Los estándares actuales de calidad en publicación científica se basan en la revisión por pares, aunque este proceso tiene sus limitaciones, como la existencia de revisiones discrepantes, revisiones de baja calidad o el anonimato1. La actuación de un/una buen/a editor/a después de la revisión puede y debe atemperar estos posibles problemas, ya que debe exigir una nueva revisión o seleccionar revisores/as adicionales.
Sin embargo, un problema muy difícil de solucionar es el de aquellas personas autoras que mandan artículos a publicar a las revistas científicas y que por tanto son potenciales revisores/as, pero no desean revisar artículos científicos. Estos/as investigadores/as se benefician, por tanto, del trabajo desinteresado de otros/as sin dar nada a cambio. Es muy frustrante para un editor/a seleccionar a un/a posible revisor/a para revisar un artículo y que éste/a rechace hacer revisiones, ya no sólo una vez, sino en muchas ocasiones. El equipo editorial de Gaceta Sanitaria está encontrando casos de este tipo, y se ha planteado el problema en el seno del Comité Editorial de la revista. De hecho, estos casos podrían tener consecuencias de manera involuntaria, como se expondrá a continuación.
La revisión de artículos científicos es actualmente una actividad totalmente altruista2. Son muy escasas las revistas científicas que ofrecen algún tipo de pago o contraprestación en especie a las personas revisoras. Unas pocas pagan por la realización de una revisión (British Medical Journal, Lancet Oncology) y otras lo hacen por solicitudes de «revisión exprés». Algunas revistas de Elsevier ofrecen acceso gratuito a Scopus a los revisores durante un tiempo limitado. De todas formas, el proceso de revisión es fundamentalmente altruista, pues estos pagos o contraprestaciones no suelen compensar el tiempo dedicado a hacer una buena revisión. Un/a buen/a revisor/a puede aceptar incluso cuatro o cinco revisiones al año, por lo que estos “beneficios” le pueden llegar de manera superpuesta y por tanto no ser tales beneficios. Para el/la buen/a revisor/a, el pago viene implícito en la posibilidad de colaborar con las decisiones editoriales de una revista que admira, y por el privilegio de acceder a información no publicada.
Sin revisores/as no sería posible la publicación científica, tal y como la conocemos, o sería un proceso mucho más lento. Las personas autoras valoramos mucho la rapidez editorial con que se gestionan nuestros manuscritos. No sólo en el proceso de revisión, sino en la toma de decisiones sobre ellos. Gaceta Sanitaria cuida mucho estos aspectos3. La desidia de muchos/as potenciales revisores/as que contestan que están demasiado ocupados/as como para revisar (pero no para enviar artículos) significa que la carga de las revisiones se concentre en revisores/as que sí aceptan, y que los/las editores/as abusemos de su altruismo. Esto puede tener como consecuencia que los/las revisores/as se hastíen de revisar artículos o que su minuciosidad descienda con el número de artículos revisados.
El poco altruismo de un número creciente de potenciales revisores/as, que son sin embargo autores/as prolíficos/as, nos preocupa especialmente, y también a todo el Comité Editorial. Hemos comentado este aspecto y hemos analizado las veces que los/las potenciales revisores/as han rechazado revisar artículos para Gaceta Sanitaria. ¿Qué hace un/a editor/a ante una situación de estas características? Lo primero que se le ocurre es enviar una carta al autor o autora parásito diciéndole: «disculpe, pero no podemos enviar su artículo a revisión porque no tenemos revisores/as disponibles, envíelo a otra revista». De la misma manera que Gaceta Sanitaria publica su lista de revisores/as a final de año, ¿podría publicarse la lista de los/las potenciales revisores/as que no han querido colaborar con la revista? Es una posibilidad a explorar.
Una consecuencia de esta Nota editorial podría ser que disminuyan los rechazos para revisar artículos a cambio de que esas personas hagan revisiones superficiales a las que dediquen poco tiempo, para no salir “señalados/as” en los análisis del Comité Editorial. Sin embargo, Gaceta Sanitaria tiene un sistema de puntuación de revisiones, ya que nos parece muy importante diferenciar los/las buenos/as de los/las malos/as revisores/as. Toda revisión de un artículo es puntuada, de manera que las personas editoras podemos escoger a aquellos/as revisores/as que tienen mayores puntuaciones, lo que desde luego es un valor añadido en el proceso editorial de la revista.
Desde el Comité Editorial hacemos un llamamiento a la reflexión sobre este tema y a la necesidad de aumentar el número de personas revisoras cualificadas y el porcentaje de aceptaciones por parte de los/las potenciales revisores/as. Gaceta Sanitaria es una revista de todos/as los/as salubristas españoles/as. Sin embargo, esta afirmación no es suficiente. Si realmente queremos una revista de calidad, que siga siendo de referencia en el panorama internacional, debemos cuidar el proceso editorial, pues éste es uno de los mayores activos de nuestra revista. La selección adecuada y la aceptación de las personas revisoras servirá para reducir los tiempos de gestión editorial, aumentar la base de datos de revisores/as, equilibrar el número de revisiones periódicas entre los/las revisores/as y, finalmente, mejorar la calidad de Gaceta Sanitaria.
Contribuciones de autoríaAmbos autores han contribuido igualmente a la concepción, la redacción y la preparación de la versión final del manuscrito, y se responsabilizan de su contenido.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno.