Dada la elevada prevalencia de infección por el VIH entre los consumidores de opioides en España y la dificultad de estudiarla por el carácter oculto de su consumo, los servicios de urgencias constituyen puntos donde puede ser estudiada. Se realizó un estudio transversal en el que se entrevistaron los consumidores de opioides que contactaron con un servicio de urgencias, con el fin de estimar la prevalencia de la infección por el VIH-1, y estudiar sus conductas de riesgo.
Material y métodoLos sujetos de estudio fueron pacientes detectados en la primavera de 1992 por el médico como consumidor reciente (últimos 30 días) de opioides. A aquellos consumidores que desconocían su serología al VIH-1 (o hacía más de seis meses que habían tenido un resultado negativo), se les propuso la realización de un test en muestra de orina. Para el análisis estadístico se realizó un análisis multivariante. La asociación entre las diferentes variables y el ser positivo al VIH-1 se valoró calculando las odds ratio crudas y ajustadas. Se construyeron varios modelos de regresión logística para predecir qué variables se asociaban con ser seropositivo al VIH-1 y con la práctica de conductas de riesgo recientes (consumo por vía parenteral, uso compartido de la jeringuilla en los últimos 30 días, no utilización de preservativo en relaciones de pareja y en relaciones esporádicas).
ResultadosSe entrevistaron 383 consumidores recientes de heroína. Se obtuvo información de estatus respecto al VIH-1 del 94% de la muestra. De éstos, el 61% (219) eran VIH-1 positivos. El modelo de regresión logística para la infección por VIH-1 que mejor ajustó, mostró asociación para las siguientes variables: el sexo femenino, haber estudiado EGB o tener el certificado escolar respecto a estudios primarios incompletos o no saber leer ni escribir, estar con baja laboral, consultar por patología orgánica, y un mayor número de años de consumo por vía parenteral. En los últimos 30 días el 75% de la muestra se había inyectado drogas, y de éstos un 30% había compartido jeringuillas. Las variables asociadas con una mayor probabilidad de haberse inyectado heroína o cocaína en los últimos 30 días fueron: haber cursado estudios medios o superiores, estar parado o dedicarse a actividades ilegales, no estar realizando tratamiento por drogodependencia y un mayor número de drogas diferentes consumidas en los últimos 30 días. No saber leer ni escribir o no haber completado estudios primarios, no estar en tratamiento por dependencia a drogas, vivir solo y un mayor número de drogas diferentes consumidas en los últimos 30 días se asoció con una mayor frecuencia de compartir la jeringuilla. El 21% de los pacientes que habían tenido relaciones sexuales durante los últimos cuatro meses utilizaron siempre o casi siempre preservativo en las relaciones de pareja y el 56% en las relaciones esporádicas. Era más probable que las mujeres utilizaran preservativo en las relaciones esporádicas que los hombres. Los sujetos que habían compartido el material de inyección en el último mes tenían casi tres veces más probabilidad de no utilizar preservativo en las relaciones esporádicas.
ConclusionesLa prevalencia estimada de infección por el VIH-1 en los consumidores de opioides visitados en este servicio de urgencias es elevada, pero se sitúa en el rango de prevalencias descritas de usuarios de opioides estudiados desde otros puntos, como son los centros de tratamiento, la prisión o programas de intercambio de jeringas. También se ha hallado una elevada frecuencia de conductas de riesgo que recuerda la necesidad de desarrollar programas de prevención de la infección dirigidos específicamente a esta población.
As prevalence of HIV-1 among drug users in Spain is high and it is difficult to contact them because of their hidden behaviors, emergency rooms are one of the health facilities where they can be located. A crossectional interview study was planned. The aims of the study were to estimate prevalence of HIV-1 and to describe risk behaviors.
MethodsThe sample included all patients that in spring 1992 were detected and referred by the doctor as being current opiate users, defined as any use in the 30 days prior the interview. Drug users who did not know their HIV status or were negative for more than six months were asked to provide a urine sample to test HIV serology. A descriptive analysis with simple stratification was carried out. Row and adjusted odds ratio were used to analyse association between different variables and HIV status. Logistic regression was used to examine variables associated with HIV infection and risk behaviors (injecting drug use, sharing needles, and no use of condon).
ResultsThree hundred and eighty three opiate users were interviewed. It was possible to know HIV status of 94% of the subjects. Of them, 61% were positive (219). The best adjusted logistic model to predict associated variables with HIV included being female, primary school level, sickness absence, to attend because of organic pathology, and more years of parenteral use. Seventy five percent of the sample injected drugs during the past 30 days, and among them 30% shared syringes. The variables associated with a higher probability of having injected heroin or cocaine in the last 30 days were to have completed at least primary education, to be unemployed or reliant on illegal activities, not to be in drug treatment, and a larger number of drugs used in the last 30 days. A higher probability of sharing syringes was associated with a lower educational level, not to be in drug treatment, to live alone and a higher number of drugs used during last 30 days. Twenty one percent of the subjects who were sexually active always or nearly always used condom with regular partners and 56% with casual partners. Women were more likely to use condom than men with casual partners. Subjects who shared syringes during last 30 days were nearly three times more likely not to use codom with casual partners.
ConclusionsAlthough a high prevalence of HIV-1 was estimated among opioid users seen in an emergency room, it is not higher than estimates for intravenous drug users recruited from treatment centres, prison or needdles exchange programs. A high frequency of risk behavior was also observed indicating a need to develop specific prevention programs for drug users.
Estudio parcialmente financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria, nº 92/0164.