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Sexismo y violencia de pareja en adolescentes
Sexism and intimate partner violence in adolescents
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Raquel Madrona-Bonastrea, Belén Sanz-Barberob,c, Vanesa Pérez-Martíneza, Daniel G. Abiétard,e, Francesca Sánchez-Martínezd,e,f, Lluís Forcadell-Díezd,e, Glòria Pérezb,d,e,f, Carmen Vives-Casesa,b,
Corresponding author
carmen.vives@ua.es

Autora para correspondencia.
a Departamento de Enfermería Comunitaria, Medicina Preventiva y Salud Pública e Historia de la Ciencia, Universidad de Alicante, Alicante, España
b CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), España
c Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III, Madrid, España
d Agència de Salut Pública de Barcelona, Barcelona, España
e Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, España
f Institut d’Investigació Biomèdica Sant Pau (IIB Sant Pau), Barcelona, España
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Tabla 1. Descripción del conjunto de la muestra (total) y estratificada por sexo
Tabla 2. Análisis bivariado del sexismo y las variables sociodemográficas, estratificado por sexo
Tabla 3. Variables asociadas al sexismo ambivalente, hostil y benevolente, modelo de regresión lineal multivariante estratificado por sexo
Tabla 4. Análisis bivariado de la conducta violenta en el contexto de la pareja, estratificado por sexo
Tabla 5. Variables asociadas a la conducta violenta en el contexto de la pareja, modelo de regresión logística multivariante estratificado por sexo
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Resumen
Objetivo

A pesar de los esfuerzos para reducir la desigualdad de género, el sexismo persiste. Todavía son escasos los estudios sobre este fenómeno que contemplen variables como el deseo sexual o los antecedentes migratorios. El objetivo del estudio es analizar las circunstancias sociales (individuales y del contexto inmediato) asociadas al sexismo y su relación con la conducta violenta en la pareja en población adolescente.

Método

Estudio transversal con 1421 estudiantes de 13 a 17 años de Alicante y Terrassa (2019-2020). El sexismo se midió mediante el Ambivalent Sexism Inventory, que valora el sexismo ambivalente, hostil y benevolente. Se utilizaron modelos lineales generalizados estratificados por sexo para identificar variables asociadas al sexismo, y regresión logística para analizar la asociación del sexismo con la conducta violenta en la pareja.

Resultados

La probabilidad de puntuar alto en sexismo ambivalente fue mayor en migrantes (chicas y chicos: p <0,01) e hijos/as de migrantes (chicas: p <0,01; chicos: p <0,05). El deseo no heterosexual se asoció negativamente con el sexismo en chicas (benevolente: p <0,01) y en chicos (ambivalente y hostil: p <0,01; benevolente: p <0,05). El sexismo hostil mostró asociación con cometer violencia de pareja, independientemente del resto de las variables, tanto en chicas (odds ratio [OR]: 1,07; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,00-1,14) como en chicos (OR: 1,11; IC95%: 1,03-1,20).

Conclusiones

El sexismo está presente entre adolescentes y se confirma su relación con la conducta violenta en la pareja. El deseo sexual y los antecedentes migratorios son variables a tener en cuenta en su prevención.

Palabras clave:
Sexismo
Adolescente
Violencia de género
Conducta sexual
Determinantes sociales de la salud
Equidad de género
Abstract
Objective

Despite the efforts to reduce gender inequality, sexism persists. There are still few studies on this matter that consider variables such as sexual desire or migration background. The aim of this study is to analyse the social circumstances (individual and from the immediate context) associated with sexism as well as its relationship with intimate partner violence perpetration amongst adolescents.

Method

Cross-sectional study with 1421 students aged 13–17 from Alicante and Terrassa (2019–2021). Sexism was measured with the Ambivalent Sexism Inventory, which assesses ambivalent, hostile and benevolent sexism. Generalized linear models were carried out and stratified by sex to identify variables associated with sexism. A logistic regression model was used to assess the association between sexism and intimate partner violence.

Results

The likelihood of a high score in ambivalent sexism was higher in migrants (girls and boys: p<0.01) and adolescents with migrant parents (girls: p<0.01; boys: p<0.05). Non-heterosexual desire was negatively associated with sexism in girls (benevolent: p<0.01) and boys (ambivalent and hostile: p<0.01; benevolent: p<0.05). Hostile sexism showed association with intimate partner violence perpetration, independently of the rest of the adjustment variables included in the model, for both girls (odds ratio [OR]: 1.07; 95% confidence interval [95% CI]: 1.00–1.14) and boys (OR: 1.11; 95% CI: 1.03–1.20).

Conclusions

Sexism is present amongst teenagers and its relationship with intimate partner violence is confirmed. Sexual desire and migration background should be taken into account for intimate partner violence prevention.

Keywords:
Sexism
Adolescent
Gender-based violence
Sexual behaviour
Social determinants of health
Gender equity
Full Text
Introducción

El patriarcado es la organización social, económica, política y religiosa basada en la autoridad del hombre y en la dominación masculina sobre la mujer. Rige todas las esferas de nuestra sociedad y establece desigualdades de género estructurales, que conllevan consecuencias para la salud y generan desigualdades en esta1. El sexismo, presente en las sociedades patriarcales, es una forma de discriminación y prejuicio hacia las personas por su género. Se fundamenta en constructos sociales y en la creencia de que existen diferencias biológicas entre sexos que sitúan al hombre como superior a la mujer.

En 1996, Glick y Fiske2 acuñaron el término «sexismo ambivalente» (SA) para explicar la coexistencia de sentimientos antagónicos en la ideología sexista: el sexismo hostil (SH) y el sexismo benevolente (SB). El SH integra formas más explícitas de sexismo e incluye actitudes abiertamente negativas hacia las mujeres. El SB ofrece una visión limitada y estereotipada de las mujeres, expresada como un prejuicio más sutil y con cierto tono emocional positivo2.

