Desde mitad de los años noventa se ha estado hablando, en el conjunto del Estado español, de la introducción de nuevos métodos de pago a hospitales públicos que significasen una herramienta para la mejora de la eficiencia de nuestros hospitales en un marco de competencia gestionada. Los sistemas que reconocen la importancia de la actividad realizada y también del rol de los hospitales en la red de provisión pública, conocidos como sistemas mixtos, han aparecido como la herramienta más equilibrada tanto en la adjudicación del riesgo como en la dialéctica eficiencia-sostenibilidad del sistema público.
En este trabajo se analiza la situación en el método implantado en Cataluña desde 1997, y se contrapone con la solución adoptada en Andalucía un año más tarde. La valoración se centra en los instrumentos utilizados para incorporar el carácter mixto en las dos situaciones. De un lado tenemos la validez limitada de los grupos relacionados por el diagnóstico (GRD) para definir el coste del producto hospitalario y el numeroso grupo de posibles ajustes necesarios a los que deben ser sometidos antes de poder ser aplicados a nuestro entorno. De otro lado tenemos la forma a través de la cual se define el nivel estructural mediante instrumentos como el grade of memberships (GOM) para el caso catalán o los centros básicos (CB) para el caso andaluz.
Más adelante se analiza cómo se han introducido los diferentes métodos y cómo se han adaptado a la realidad, tanto en Cataluña como en Andalucía. Los períodos transitorios no parecen haber conducido a una solución definitiva, más bien han puesto en evidencia la fragilidad de los instrumentos utilizados y, en todo caso, del uso que se ha hecho de ellos.
La conclusión es que ha habido precipitación y cierto grado de ingenuidad en la introducción de elementos que favorecieran la eficiencia de los hospitales desde los sistemas de pago. La realidad es que los métodos de pago a hospitales de una red pública bastante harán si llegan a considerarse métodos de asignación de recursos transparentes y son sostenibles en el tiempo. La eficiencia en los hospitales públicos hay que trabajarla día a día desde los propios hospitales y desde los sistemas de información que pueden llegar a generar los Sistemas Regionales de Salud, y no se conseguirá solamente mediante elementos financieros externos y claramente indirectos a la realidad asistencial.
Since the mid-1990s, the introduction of new public hospital payment systems to improve the efficiency of Spanish hospitals within the context of managed competition has been debated. Blended systems, which recognize the importance of the activity performed, as well as the role of the hospital in the public health system, have emerged as the best-matched tools both in risk assignment and in efficiency-economic feasibility dialectic.
In this article, the payment method used in Catalonia since 1997 is analyzed and contrasted with that introduced in Andalusia in 1998. The evaluation focuses on the instruments used to incorporate the mixed model in the two different settings. On the one hand, the capacity of diagnosis related groups (DRGs) to define hospital product cost is limited. Furthermore, DRGs require numerous adjustments before introduction into Spain. On the other hand, structural level can be defined through the Grade of Memberships in Catalonia and the Basic Centers in Andalusia.
We also analyze the introduction of the different methods into Spain and their adaptation to the Catalan and Andalusian environments. The transition periods seem not to have led to a definitive solution and have served to highlight the fragility of the instruments used and of the use that has been made of them.
We conclude that the introduction of new tools to improve hospital efficiency through payment systems was precipitate and, to a certain extent, naive. Public hospital payment systems can be considered to be effective when they manage to allocate resources over a period of time. Ensuring the efficiency of public hospitals implies daily work on the part of each hospital and the information systems generated by regional health systems and will not be achieved through external financial tools poorly adapted to the setting in which they are applied.