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Vol. 15. Issue S3.
IX CONGRESO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SALUD PÚBLICA Y ADMINISTRACIÓN SANITARIA
Pages 13-14 (November 2001)
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Mesa de comunicaciones orales 1: Vigilancia de la salud
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1

VALORES POBLACIONALES DE LA VERSIÓN ESPAÑOLA DEL PERFIL DE SALUD DE ADOLESCENTES (CHIP-AE)*

V. Serra, L. Rajmil, J. Alonso, B. Starfield y A. Riley

Agència d'Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques, Barcelona; Institut Municipal d'Investigació Mèdica, Barcelona; Johns Hopkins University, Baltimore.

Antecedentes y objetivos: El perfil de salud de adolescentes, CHIP-AE, es el primer instrumento genérico de salud para adolescentes de 12-18 años adaptado para uso en España y Cataluña. El objetivo del estudio fue obtener los valores de referencia de la versión española del CHIP-AE.

Métodos: Se administró el CHIP-AE a una muestra representativa de adolescentes entre 12-18 años escolarizados en la ciudad de Barcelona, mediante muestreo por conglomerados, en dos etapas, estratificado según titularidad del centro (público o concertado) y el índice de capacidad económica familiar de la ciudad de Barcelona (ICEF: bajo, medio y alto). Se estandarizaron las puntuaciones de las subdimensiones y dimensiones del CHIP-AE a una media arbitraria de 20 y desviación estándar de 5. Se calcularon los deciles de las subdimensiones. Se compararon las medias de las puntuaciones del CHIP-AE por edad, género y nivel socioeconómico (nivel de estudios de los padres e ICEF) y se realizó un análisis de la covarianza. Mediante las pruebas post-hoc se comprobaron dónde se encontraban las diferencias.

Resultados: Las tasa de respuesta fue del 83% (n = 902). En general las chicas presentaron puntuaciones más bajas (peores) en satisfacción con la salud, autoestima, disconfort emocional y físico. Los chicos presentaron puntuaciones más bajas (peores) en amenazas a logros, influencia de pares, resolución de problemas y rendimiento académico. Los adolescentes de más edad presentaron puntuaciones más bajas en Disconfort y Enfermedades, respecto a los más jóvenes. Los adolescentes de menor nivel socioeconómico presentaron puntuaciones más bajas en la mayoría de dimensiones del CHIP-AE, en relación a adolescentes de nivel socioeconómico más elevado. Los resultados de la versión española son similares a la versión original norteamericana.

Conclusiones: Se confirmaron las diferencias esperadas por edad, género y nivel socioeconómico. Los resultados de la muestra de referencia permitirán establecer comparaciones con adolescentes de otras regiones, y/o con diferentes problemas de salud y describir desigualdades sociales durante la adolescencia.

*Child Health and Illness Profile, Adolescent Edition (CHIP-AE)

Proyecto financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria (contrato Nº98/0617).


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RETRASO EN EL DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA

P. García de Olalla*, M.T. Brugal*, J.M. Jansà*, R. Guerrero** y J.A. Caylà*

*Servicio de Epidemiología, Instituto Municipal de Salud Pública de Barcelona; **Programa Sanitario, Instituciones Penitenciarias de Cataluña.

Fundamento: A pesar de que en la mayoría de los países de renta elevada, la disponibilidad de la prueba de detección de anticuerpos frente al VIH y la accesibilidad a la misma es alta, diversos estudios sugieren que una proporción de personas infectadas por este virus no es diagnosticada hasta que cumplen algún criterio diagnóstico de SIDA, o poco antes. El objetivo de este trabajo es determinar la magnitud del retraso en el diagnóstico de la infección por el VIH, su tendencia en los últimos años, y las características epidemiológicas de los individuos diagnosticados tardíamente.

Pacientes y métodos: Se analizan los casos de SIDA incluidos en el Registro entre 1994-2000, en residentes en Barcelona y mayores de 13 años. Se considera retraso cuando la fecha de la primera determinación positiva es la misma que la del diagnóstico de SIDA. Se calculan Odds ratio (OR), con intervalos de confianza del 95% (IC del 95%), en el análisis de tendencias el Ji-cuadrado de Mantel-Haenszel, y en el multivariado se utiliza la regresión logística.

