En los últimos 30 años, las poblaciones de los países desarrollados han experimentado un proceso de envejecimiento demográfico sin precedentes históricos. Este fenómeno, y sobre todo la intensificación a medio plazo del mismo que sugieren todas las proyecciones demográficas, ha encendido las señales de alarma sobre la sostenibilidad futura de los sistemas sanitarios. En este contexto, el presente artículo examina los efectos del envejecimiento demográfico sobre el gasto sanitario dentro de un proceso en el que intervienen varios elementos: el aumento del número de personas mayores, las variaciones en el estado de salud de la población mayor y la evolución de los costes de la asistencia sanitaria. La principal conclusión es que sólo una pequeña parte del aumento en el gasto se puede atribuir al envejecimiento poblacional. Asimismo, puesto que el estado de salud medio de las personas mayores ha mejorado conforme aumentaba su longevidad, el artículo indica que la mayor parte del incremento del gasto sanitario viene determinado por la evolución de distintos factores no demográficos, como son la intensidad de la atención, el coste de los tratamientos o el desarrollo de nuevas tecnologías médicas. Todos estos factores, a diferencia del envejecimiento demográfico, sí son susceptibles de regulación futura y, por tanto, en gran medida socialmente controlabes.
Over the last 30 years, the elderly population of developed countries has shown an unprecedented increase. This process has raised alarm about the future affordability of health care systems. In this context, we consider the effects of population aging on helath care expenditure within a process involving several elements: the increasing number of elderly persons, variations in the health status of the elderly and the evolution of the cost of medical treatment. The main conclusion is that only a small part of the increase in expenditure is due to population aging. Furthermore, because the average health status of the elderly has improved with greater longevity, we suggest that most of the increase in health care expenditure can be attributed to the evolution of non-demographic factors. Such as health services utilization, treatment cost and the development of new medical technology. Unlike populations aging, these factors can be subjected to future regulation and consequently, can to a large extent be controlled.
Nota editorial: Este artículo corresponde a un Informe Técnico encargado por la Junta Directiva de la Asociación de Economía de la Salud (AES) en el marco del vigente acuerdo de cooperación Gaceta Sanitaria-AES, que establece un proceso de revisión editorial por expertos independientes similar al aplicado al resto de manuscritos.