La potabilidad del agua induce a descartar el posible origen hídrico de los brotes. El objetivo fue investigar un brote de gastroenteritis por agua potable de suministro público.
MétodosDespués de la notificación de un brote de gastroenteritis en el municipio de Baqueira (Valle de Arán) se diseñó un estudio epidemiológico de cohortes retrospectivo. Mediante un muestreo sistemático se eligió a 87 personas hospedadas en los hoteles y a 62 alojadas en diferentes apartamentos. Se recogió información sobre 4 factores (consumo de agua de la red, bocadillos, agua y alimentos en las pistas de esquí) y presencia de síntomas. Se determinó la existencia de cloro, se analizó el agua de la red y se realizó un coprocultivo a 4 enfermos. La implicación de cada factor se determinó con el riesgo relativo (RR) y su intervalo de confianza (IC) del 95%.
ResultadosLa incidencia de gastroenteritis fue del 51,0% (76/149). Los porcentajes de los síntomas fueron los siguientes: fiebre, 27,0%; diarrea, 87,5%; náuseas, 50,7%; vómitos, 30,3%, y dolor abdominal, 80,0%. El único factor que presentó un riesgo estadísticamente significativo fue el consumo de agua de la red (RR = 11,0; IC del 95%, 1,6-74,7). La calificación sanitaria del agua fue de potabilidad. Se observó un defecto de situación del clorador en el depósito, que fue corregido. Se recomendó incrementar aún más las concentraciones de cloro, lo cual se acompañó de una disminución de los casos. Los coprocultivos de los 4 enfermos fueron negativos para las enterobacterias investigadas.
ConclusionesEl estudio demuestra la posibilidad de presentación de brotes hídricos por agua cualificada como potable y sugiere la necesidad de mejorar la investigación microbiológica (determinación de protozoos y virus) en este tipo de brotes.
The chlorination of public water supplies has led researchers to largely discard drinking water as a potential source of gastroenteritis outbreaks. The aim of this study was to investigate an outbreak of waterborne disease associated with drinking water from public supplies.
MethodsA historical cohort study was carried out following notification of a gastroenteritis outbreak in Baqueira (Valle de Arán, Spain). We used systematic sampling to select 87 individuals staying at hotels and 67 staying in apartments in the target area.
Information was gathered on four factors (consumption of water from the public water supply, sandwiches, water and food in the ski resorts) as well as on symptoms. We assessed residual chlorine in drinking water, analyzed samples of drinking water, and studied stool cultures from 4 patients. The risk associated with each water source and food type was assessed by means of relative risk (RR) and 95% confidence intervals (CI).
ResultsThe overall attack rate was 51.0% (76/149). The main symptoms were diarrhea 87.5%, abdominal pain 80.0%, nausea 50.7%, vomiting 30.3%, and fever 27.0%. The only factor associated with a statistically significant risk of disease was consumption of drinking water (RR = 11.0; 95% CI, 1.6-74.7). No residual chlorine was detected in the drinking water, which was judged acceptable. A problem associated with the location of the chlorinator was observed and corrected. We also recommended an increase in chlorine levels, which was followed by a reduction in the number of cases. The results of stool cultures of the four patients were negative for enterobacteria.
ConclusionsThis study highlights the potential importance of waterborne outbreaks of gastroenteritis transmitted through drinking water considered acceptable and suggests the need to improve microbiological research into these outbreaks (viruses and protozoa detection).