Resultados: De los 2.655 casos de SIDA, 697 (26,3%) fueron diagnosticados de infección VIH y SIDA en el mismo momento, con rango del 21% en 1994 y el 35% en 2000. En el análisis multivariado, ajustado por edad y sexo, las siguientes variables se asociaron con el retraso: el distrito -área con los peores indicadores socioeconómicos y de salud de la ciudad- Riesgo Relativo (RR): 1,46 (IC del 95%: 1,17-1,81), antecedentes penitenciarios: RR: 0,31 (0,22-0,44), la vía de transmisión ­homosexual, RR: 1,57 (1,22-2,03); heterosexual, RR: 2,97 (2,31-3,82); desconocida RR: 6,25 (4,02-9,739); comparadas con la vía parenteral; la tuberculosis como enfermedad diagnóstica de SIDA, RR:1,39 (1,13-1,72).

Conclusiones: Es importante conocer el porcentaje y las características de los pacientes diagnosticados con retraso para poder diseñar estrategias que permitan mejorar la aceptabilidad de la prueba en estas poblaciones. Es necesario continuar asegurando y promoviendo la confidencialidad para evitar la discriminación, y poder dar consejo e información de los beneficios que la terapia actual ofrece cuando se inicia precozmente.


3

MORTALIDAD POR ENFERMEDAD ISQUÉMICA DEL CORAZÓN EN MUNICIPIOS TURÍSTICOS DE LAS ISLAS CANARIAS

J.M. Saavedra*, L. Bello*, P. Ortega*, D. Núñez* y M.J. Medrano**

*Servicio de Epidemiología. Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias. **Servicio de Epidemiología de Enfermedades Cardiovasculares (Centro Nacional de Epidemiología).

Objetivos: Las provincias canarias presentaron en 1997 las mayores tasas de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón, dentro del contexto español, tanto en las Palmas (hombres: 169,1*105; mujeres: 84,2*105) como en S/C de Tenerife (hombres: 160,2*105; mujeres: 67,1*105). Al estudiar esta causa de muerte en las zonas turísticas más importantes de Canarias, según capacidad alojativa, observamos en S Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) una tasa de 430,7 y en Adeje-Arona (Tenerife) de 384,6, o sea el cuádruple y el triple respectivamente de la tasa media de Canarias (1990-4) para igual causa y periodo. Es posible que estas tasas se deban a la inclusión de los fallecidos por EIC no empadronados en dicho municipio (turistas y/o trabajadores del turismo). El objetivo de este trabajo es conocer con exactitud los fallecidos es estos municipios por EIC (410-414) en función a su residencia o empadronamiento en los años 1998 -1999.

Métodos: Se estudian todos los fallecidos por EIC (CIE 9 410-414) de los municipios turísticos de S Bartolomé de Tirajana (37.163 h) (Gran Canaria), Adeje y Arona (39.917 h) (Tenerife), y un municipio no turístico de control, Telde (Gran Canaria) (83.733), durante los años 1998 y 1999. Las fuentes de información fueron los boletines estadísticos de defunción de los registros civiles y los padrones de los municipios citados. Se comprobó si cada fallecido (nominalmente) estaba empadronado en los respectivos ayuntamientos y se calculó la tasa específica de mortalidad tanto para los empadronados como para los no empadronados, además de la razón estandarizada de mortalidad con sus intervalos de confianza, por el método indirecto, utilizando la de Canarias como tasa estándar.

Resultados: Se registraron en total 611 muertes por EIC. En los municipios turísticos se produjeron 75 fallecidos en los empadronados (tasa 48,6*105), mientras el de control 165 (tasa 98,5*105)(p < 0,005). Los no empadronados los fallecidos fueron 327 (tasa 212,1*105) y 44 (26,2*105) en el control (p < 0,05). La Razón Mortalidad Estándar en hombres empadronados oscila entre 63,8 y 73, y 104,4 en el municipio control. En los no empadronados, oscila entre 348,7 y 403,8, y 35,9 en el control (p < 0,05). En las mujeres, oscila entre 86,1 y 111 en las empadronada y 133 en el control. En las no empadronadas: 146,4-463,2, y en el control 22,2 (p < 0,05).

Conclusiones: Se está produciendo una sobreestimación de la mortalidad por EIC en Canarias, al añadirse los fallecidos foráneos. Así, quizá por el turismo, hay un fenómeno de mortalidad importada, explicando en parte las altas tasas de mortalidad cardiovascular en comparación con el resto del Estado, con el sobrecoste añadido en servicios sanitarios.


