Las fronteras entre niveles sanitarios son artificiales, pues se deben más a la organización de los servicios que a las necesidades de los pacientes. Pero, puesto que existen, lo lógico es que la coordinación entre niveles logre superarlas para ofrecer los servicios que precisan los enfermos. La gestión de casos (pacientes en situaciones peculiares, como el alta hospitalaria) y la gestión de enfermedades (pacientes con alguna enfermedad, como la diabetes mellitus) tratan de dar respuesta a los problemas de coordinación, ya sea mediante la mejora de la estructura «natural» o una superestructura que se añade a los cuidados habituales. Son enormes el brillo y el atractivo de la gestión de casos y enfermedades, pero las pruebas científicas a su favor son débiles o inexistentes, tanto en lo que se refiere al impacto en salud como a su coste. Los programas de gestión de casos/enfermedades son respuestas verticales que debilitan la estructura horizontal que tenemos en España, la atención primaria. La necesidad de estos programas debería servir para justificar aún más el desarrollo de una reforma procoordinación de la atención primaria, que traslade poder, responsabilidad y autonomía al médico de cabecera, de forma que pueda coordinar los servicios clínicos y sociales que precisan los pacientes.
The boundaries between health services levels are artificial as they are answers to health organizations’ problems rather than to patients’ needs. However, given that these boundaries are in place, coordination between these levels should overcome the difficulties so that patients receive the services they require. Case management (patients in specific situations, such as hospital discharge) and disease management (patients with specific diseases, such as diabetes) aim to solve problems of coordination either by improving the organization of health services or by adding a new structure to the already existing structure. These forms of management are highly attractive answers to coordination problems but have no scientific basis nor is there any empirical evidence of a positive impact on patients’ health or the cost of services. Case and disease management programs are vertical structures that weaken the horizontal structure in Spain, i.e. primary care. The need for case and disease management programs is an argument to push for a pro-coordination reform of primary care that gives power, responsibility and autonomy to general practitioners, so that they would be able to coordinate clinical and social services according to patients’ needs.