El SA respalda la masculinidad y la feminidad hegemónicas tradicionales, la heteronormatividad y el binarismo de género, estableciendo la superioridad del hombre masculino y reforzando los roles de género. Por consiguiente, el sexismo no solo es la discriminación sistemática de las mujeres, sino de cualquier persona que no responda a la construcción social del género3. Aunque se ha avanzado hacia la equidad de género en los últimos 50 años, el sexismo sigue siendo prevalente entre adolescentes de varios países y culturas, incluyendo España4–9. Además, se ha evidenciado su relación con el riesgo de violencia de pareja (VP) y su aceptación individual5,8,9.

La Organización Mundial de la Salud estima que cerca de una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en su vida, la mayoría en el ámbito de la pareja10. Las prevalencias de VP reportadas en adolescentes son bastante dispares tanto en perpetración (entre el 31% y el 50%) como en victimización (entre el 3% y el 70%)8. En la VP, el género es un eje de desigualdad que interacciona con la clase social, la edad y el estado migratorio, entre otros1. Sin embargo, en la literatura sobre sexismo en adolescentes todavía son escasos los estudios que contemplen estos ejes de poder9,11, que podrían influir en la efectividad de los programas de intervención12. Durante la última década, la evidencia sobre programas de prevención de la VP en adolescentes se está expandiendo de forma modesta. La literatura reporta programas con efectos preventivos significativos, aunque los mecanismos de efectividad son aún poco conocidos12. A pesar de ello, la literatura subraya la importancia de utilizar una aproximación de género transformadora12,13.

El presente estudio está enmarcado en el proyecto «Promoción de activos protectores de la violencia de género en la adolescencia y preadolescencia» (2019-2021) (PI18/00590 y PI18/00544), financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias como continuidad del proyecto europeo «Lights, Camera and Action against Dating Violence» (2017-2019)14. El objetivo del proyecto europeo fue evaluar la efectividad de una intervención educativa de promoción de activos protectores frente a la VP, que incorporaba el abordaje del sexismo en su programa.

En este estudio se plantean dos objetivos. El primero es identificar variables (individuales y del contexto inmediato) asociadas al sexismo en población adolescente. De acuerdo con la evidencia existente, nuestra primera hipótesis es que tener buenas relaciones con el entorno próximo (familia, compañeros/as, profesorado e instituto) y madres con alto nivel educativo se asocia a menor sexismo15. En cambio, haber tenido relaciones de pareja o sexuales se asocia a mayor sexismo5,9. El segundo objetivo es analizar su relación con la conducta violenta en el contexto de la pareja (VP). Nuestra hipótesis es que el sexismo se asocia con mayor probabilidad de conducta violenta (VP)5,8.

MétodoDiseño

Estudio transversal que analiza datos del proyecto «Promoción de activos protectores de la violencia de género en la adolescencia y preadolescencia» (2019-2021).

Muestra

No probabilística intencional, conformada con el alumnado de segundo y tercero de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de ocho centros educativos (cuatro de Alicante y cuatro de Terrassa); de ellos, seis públicos y dos concertados. Participaron 35 clases de segundo de la ESO y 34 de tercero. Se invitó a 1561 estudiantes, con una tasa de participación del 98,5% (n=1538). La tasa de validez de las respuestas fue del 91,0% (n=1421). Los análisis sobre VP se hicieron con una submuestra formada por participantes que afirmaron tener o haber tenido una relación de pareja (n=640), obteniendo una tasa de validez de las respuestas del 99,4% (n=636).

Consideraciones éticas

Se obtuvieron los consentimientos requeridos por las instituciones territoriales: Consejería de Educación (Generalitat Valenciana) y Ayuntamiento de Terrassa; y de los comités de ética del CEIm-Parc de Salut Mar (2019-8914-I) y la Universidad de Alicante (UA-2018-02-28). La participación fue voluntaria. Se proporcionó un documento de consentimiento informado, firmado por la dirección del centro, los/las tutores/as legales y los/las participantes.

Recogida de datos

Entre octubre de 2019 y febrero de 2020, los/las participantes autocumplimentaron una encuesta on-line con las personas entrevistadoras presentes en el aula para resolver dudas respecto al contenido.

Variables

  • Sexismo: se midió con la versión validada en lengua española del cuestionario Ambivalent Sexism Inventory (ASI)16, que valora el SA, el SH y el SB en sus dos subescalas. El ASI consta de 22 ítems, 11 en cada subescala. Cada ítem se valora por medio de una escala Likert entre 0 y 5, de manera que el SH y el SB puntúan entre 0 y 55, mientras que la puntuación del SA se obtiene con la suma de ambas subescalas. Las puntuaciones elevadas indican mayor sexismo. En estudios previos, la escala mostró buena consistencia interna (alfa de Cronbach para SH: 0,86-0,90; y para SB: 0,82-0,8317,18.

  • Conducta violenta en el contexto de la pareja (VP)19: se preguntó a través de tres ítems con la estructura «¿Alguna vez trataste de controlar las actividades diarias […]/ hiciste daño físicamente [...]/ has impuesto o tratado de imponer conductas de tipo sexual [...] a la persona con la que estás o estabas saliendo?». Posteriormente, se definió la variable dicotómica «conducta violenta (VP)» como «sí» (si respondían «a veces/muchas veces» en cualquiera de los ítems) o «no» (nunca).

Covariables

  • Sociodemográficas: sexo (hombre, mujer); edad (13, 14, 15-17 años); ciudad (Alicante, Terrassa); nivel de estudios de ambos progenitores o tutores/as legales (sin estudios o con estudios primarios/estudios secundarios o superiores) y su situación laboral, recogida con varios ítems dicotomizados en «con trabajo remunerado» (trabaja/trabaja por cuenta propia) y «sin trabajo remunerado» (trabajo reproductivo/en paro/pensionista o jubilado/estudiante); y antecedentes migratorios: «primera generación» (alumnado migrado), «segunda generación» (alumnado nacido en España con al menos un progenitor migrado) y «alumnado sin antecedentes migratorios». El deseo sexual se preguntó adaptando la escala Kinsey20: «deseo heterosexual» (quienes respondieron «solo me atraen las personas de otro sexo»), «no lo tengo claro» y «deseo no heterosexual» (para cualquier otra respuesta).

