La propuesta del gobierno británico de introducir presupuestos de medicamentos obligará a los medios generales a considerar las consecuencias financieras de su prescripción. En nuestro país el médico no ha tenido, ni tiene, ningún incentivo real para considerar los costes de su prescripción, y se han realizado pocos intentos para influir en la misma si exceptuamos los de la industria farmacéutica.
En el presente artículo se analiza la situacion en ambos países y se compara las respuestas de los médicos generales de Girona y de Escocia a unas preguntas que sondeaban su predisposición a considerar los costes a la hora de prescribir. La reducción de los costes de prescripción del médico debe encuadrarse dentro de una prescripción racional y emplear una combinación de estrategias: educación, retroalimentación de la prescripción, cambios administrativos e incentivos. Los métodos para incentivar un uso más eficiente de medicamentos pasan por una mayor participación activa de los médicos en la gestión de los propios recursos de sus centros.
The british government proposal to introduce drug budgets will compel general practitioners to consider the financial consequences of prescribing. In our country, the practitioner neither in the past nor now has no incentive to consider the cost ot his prescription, and few efforts has been made to influence it, if we exclude the pharmacy industry.
In the present article, the situation of both countries is analyzed and the answers of the general practitioners of Girona and Scotland to a questions that examine their predisposition towards considering costs when prescribing is compared. The reduction of the prescription costs must be formulated as a part of a rational prescription and should employ a combination of approaches: education, feedback, administrative changes, and incentives. The procedures to incentive a more efficient use of medicines require an active participation of the practitioners in managing the resources of their practices.