MEDICIÓN Y VALORACIÓN DEL ESTADO DE SALUD EN UNA COMUNIDAD AUTÓNOMA

A. Pujol, V. Thomas, E. Calatayud y J. Pomar

Direcció General de Sanitat. Conselleria de Sanitat i Consum.

Objetivos: Conocer la percepción del propio estado de salud de los habitantes de las Islas Baleares.

Métodos: La información procede de la Encuesta de Salud de las Islas Baleares del 2001, que es un estudio transversal por entrevista en domicilio de una muestra representativa de la población no institucionalizada y residente en las Islas Baleares. La muestra real se realizó a través de 1144 entrevistas en Mallorca, 352 en Menorca y 349 en Eivissa-Formentera, a partir del padrón municipal a 31 de diciembre de 1999. Por edad, sexo e Islas no hay diferencias entre la muestra y la población.

Se utilizó el instrumento de medida de calidad de vida relacionada con la salud, EuroQol (EQ-5D), que clasifica los estados de salud en cinco dimensiones (movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor/malestar y ansiedad/depresión) y con tres niveles de gravedad. Además se les pasó la escala visual analógica, indicador cuantitativo del estado general de salud (100 indica el mejor estado de salud imaginable y 0 el peor estado de salud imaginable).

Resultados: El problema más prevalente es el dolor/malestar que afecta al 31% de la población de más de 14 años, seguido de la ansiedad/depresión (20%), los problemas de movilidad (15%), los problemas en las actividades cotidianas (13%) y los problemas en el cuidado personal (6%). Al observar el conjunto de dimensiones encontramos que los problemas son más importantes en las mujeres, que aumentan con la edad y entre las personas de clase social más desfavorecida. Por islas, los problemas son superiores en Mallorca, seguido de Menorca y Eivissa-Formentera, donde manifiestan porcentajes inferiores. Al valorar el grupo de edad mayor de 64 años encontramos que el 1,5% debe estar en cama, el 4% es incapaz de lavarse o vestirse, el 7% es incapaz de realizar sus actividades cotidianas, el 12% tiene mucho dolor/malestar y el 9,3% está muy nervioso/deprimido.

La valoración del estado de salud hoy nos da una mediana de 80 puntos. Un 25% tienen valores de 90 o superiores y solamente un 8,5% lo valoran por debajo de 50 puntos. No hay diferencias por sexo. Por edad, la valoración empeora a medida que aumenta la edad; la mediana disminuye desde los 90 puntos en menores de 15 años hasta los 60 en mayores de 64 años. Las mujeres mayores de 64 años hacen la peor valoración de estado de salud (55). La clase social V presenta peor valoración (70) y no se observan diferencias por islas.

Conclusiones: La utilización de instrumentos de medida de la calidad de vida relacionada con la salud nos proporciona datos para medir y valorar la salud de una población, conocer su percepción y puede ser de utilidad para la asignación de recursos sanitarios.


LA ENCUESTA DE BASE POBLACIONAL EN LA VIGILANCIA DE LOS ACCIDENTES INFANTILES

M.C. Martos1, M. Esteban1, G. García-Carpintero1, C. Tomás2, T. Alcalá2 y E. Gascón3

1Gobierno de Aragón; 2Universidad de Zaragoza; 3Universidad de Alicante.

Las fuentes de información rutinarias existentes en Aragón, son insuficientes para la vigilancia de los accidentes infantiles, ya que infravaloran el problema por el sesgo en la identificación de casos y además, la información sobre las circunstancias y factores asociados al accidente no suele estar disponible en la mayoría de ellas.

Objetivos: Validar la encuesta de base poblacional como fuente de información para conocer el impacto de los accidentes infantiles e identificar los factores asociados a los mismos, como base para la planificación de programas de control.

Métodos: Se seleccionó una muestra representativa de niños menores de 15 años residentes en la provincia de Zaragoza. En primer lugar, se agruparon, mediante análisis de cluster, las zonas de salud según indicadores socio-demográficos y posteriormente, se realizó un muestreo estratificado por edad, sexo y cluster con afijación proporcional al tamaño de la población en cada estrato. Tras un estudio piloto para probar el cuestionario, se llevó a cabo la encuesta a un total de 1.276 padres de los niños seleccionados. El periodo de estudio fue de un año (1 junio 1999­31 mayo 2000), realizándose la recogida de datos en dos oleadas de 6 meses. Para valorar el sesgo de selección, se compararon las variables: grupo de edad y sexo, residencia y ser atendido por accidente en urgencias hospitalarias durante el periodo de estudio de las no respuestas con las de las encuestas realizadas, utilizándose el test del Ji-cuadrado. Se obtuvo el grado de cumplimentación de las variables relativas a las circunstancias del accidente y al nivel socioeconómico. El sesgo de recuerdo se ha estudiado utilizando como fuente complementaria los registros de urgencias.

Resultados: La participación fue del 83%. El 3% de los padres de los niños seleccionados rehusaron realizar la encuesta y el 14% no se localizó. Las diferencias de las variables estudiadas entre las respuestas y no respuestas no fueron estadísticamente significativas, excepto para los casos no localizados que fueron superiores en la zona urbana. Los factores asociados al accidente se obtuvieron en más del 95% de los casos y la cumplimentación de las variables: estudios y ocupación del padre y madre osciló entre 99% y 94%. Un total de 46 accidentes fue identificado en urgencias hospitalarias (8% del total) y no declarados en la encuesta. Sin embargo, la incidencia anual de accidentes infantiles estimada, 32% (95% IC: 29%-35%), no difiere estadísticamente de la obtenida al considerar este sesgo de recuerdo.

Conclusiones: La encuesta poblacional es un instrumento útil para la vigilancia de los accidentes infantiles, ya que permite conocer los factores asociados e identificar diferencias sociales en el riesgo de estos accidentes, variables que difícilmente están disponibles en otras fuentes de información.


ENCUESTA DE SALUD EN LAS ISLAS BALEARES

J. Pomar, V. Thomas, A. Pujol, A. Muñoz y F. González

Direcció General de Sanitat. Conselleria de Sanitat i Consum.

Objetivos: Conocer la frecuencia y distribución de los hábitos de vida, identificar los principales problemas de salud, conocer el grado de utilización de los servicios sanitarios y la satisfacción percibida y describir las principales características sociodemográficas de la población de las Islas Baleares y su relación con la situación de salud.

Métodos: La información procede de la Encuesta de Salud de las Islas Baleares de 2001, que es un estudio transversal por entrevista en domicilio de una muestra representativa de la población no institucionalizada y residente en las Islas Baleares donde la población total es de 796.483 habitantes a 31 de diciembre de 1998. La muestra real se realizó a través de 1.144 entrevistas en Mallorca, 352 en Menorca y 349 en Eivissa-Formentera, a partir del padrón municipal a 31 de diciembre de 1999. El muestreo fue no proporcional por islas para poder hacer estimaciones fiables por islas y en cada una de ellas proporcional por edad y sexo, no habiendo diferencias significativas entre la muestra y la población. Las estimaciones globales para Baleares tienen una precisión de ± 2,6%.

Resultados: El 75% de la población valora positivamente su salud y el 81% está satisfecha o muy satisfecha con los servicios sanitarios utilizados el último año. El EuroQol nos revela que el problema más prevalente es el dolor/malestar (31%) seguido por la ansiedad/depresión (20%), los problemas de movilidad (15%), los problemas en las actividades cotidianas (13%) y los del cuidado personal (6%). Hábitos de vida: a) la obesidad (12,6%), y siguen dieta el 21,7%, con mayor frecuencia por exceso de peso (9%); b) la prevalencia de tabaquismo es del 32,9%; c) realizan actividad física ligera (52%), moderada (27%), intensa (14,5%) de la población y d) el alcohol 11% consume alcohol diariamente. Como prácticas preventivas observamos que un 41% se realiza un examen médico sistemático preventivo, se toma la tensión arterial (48%) y se revisa el colesterol (41%) y la glucemia (37%) de los entrevistados. Utilización de servicios: más del 90% de las personas ha sido visitadas por un profesional sanitario en el último año, siendo el médico de familia/pediatra (74%) el más frecuente y el 16% han consultado a un médico en los últimos 15 días. La población declara en un 30% haber precisado atención de urgencias y en el 12% dice haber sido hospitalizado en el último año. El motivo principal de restricción de la actividad son los problemas relacionados con el aparato locomotor, tanto en los últimos 15 días (28,4%) como en el último año (44,2%).

Conclusiones: La realización de una encuesta de salud en las Islas Baleares nos ha proporcionado una importante fuente de información y nos sirve como instrumento de planificación y evaluación de algunos objetivos de salud en nuestra comunidad.

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