  • Valoración de las relaciones con el entorno21: tres preguntas sobre las relaciones con la familia, los/las compañeros/as y el profesorado con cinco ítems de respuesta, posteriormente dicotomizados en «buena relación» (muy buenas/bastante buenas) y «mala relación» (regulares/bastante malas/muy malas). Satisfacción con el instituto: se valoró con cuatro ítems agrupados en «me gusta» (me gusta mucho/me gusta poco) y «no me gusta» (no me gusta demasiado/no me gusta nada).

  • Relacionales: adaptadas del cuestionario SIVFRENT-J19. Experiencia de relación de pareja, definida como «una relación sexoafectiva (puede ser personal, pero también a distancia, por carta o a través de internet)», y experiencia de relaciones sexuales, definida como «cualquier práctica que tu consideres sexual, tanto si ha habido penetración como si no». Ambas variables eran dicotómicas (sí/no).

  • Experiencias de violencia: victimización por acoso escolar o ciberacoso durante los 3 meses previos mediante adaptación de la escala Lodz Electronic Aggression Questionnaire (LEAQ)5. Se preguntó por separado y se categorizó en «no» si respondían «nunca» en ambas preguntas y «sí» si respondían «una vez/dos veces/tres veces o más» en una o ambas preguntas. Variables obtenidas de la Macroencuesta de violencia contra la mujer de 201922: haber presenciado violencia contra la madre antes de los 15 años (sí/no). Abuso sexual o físico por parte de un adulto antes de los 15 años: «sí» si referían haber sufrido abuso físico, sexual o ambos, y «no» si respondían no haber sufrido ningún tipo de abuso.

Análisis

Se realizó un análisis descriptivo basado en frecuencias absolutas y relativas de las variables explicativas, así como los valores medios y la desviación estándar (DE) del sexismo. También un análisis bivariado para describir la distribución del SA, el SH y el SB en las variables explicativas de la muestra. Se utilizaron pruebas paramétricas (ANOVA y t de Student para las dicotómicas) y no paramétricas (U de Mann-Whitney y Kruskal-Wallis, respectivamente). Para la conducta violenta (VP) se utilizaron las pruebas de ji al cuadrado y exacta de Fisher en las variables dicotómicas. Entre el sexismo y la conducta violenta (VP) se realizó la prueba t de Student. Todos los análisis se estratificaron por sexo.

La asociación entre las covariables y el sexismo se analizó mediante un modelo de regresión lineal generalizado múltiple con el SA como variable respuesta. Se construyó con metodología stepwise forward añadiendo una variable a cada paso y valorando la mejora de ajuste (test de Wald). Se exploraron las interacciones de las covariables estratificando por sexo y la ausencia de colinealidad. Se utilizó el modelo resultante para ambas subescalas (SH y SB). Se calcularon los coeficientes y los valores de p.

Para analizar la asociación entre sexismo y conducta violenta (VP) se realizó un modelo de regresión logística por pasos. Se calcularon las odds ratios (OR) y sus intervalos de confianza del 95% (IC95%). En este caso, la conducta violenta (VP) fue la variable respuesta, y el SH y el SB las explicativas. Los modelos se ajustaron por ciudad y por las covariables incluidas (sociodemográficas, relaciones con el entorno, relacionales y experiencias de violencia). Los análisis se realizaron con STATA 14 y 16 con números de licencia 301406200549 y 501609354402, respectivamente. Se consideró un nivel de significación de 0,05.

ResultadosSexismo y variables asociadas

El 48,4% del alumnado fueron chicas y la media de edad fue de 13,7 años (DE: 0,7). Las puntuaciones de SA, SH y SB no presentaron diferencias significativas por sexo. Respecto a las experiencias de violencia, un 20,1% de las chicas y un 20,6% de los chicos declararon haber sufrido acoso escolar o ciberacoso durante los 3 meses previos. Refirieron haber sido víctimas de abusos físicos o sexuales un 22,3% de las chicas y un 18,7% de los chicos. Un 5,7% de las chicas y un 7,1% de los chicos afirmaron haber sido testigos de violencia contra la madre. El 47,7% de las adolescentes respondió que tenían o habían tenido pareja, y el 15,4% que habían mantenido relaciones sexuales, mientras que en los chicos fueron el 42,5% y el 15,5%, respectivamente (tabla 1).

Tabla 1.

Descripción del conjunto de la muestra (total) y estratificada por sexo

    Frecuencias (%)
    TotalChicasChicos
    n = 1421n = 687 (48,4)n = 734 (51,7)
CiudadAlicante  764  (53,8)  386  (56,2)  378  (51,5) 
Terrassa  657  (46,2)  301  (43,8)  356  (48,5) 
Antecedentes migratoriosPrimera generación  143  (10,1)  61  (8,9)  82  (11,2) 
Sin antecedentes migratorios  983  (69,2)  473  (68,9)  510  (69,5) 
Segunda generación  295  (20,8)  153  (22,3)  142  (19,4) 
Edad13 años  592  (41,7)  294  (42,8)  298  (40,6) 
14 años  650  (45,7)  308  (44,8)  342  (46,6) 
15-17 años  179  (12,6)  85  (12,4)  94  (12,8) 
Deseo sexualNo heterosexual  263  (18,5)  122  (17,8)  141  (19,2) 
Heterosexual  1077  (75,8)  526  (76,6)  551  (75,1) 
No lo tengo claro  81  (5,7)  39  (5,7)  42  (5,7) 
Situación laboral de la madre/tutora 1Sin trabajo remunerado  320  (22,5)  158  (23,0)  162  (22,1) 
Con trabajo remunerado  1101  (77,5)  529  (77,0)  572  (77,9) 
Situación laboral del padre/tutor 2Sin trabajo remunerado  145  (10,2)  60  (8,7)  85  (11,6) 
Con trabajo remunerado  1276  (89,8)  627  (91,3)  649  (88,4) 
Nivel de estudios de la madre/tutora 1Sin estudios o primarios  373  (26,3)  184  (26,8)  189  (25,8) 
Secundarios o superiores  1048  (73,8)  503  (73,2)  545  (74,3) 
Nivel de estudios del padre/tutor 2Sin estudios o primarios  423  (29,8)  207  (30,1)  216  (29,4) 
Secundarios o superiores  998  (70,2)  480  (69,9)  518  (70,6) 
Relación familiarMala relación  187  (13,2)  95  (13,8)  92  (12,5) 
Buena relación  1234  (86,8)  592  (86,2)  642  (87,5) 
Satisfacción con el institutoNo me gusta  237  (16,7)  102  (14,9)  135  (18,4) 
Me gusta  1184  (83,3)  585  (85,2)  599  (81,6) 
Relación con el profesoradoMala relación  398  (28,0)  181  (26,4)  217  (29,6) 
Buena relación  1023  (72,0)  506  (73,7)  517  (70,4) 
Relación con los/las compañeros/asMala relación  177  (12,5)  87  (12,7)  90  (12,3) 
Buena relación  1244  (87,5)  600  (87,3)  644  (87,7) 
Ha tenido relación de parejaSí  640  (45,0)  328  (47,7)  312  (42,5) 
No  781  (55,0)  359  (52,3)  422  (57,5) 
Ha mantenido relaciones sexualesSí  220  (15,5)  106  (15,4)  114  (15,5) 
No  1201  (84,5)  581  (84,6)  620  (84,5) 
Víctima de acoso escolar o ciberacosoSí  289  (20,3)  138  (20,1)  151  (20,6) 
No  1132  (79,7)  549  (79,9)  583  (79,4) 
Víctima de abusos físicos o sexuales en la infanciaSí  290  (20,4)  153  (22,3)  137  (18,7) 
No  1131  (79,6)  534  (77,7)  597  (81,3) 
Testigo de violencia contra la madreSí  91  (6,4)  39  (5,7)  52  (7,1) 
No  1330  (93,6)  648  (94,3)  682  (92,9) 
        Media (DE)       
  Ambivalente  47,0  (11,3)  46,8  (11,1)  47,2  (11,5) 
SexismoHostil  22,5  (6,3)  22,3  (6,3)  22,7  (6,2) 
Benevolente  24,5  (6,9)  24,4  (6,7)  24,5  (7,0) 

DE: desviación estándar.

En el análisis bivariado se observaron, en ambos sexos, medias de SA más bajas entre el alumnado sin antecedentes migratorios (p <0,01), cuyas madres tenían trabajo remunerado (p <0,05) y sin experiencia de relaciones de pareja (p <0,05) (tabla 2).

Tabla 2.

Análisis bivariado del sexismo y las variables sociodemográficas, estratificado por sexo

Chicas (n = 687)  Sexismo ambivalenteSexismo hostilSexismo benevolente
Chicos (n = 734)  ChicasChicosChicasChicosChicasChicos
  DE  DE  DE  DE  DE  DE 
Antecedentes migratorios    0,002      <0,001      0,037      0,001      <0,001      <0,001 
Primera generación  50,5  12,4    51,2  10,8    23,6  7,1    24,01  6,54    27,0  7,5    27,2  6,6   
Sin antecedentes migratorios  45,7  10,4    45,8  11,2    21,9  6,0    22,19  6,05    23,8  6,4    23,6  6,8   
Segunda generación  48,4  11,8    50,0  11,7    23,1  6,8    23,99  6,39    25,3  7,0    26,0  7,1   
Edad      0,425      <0,001      0,429      <0,001      0,600      0,017 
13 años  47,0  10,7    46,4  11,6    22,6  6,0    22,14  6,21    24,5  6,6    24,3  7,1   
14 años  46,2  11,1    46,7  11,2    22,0  6,5    22,56  6,03    24,2  6,5    24,2  6,8   
15-17 años  47,8  12,0    51,7  11,3    22,8  6,9    25,30  6,39    25,0  7,5    26,4  7,0   
Deseo sexual      0,380    <0,001      0,512      0,002      0,049      0,001 
No heterosexual  45,7  10,1    44,0  10,2    22,6  6,0    21,17  5,69    23,1  6,3    22,8  6,5   
Heterosexual  46,9  11,1    48,2  11,5    22,2  6,3    23,19  6,28    24,7  6,7    25,0  7,0   
No lo tengo claro  48,4  13,2    45,2  12,8    23,2  7,3    22,10  6,31    25,1  7,2    23,1  7,6   
Situación laboral de la madre      0,011      0,005      0,277      0,027      0,001      0,007 
Sin trabajo remunerado  48,7  12,0    49,5  11,8    22,8  6,7    23,70  6,13    25,9  7,2    25,8  7,3   
Con trabajo remunerado  46,2  10,7    46,6  11,3    22,2  6,2    22,47  6,22    24,0  6,5    24,1  6,9   
Nivel de estudios de la madre/tutora 1    0,539      0,014      0,698      0,029      0,181      0,037 
Sin estudios o primarios  47,5  12,2    49,0  11,7    22,5  6,9    23,59  6,26    25,0  7,2    25,4  7,2   
Secundarios o superiores  46,5  10,6    46,6  11,4    22,3  6,1    22,45  6,18    24,2  6,5    24,2  6,9   
Nivel de estudios del padre/tutor 2      0,618      0,007      0,814      0,001      0,297      0,113 
Sin estudios o primarios  47,1  11,4    49,0  11,7    22,2  6,5    23,89  6,39    24,8  7,0    25,1  7,1   
Secundarios o superiores  46,6  10,9    46,5  11,3    22,4  6,3    22,26  6,09    24,3  6,6    24,2  6,9   
Relación con el profesorado      0,393      0,608      0,023      0,119      0,458    0,787 
Mala relación  47,4  11,1    47,6  10,9    23,2  6,5    23,3  6,1    24,1  6,6    24,3  6,4   
Buena relación  46,5  11,0    47,1  11,7    22,0  6,2    22,5  6,3    24,5  6,7    24,6  7,2   
Relación con los/las compañeros/as      0,514      0,010      0,926      0,035      0,324      0,019 
Mala relación  46,0  11,1    50,1  11,9    22,3  6,5    24,0  6,6    23,8  6,6    26,1  7,6   
Buena relación  46,9  11,0    46,8  11,4    22,3  6,3    22,6  6,1    24,5  6,7    24,3  6,9   
Víctima de abusos físicos o sexuales en la infancia      0,047      0,747      0,103    0,803    0,185      0,977 
Sí  48,3  12,0    47,5  12,2    23,1  6,4    23,0  6,9    25,3  7,5    24,5  6,5   
No  46,3  10,7    47,2  11,3    22,1  6,3    22,7  6,0    24,2  6,5    24,5  7,1   
Ha tenido relación de pareja      0,013      0,010      0,019      0,029      0,062    0,040 
Sí  47,9  10,8    48,5  11,9    22,9  6,4    23,4  6,6    24,9  6,6    25,1  7,0   
No  45,8  11,2    46,3  11,1    21,8  6,2    22,3  5,8    24,0  6,7    24,0  6,9   
Ha mantenido relaciones sexuales      0,802      0,013      0,705      0,005      0,441      0,114 
Sí  46,5  11,2    49,7  12,4    22,5  6,3    24,2  6,8    24,0  6,9    25,4  7,6   
No  46,8  11,0    46,8  11,3    22,3  6,3    22,5  6,1    24,5  6,7    24,3  6,8   

