En la literatura se han propuesto las medidas de densidad de incidencia para la valoración de la infección nosocomial. A través de una cohorte retrospectiva de 843 pacientes se realiza una comparación entre la razón de densidades de incidencia (RDI) y el cociente de incidencias acumuladas o riesgo relativo (RR) en la cuantificación de factores de riesgo de la infección hospitalaria. Las variables que se analizaron fueron la intervención quirúrgica, su duración, el tipo de cirugía, la gravedad de la enfermedad subyacente y la edad. En todas las situaciones la RDI fue inferior al RR, al eliminar la prolongación de estancia producida por los distintos factores de riesgo. Ejemplos de ello fueron el que la RDI para la operación fue de 2,78, mientras que el RR ofreció valores de 6,46, o en la edad, donde los mayores de 60 años presentaron un RR significativo de 1,67, mientras que la RDI fue de 0,96. Esto sugiere que el empleo de la RDI facilitaría la comparabilidad de los resultados entre diferentes centros en la cuantificación de factores de riesgo para la infección nosocomial, aparte de cuantificar con más exactitud los distintos factores de riesgo, lo que tiene importancia a la hora de establecer las medidas de control.
Several authors have suggested that incidence density should be used in studying nosocomial infection. We assess several risk factors for hospital infection by two ratios, the incidence density ratio (IDR) and the relative risk (RR), in an historical cohort of 843 patients. The variables analyzed were: operation, its length, type of surgical wound, severity of underlying disease, and age. The IDR figures were always lower than those yielded by the RR. For example, the IDR for operated patients was 2.78, whereas RR yielded a figure of 6.46, or the IDR for patients >60 years old was 0.96, whereas the RR achieved a significant value of 1.67. This suggests that the use of IDR lo analyze risk factors for nosocomial infection improves comparability of results obtained in different hospital settings. Also, it may allow a more exact quantification of an effect. These facts influence implementation of nosocomial infection control measures.