction with the Spanish health system is higher than other southern EU countries, as Italy and Greece but still far from the levels achieved by Scandinavian and northern EU countries. Political attitudes, age and socio-economic status are positively associated with a higher satisfaction.
ConclusionsHealth systems reforms that significantly reduce the collective funding of health systems would not be accepted by the majority of the population. As it happens in other EU countries, attitudes on the financing and provision of health care are influenced by political attitudes. Health reforms reducing the extent of health care funding would be rejected by the population. The use of and age-related criteria for health care rationing would be envisaged as discriminatory against the elderly. Health system satisfaction is in an intermediate position and its sensitive to demographic and socio-economic composition of the Spanish population, still far from the levels achieved by Scandinavian and northern EU countries. This results show a particular general criteria when evaluating health systems key elements, and may be expected to vary when applied to the concrete decision making scenario. Finally, it should be noted that quantitative analysis of general surveys is subject to large limitations. Thus, caution should be posed when interpreting these results, always should be seen as complementary of other studies using alternative methodologies (those using qualitative and experimental methodologies).