M: media; DE: desviación estándar.

Valores de p obtenidos con test ANOVA para variables de más de dos categorías y t de Student para las dicotómicas, exceptuando las señaladas: (a) U de Mann-Whitney y (b) Kruskal-Wallis.

En las chicas, la probabilidad de puntuar alto en sexismo aumentó en las migrantes de primera y segunda generación, especialmente en SB (SA y SB: p <0,01; SH: p <0,05). El SB se asoció negativamente con tener deseo sexual no heterosexual (p <0,01) y con que la madre tuviese trabajo remunerado (p <0,05) (tabla 3).

Tabla 3.

Variables asociadas al sexismo ambivalente, hostil y benevolente, modelo de regresión lineal multivariante estratificado por sexo

Chicas (n = 687)  Sexismo ambivalenteSexismo hostilSexismo benevolente
Chicos (n =734)  ChicasChicosChicasChicosChicasChicos
  Coef.a  Coef.a  Coef.a  Coef.a  Coef.a  Coef.a 
Edad (Ref: 14 años)
13 años  0,005  0,789  0,008  0,674  0,016  0,495  −0,003  0,904  −0,005  0,831  0,017  0,444 
15-17 años  0,024  0,418  0,018  0,493  0,037  0,301  0,039  0,191  0,013  0,713  −0,002  0,954 
Deseo sexual (Ref: Heterosexual)
No heterosexual  −0,048  0,050  −0,071  0,002  −0,003  0,912  −0,071  0,008  −0,090  0,002  −0,072  0,01 
No lo tengo claro  0,016  0,663  −0,033  0,380  0,035  0,434  −0,014  0,749  0,000  0,992  −0,051  0,267 
Antecedentes migratorios (Ref: Sin antecedentes migratorios)
Migrantes de primera generación  0,097  0,002  0,082  0,002  0,077  0,039  0,047  0,129  0,114  0,001  0,115  <0,001 
Migrantes de segunda generación  0,071  0,001  0,053  0,014  0,064  0,015  0,042  0,094  0,076  0,003  0,064  0,014 
Situación laboral de la madre (Ref: Sin trabajo remunerado)
Con trabajo remunerado  −0,041  0,057  −0,027  0,193  −0,024  0,364  −0,026  0,265  −0,057  0,023  −0,026  0,287 
Situación laboral del padre (Ref: Sin trabajo remunerado)
Con trabajo remunerado  −0,021  0,492  0,038  0,155  −0,043  0,246  0,056  0,074  −0,001  0,98  0,023  0,480 
Nivel de estudios de la madre/ tutora 1 (Ref: Sin estudios o primarios)
Estudios secundarios o superiores  −0,007  0,784  −0,005  0,826  −0,008  0,787  0,010  0,710  −0,005  0,85  −0,020  0,473 
Nivel de estudios del padre/tutor 2 (Ref: Sin estudios o primarios)
Estudios secundarios o superiores  0,000  0,997  −0,034  0,122  0,011  0,701  −0,058  0,022  −0,011  0,697  −0,012  0,644 
Víctima de acoso escolar o ciberacoso (Ref: No)  0,014  0,543  0,047  0,029  −0,023  0,401  0,049  0,044  0,048  0,069  0,045  0,084 
Víctima de abusos físicos o sexuales en la infancia (Ref: No)  0,011  0,628  0,008  0,725  −0,003  0,912  0,018  0,482  0,021  0,422  −0,002  0,942 
Testigo de violencia contra la madre (Ref: No)  0,017  0,668  0,013  0,691  0,033  0,477  0,025  0,499  0,002  0,969  0,002  0,952 
Relación con la familia (Ref: Mala)
Buena  −0,040  0,144  −0,034  0,189  −0,058  0,078  −0,027  0,367  −0,023  0,469  −0,040  0,19 
Relación con los/las compañeros/as (Ref: Mala)
Buena  0,023  0,414  −0,056  0,026  0,016  0,626  −0,048  0,096  0,029  0,394  −0,063  0,038 
Relación con el profesorado (Ref: Mala)
Buena  −0,014  0,499  0,018  0,373  −0,041  0,098  −0,005  0,816  0,010  0,694  0,039  0,102 
Satisfacción con el instituto (Ref: No me gusta)
Me gusta  0,017  0,526  0,023  0,328  −0,016  0,591  0,023  0,402  0,046  0,14  0,024  0,407 
Ha tenido relación de pareja (Ref: No)  0,030  0,107  0,023  0,188  0,032  0,155  0,020  0,333  0,030  0,179  0,027  0,21 
Ha mantenido relaciones sexuales (Ref: No)  −0,008  0,781  0,019  0,417  −0,002  0,944  0,028  0,308  −0,013  0,697  0,011  0,693 
a

Coeficiente ajustado por ciudad y todas las variables mostradas en el modelo.

En los chicos, el deseo heterosexual se asoció con mayor sexismo (SA y SH: p <0,01; SB: p <0,05). Los chicos con antecedentes migratorios tuvieron mayor probabilidad de puntuar alto en sexismo que aquellos sin antecedentes migratorios, con mayores diferencias en la primera generación (SA: p <0,01; SB: p <0,001) que en la segunda (SA y SB: p <0,05). El sexismo se asoció positivamente con haber sido víctima de acoso escolar o ciberacoso en los 3 meses previos (SA y SH: p <0,05). La probabilidad de puntuar alto en sexismo fue menor en aquellos cuyos padres tenían estudios superiores (SH: p <0,05) y en los que declararon tener buena relación con los/las compañeros/as (SA y SB: p <0,05) (tabla 3).

Sexismo y conducta violenta en el contexto de la pareja

Entre los/las 636 adolescentes con experiencia de relación de pareja, 74 (11,6%) respondieron haber ejercido VP. De estos 74 casos, 35 (47,3%) fueron chicas y 39 (52,7%) chicos. Hubo 5 chicas (1,5%) y 14 chicos (4,5%) que indicaron haber ejercido VP física o sexual, con diferencias entre sexos (p <0,05). Reportaron VP a través del control 34 chicas (10,4%) y 30 chicos (9,7%), sin diferencias significativas por sexo (tabla 4).

Tabla 4.

Análisis bivariado de la conducta violenta en el contexto de la pareja, estratificado por sexo

Tipo de conducta violenta (VP)      Frecuencias (%)
      Chicas (n = 326)  Chicos (n = 310)   
  No291 (89,3)  271 (87,4)    0,537 
VP física o sexual  35 (10,7)  39 (12,6)     
  No292 (89,6)  280 (90,3)    0,793 
  34 (10,4)  30 (9,7)     
VP física o sexual  No321 (98,5)  296 (95,5)    0,035 
  5 (1,5)  14 (4,5)     
Conducta violenta (VP)  Sí (n = 35)No (n = 291)Sí (n =39)No (n = 271)
Ciudad                     
Alicante  22  (62,9)  158  (54,3)  0,372  13  (33,3)  162  (59,8)  0,003 
Terrassa  13  (37,1)  133  (45,7)    26  (66,7)  109  (40,2)   
Edad                     
13 años  12  (34,3)  102  (35,1)  0,018  11  (28,2)  102  (37,6)  0,437 
14 años  11  (31,4)  143  (49,1)    20  (51,3)  129  (47,6)   
15-17 años  12  (34,3)  46  (15,8)    (20,5)  40  (14,8)   
Deseo sexual                     
No heterosexual  10  (28,6)  59  (20,3)  0,331  (23,1)  43  (15,9)  0,481 
Heterosexual  25  (71,4)  223  (76,6)    29  (74,4)  216  (79,7)   
No lo tengo claro  (0)  (3,1)    (2,6)  12  (4,4)   
Antecedentes migratorios                     
Primera generación  (20)  24  (8,3)  0,066  (18)  25  (9,2)  0,066 
Sin antecedentes migratorios  19  (54,3)  197  (67,7)    21  (53,9)  194  (71,6)   
Segunda generación  (25,7)  70  (24,1)    11  (28,2)  52  (19,2)   
Situación laboral de la madre                     
Sin trabajo remunerado  12  (34,3)  70  (24,1)  0,216  12  (30,8)  52  (19,2)  0,136 
Con trabajo remunerado  23  (65,7)  221  (76)    27  (69,2)  219  (80,8)   
Situación laboral del padre                     
Sin trabajo remunerado  (11,4)  29  (10)  0,767  (5,1)  36  (13,3)  0,194 
Con trabajo remunerado  31  (88,6)  262  (90)    37  (94,9)  235  (86,7)   
Nivel de estudios de la madre                     
Sin estudios o primarios  14  (40)  84  (28,9)  0,178  18  (46,2)  65  (24)  0,006 
Secundarios o superiores  21  (60)  207  (71,1)    21  (53,9)  206  (76)   
Nivel de estudios del padre                     
Sin estudios o primarios  13  (37,1)  94  (32,3)  0,572  22  (56,4)  79  (29,2)  0,002 
Secundarios o superiores  22  (62,9)  197  (67,7)    17  (43,6)  192  (70,9)   
Relación familiar                     
Mala relación  12  (34,3)  51  (17,5)  0,024  (15,4)  37  (13,7)  0,804 
Buena relación  23  (65,7)  240  (82,5)    33  (84,6)  234  (86,4)   
Satisfacción con el instituto                     
No me gusta  10  (28,6)  43  (14,8)  0,050  (20,5)  54  (19,9)  1,000 
Me gusta  25  (71,4)  248  (85,2)    31  (79,5)  217  (80,1)   
Relación con el profesorado                     
Mala relación  14  (40)  82  (28,2)  0,170  14  (35,9)  90  (33,2)  0,721 
Buena relación  21  (60)  209  (71,8)    25  (64,1)  181  (66,8)   
Satisfacción con los/las compañeros/as                     
Mala relación  (17,1)  24  (8,3)  0,114  10  (25,6)  24  (8,9)  0,004 
Buena relación  29  (82,9)  267  (91,8)    29  (74,4)  247  (91,1)   
Víctima de acoso escolar y/o ciberacoso                     
No  21  (60)  235  (80,8)  0,008  22  (56,4)  210  (77,5)  0,01 
Sí  14  (40)  56  (19,2)    17  (43,6)  61  (22,5)   
Víctima de abusos físicos o sexuales en la infancia                     
No  18  (51,4)  217  (74,6)  0,008  24  (61,5)  206  (76)  0,076 
Sí  17  (48,6)  74  (25,4)    15  (38,5)  65  (24)   
Testigo de violencia contra la madre                     
No  30  (85,7)  271  (93,1)  0,167  30  (76,9)  249  (91,9)  0,008 
Sí  (14,3)  20  (6,9)    (23,1)  22  (8,1)   
Ha mantenido relaciones sexuales                     
No  20  (57,1)  221  (76)  0,024  23  (59)  205  (75,7)  0,033 
Sí  15  (42,9)  70  (24,1)    16  (41)  66  (24,4)   
    Media (DE)
  Ambivalente  51,9  (12,2)  47,4  (10,6)  0,019  52,6  (13,2)  47,9  (11,7)  0,021 
Sexismo  Hostil  25,2  (6,7)  22,6  (6,3)  0,024  26,2  (6,8)  23,0  (6,6)  0,005 
  Benevolente  26,7  (7,4)  24,7  (6,5)  0,100  26,4  (7,9)  24,9  (6,9)  0,210 

DE: desviación estándar; VP: violencia de pareja.

Valores de p obtenidos con las pruebas de ji al cuadrado para variables de más de dos categorías y exacta de Fisher para las dicotómicas. Para el sexismo y la conducta violenta se ha utilizado la prueba t de Student.

El SH mantuvo una asociación positiva significativa con la conducta violenta (VP), independientemente del resto de las variables, tanto en chicas (OR: 1,07; IC95%: 1,00-1,14) como en chicos (OR: 1,11; IC95%: 1,03-1,2). Las chicas que habían sufrido violencia física o sexual en la infancia registraron una probabilidad dos veces mayor de conducta violenta (VP) (OR: 2,39; IC95%: 1,06-5,39). En los chicos, que el padre tuviera trabajo remunerado se asoció con mayor probabilidad de conducta violenta (VP), mientras que tener buena relación con los/las compañeros/as y que el padre tuviera estudios secundarios o superiores se asoció con menor probabilidad (tabla 5).

Tabla 5.

Variables asociadas a la conducta violenta en el contexto de la pareja, modelo de regresión logística multivariante estratificado por sexo

  Chicas (n = 326)Chicos (n = 310)
  ORa  IC95%ORaIC95% 
Sexismo hostil  1,07  b  (1,00-1,14)  1,11  c  (1,03-1,20) 
Sexismo benevolente  1,01    (0,95-1,08)  1,00    (0,94-1,07) 
Edad (Ref: 13 años)
14 años  0,51    (0,18-1,39)  1,33    (0,52-3,41) 
15-17 años  1,57    (0,52-4,71)  3,24    (0,88-11,89) 
Deseo sexual (Ref: Heterosexual)
No heterosexual  0,85    (0,33-2,18)  0,60    (0,20-1,75) 
No lo tengo claro    (-)d  0,48    (0,04-5,11) 
Situación laboral de la madre (Ref: Sin trabajo remunerado)
Con trabajo remunerado  0,89    (0,37-2,11)  0,60    (0,23-1,56) 
Situación laboral del padre (Ref: Sin trabajo remunerado)
Con trabajo remunerado  0,93    (0,28-3,13)  6,61  b  (1,19-36,72) 
Nivel de estudios de la madre/tutora 1 (Ref: Sin estudios o primarios)
Estudios secundarios o superiores  0,68    (0,25-1,82)  0,73    (0,25-2,13) 
Nivel de estudios del padre/tutor 2 (Ref: Sin estudios o primarios)
Estudios secundarios o superiores  1,35    (0,52-3,48)  0,35  b  (0,13-0,97) 
Satisfacción con el instituto (Ref: No me gusta)
Me gusta  0,66    (0,25-1,75)  1,72    (0,56-5,25) 
Relación con los/las compañeros/as (Ref: Mala)
Buena  0,57    (0,18-1,84)  0,26  b  (0,08-0,8) 
Relación con el profesorado (Ref: Mala)
Buena  0,87    (0,36-2,11)  0,92    (0,38-2,25) 
Relación con la familia (Ref: Mala)
Buena  0,87    (0,34-2,22)  1,83    (0,56-5,95) 
Experiencia de relaciones sexuales (Ref: No)  1,55    (0,63-3,79)  2,04    (0,86-4,85) 
Víctima de acoso escolar o ciberacoso (Ref: No)  1,74    (0,71-4,26)  1,16    (0,46-2,91) 
Víctima de abuso físico o sexual en la infancia (Ref: No)  2,39  b  (1,06-5,39)  1,75    (0,73-4,21) 

IC95%: intervalo de confianza del 95%; OR: odds ratio.

a

Ajustadas por ciudad y todas las variables mostradas en el modelo.

b

p <0,05.

c

p <0,01.

d

Las nueve observaciones de la categoría no se utilizaron para la predicción del modelo.

Discusión

El sexismo persiste como problema de salud pública de primer orden y confirma los resultados ya observados en adolescentes, tanto en el contexto español como en otros países europeos6,15,17. Los resultados muestran asociaciones entre tener buena relación con el entorno y menor sexismo, en línea con nuestra primera hipótesis, aunque no observamos asociaciones significativas entre el sexismo y el nivel educativo de las madres ni la experiencia en relaciones de pareja/sexuales. En el alumnado con experiencia de relaciones de pareja, el SH se asoció con mayor probabilidad de conducta violenta (VP)5, corroborando nuestra segunda hipótesis.

La mayor probabilidad de sexismo alto entre adolescentes con deseos heterosexuales que entre adolescentes con deseos no heterosexuales podría explicarse por su propia conceptualización. La subescala del SB, con la que la asociación fue mayor, incluye ítems que refuerzan la heteronormatividad: «Todo hombre debe tener una mujer a quien amar». Esto posibilitaría que el alumnado no heterosexual respaldara menos ideas sexistas en comparación con el heterosexual2,16. Del mismo modo, estos imaginarios sexistas benevolentes predominan sobre el machismo tradicional, siendo más sutiles y estando más libres de su violencia directa característica4,23.

Identificamos una asociación entre tener antecedentes migratorios y mayor sexismo, en línea con otro estudio realizado en España con población adulta autóctona y migrante18. Las puntuaciones en el ASI se correlacionan negativamente con los índices de igualdad de un país11,24. Otros estudios reportan que respaldar el SB (subescala en que la asociación es mayor) podría ser una respuesta adaptativa de autoprotección frente a entornos percibidos como hostiles (miedo al crimen y, en mujeres, actitudes hostiles de los hombres hacia ellas)25,26. Sin embargo, debemos interpretar esta asociación con cautela, pues desconocemos qué factores la causan, además de considerar la interseccionalidad de los distintos ejes de desigualdad que recaen sobre la población migrante27.

En las chicas, tener madres con trabajo remunerado se asoció con menor SB, mientras que, en los chicos, tener padres con estudios secundarios o superiores se asoció con menor SH. En este estudio, la situación laboral y el nivel de estudios de los progenitores pueden interpretarse como una aproximación del estatus socioeconómico del alumnado28, por lo que el sexismo se asociaría de manera negativa con el nivel socioeconómico alto.

En los chicos, nuestros resultados muestran una asociación positiva entre el sexismo y la exposición al acoso escolar o ciberacoso (SA y SH), y negativa con tener buena relación con los/las compañeros/as (SA y SB), por lo que tener una buena relación con los análogos podría actuar como factor protector del sexismo. La literatura reporta resultados similares6,29. Este dato destaca la importancia de identificar activos en salud en el entorno escolar e implementar intervenciones educativas que los consideren y potencien.

La prevalencia de VP identificada fue menor que en otros estudios, lo cual podría atribuirse a los tipos de violencia que se incluyen en la definición y a la edad de las participantes8. Se identifica asociación entre el SH y una mayor probabilidad de ejercer VP, en concordancia con otro estudio en adolescentes españoles8. Otros estudios relacionan los niveles altos de sexismo con una menor atribución de responsabilidad propia y una mayor culpabilización a la víctima30, una mayor probabilidad de no identificar la VP31 y una mayor probabilidad de cometer otros tipos de violencia, siendo el SH más predictor, en concordancia con nuestros resultados6,32. Por ello, el sexismo podría actuar banalizando la violencia, también en el ámbito de la pareja, aumentando así la probabilidad de conducta violenta (VP) entre los perfiles más sexistas.

Otra variable que resultó asociada con mayor probabilidad de conducta violenta (VP) en las chicas fue haber sufrido abusos físicos o sexuales en la infancia. Arnoso et al.18 sugieren que el carácter bidireccional de la violencia podría explicar que los individuos que han sido víctimas de ella tengan mayor probabilidad de ejercerla.

En la interpretación de los resultados cabe valorar algunas limitaciones del estudio. En primer lugar, se realizó un muestreo no probabilístico diseñado para evaluar un programa educativo. Consecuentemente, la muestra no es representativa de ambas ciudades, aunque es adecuada para los objetivos de este estudio. El diseño transversal no permite inferir causalidad. Por otra parte, el tamaño muestral de adolescentes que respondieron haber tenido una relación de pareja fue pequeño, así como la prevalencia de VP.

Conclusiones

El sexismo está presente en adolescentes y se asocia a mayor probabilidad de conducta violenta contra la pareja o análogo. Las actitudes sexistas están más afianzadas en personas con antecedentes migratorios y en chicos víctimas de acoso escolar o ciberacoso. En cambio, el deseo no heterosexual y el nivel socioeconómico alto se asocian negativamente al sexismo. Además, en el entorno escolar, tener buena relación con los/las compañeros/as podría actuar como posible factor protector frente al sexismo. El SH se asocia positivamente con la conducta violenta (VP) en ambos sexos. Los resultados son preocupantes por sus implicaciones para la salud pública y la equidad de género. Sin embargo, el sexismo es un factor modulable a través de programas educativos4,6,33,34. Nuestros resultados reafirman la importancia de abordar el sexismo como estrategia para la prevención de la VP y considerar las variables asociadas en el diseño de nuevas intervenciones.

Disponibilidad de bases de datos y material para réplica

Datos disponibles a petición, contactando con la autora de correspondencia.

¿Qué se sabe sobre el tema?

El sexismo en adolescentes se ha asociado con la violencia de pareja y conductas sexuales de riesgo. Son escasos los estudios sobre su relación con los determinantes sociales de la salud.

¿Qué añade el estudio realizado a la literatura?

El sexismo en adolescentes persiste y se reafirma su relación con la conducta violenta en el contexto de la pareja. Aporta evidencia acerca de la asociación con los antecedentes migratorios y el acoso escolar (victimización). Se relacionan el deseo no heterosexual y las buenas relaciones con iguales con menor sexismo.

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

Se recomienda el abordaje del sexismo, además de variables asociadas como el estatus migratorio o el deseo sexual, en el diseño de intervenciones para prevenir la violencia de pareja.

Editora responsable del artículo

Azucena Santillán-García.

Declaración de transparencia

La autora principal (garante responsable del manuscrito) afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y transparente del estudio que se remite a Gaceta Sanitaria, que no se han omitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepancias del estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) se han explicado.

Contribuciones de autoría

C. Vives-Cases, B. Sanz-Barbero y R. Madrona-Bonastre diseñaron el estudio. V. Pérez-Martínez, D.G. Abiétar y L. Forcadell-Díez recogieron la información necesaria bajo la supervisión de C. Vives-Cases y G. Pérez. R. Madrona-Bonastre y V. Pérez-Martínez analizaron los datos bajo la supervisión de B. Sanz-Barbero y C. Vives-Cases. Todas las personas firmantes contribuyeron a la interpretación de los resultados. R. Madrona-Bonastre y C. Vives-Cases redactaron la primera versión del manuscrito. Todas las personas firmantes revisaron los borradores, hicieron contribuciones relevantes, aprobaron la versión final del manuscrito y se hacen responsables del contenido de este documento. Este estudio ha requerido más de seis autores/as porque deriva de un estudio multicéntrico en el que diferentes equipos de investigación han participado en su diseño y desarrollo.

Agradecimientos

A todo el alumnado y profesorado de los institutos participantes, por su tiempo y valiosa contribución a este proyecto.

Financiación

Instituto de Salud Carlos III, FEDER y FSE al proyecto «Promoción de activos protectores de la violencia de género en la adolescencia y pre-adolescencia» (2019-2021) (PI18/00590 y PI18/00544).

Conflicto de intereses

Ninguno.

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